Internacionales
Washington, 18 jun (EFE).- Los
polémicos programas secretos de vigilancia del Gobierno estadounidense evitaron
más de 50 planes terroristas en 20 países tras los atentados del 11S, incluido
uno contra Wall Street, según revelaron hoy la Agencia de Seguridad Nacional
(NSA) y el FBI.
En una audiencia ante el Comité de
Inteligencia de la Cámara de Representantes del Congreso, el director de la
NSA, el general Keith Alexander, defendió esos programas y sugirió que algunas
de sus herramientas podrían haber ayudado a evitar los atentados terroristas
del 11 de septiembre de 2001.
Esos programas, uno que recopila
registros de llamadas domésticas y otro conocido como PRISM de espionaje
informático que se extiende más allá de las fronteras de EE.UU., son objeto de
debate desde que Edward Snowden, un extécnico de la CIA y la NSA, los sacó a la
luz.
El director de la NSA defendió hoy
ante los congresistas la efectividad de esos programas y alertó de que
desclasificarlos por completo causaría "un daño irreversible" a la
seguridad de EE.UU. y de sus aliados.
Alexander prevé dar detalles de los
más de 50 planes terroristas abortados a los miembros del Congreso en una
sesión a puerta cerrada este miércoles.
El director adjunto de la Agencia
Federal de Investigaciones (FBI), Sean Joyce, dio hoy algunos detalles y afirmó
que entre los ataques evitados figuran uno para poner una bomba en la Bolsa de
Valores de Nueva York y otro contra el metro de esa ciudad del que ya se había
informado previamente.
El supuesto complot para atentar
contra la bolsa neoyorquina implicó a un "extremista" localizado en
Yemen y a otra persona ubicada en Kansas.
Por el caso para atentar contra el
metro fue condenado el año pasado a cadena perpetua en una corte federal de
Brooklyn el neoyorquino Adis Medunjanin, de ascendencia bosnia y relacionado
con Al Qaeda.
Joyce citó también el caso de un
individuo que pretendía atentar contra un periódico danés que publicó unas
polémicas viñetas de Mahoma y el de otro ciudadano en San Diego que tenía
contacto indirecto y estaba dando financiación a un grupo terrorista
extranjero.
Durante la audiencia el subsecretario
de Justicia de EE.UU., James Cole, defendió en particular el programa que
recopila registros de llamadas y sostuvo que proporciona al Gobierno la misma
información que aparece en una factura telefónica.
"No estamos escuchando las
llamadas de nadie", insistió Cole.
Por su parte, Alexander defendió que
cuando hay algún "error" en los programas de espionaje la queja
correspondiente se eleva a la corte encargada de supervisar la aplicación de la
Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (Fisa).
Las autoridades de la NSA y el FBI
que comparecieron hoy coincidieron en alertar de que las filtraciones de
Snowden han provocado un daño "irreversible" a Estados Unidos.
Para el republicano Mike Rogers,
presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara baja, "uno de los
aspectos más nocivos de filtrar información incompleta es que pinta una imagen
inexacta y fomenta la desconfianza en el Gobierno".
Preguntado por un congresista sobre
qué espera a Snowden, quien se encuentra oculto en Hong Kong, el director
adjunto del FBI dijo tajante: "Justicia".
El presidente de EE.UU., Barack
Obama, insistió en una entrevista transmitida ayer en su defensa de la
actuación de la NSA.
"Una de las cosas que la gente
debería entender acerca de todos estos programas es que han desarmado planes
terroristas no solo en EE.UU., también en el extranjero", subrayó Obama
durante la entrevista con "The Charlie Rose Show", realizada antes de
su viaje a Europa para asistir al G8 y visitar Alemania.
Mientras, Snowden dijo ayer al
periódico británico The Guardian que el Gobierno estadounidense no puede
"frenar la verdad" y anticipó que dará "más detalles" sobre
cómo funcionan "los accesos de la NSA" a la información privada, sin
precisar cuándo.
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