Santo domingo 25 de junio 2013. Entendemos que la función fundamental de la Policía
Nacional es de proteger la vida, la integridad física y la seguridad de las
personas, garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades, así como
prevenir acciones delictivas y perseguirlas e investigarlas bajo la dirección
del Ministerio Público.
Más sin
embargo, observamos que en nuestra realidad social, la Policía Nacional posee
una visión muy diferente a este parámetro. Podemos comprobar en este sentido,
según las encuestas hechas por el Latinobarómetro desde 1996 y que alrededor de
dos tercios de la población latinoamericana, entre 61 y 71%, señalaron tener
poca o ninguna confianza en ella.
Más que
proponer una reforma policial, en nuestro país se debe realizar un cambio estructurar
de todo el modelo; enfocado realmente hacia una visión de respeto a los
derechos humanos, prevención de las comisiones delictivas de los ciudadanos, de
la profesionalización de sus miembros, de respeto a sus derechos
individuales y colectivos (organizarse, asociarse, a votar, a
manifestarse socialmente, tener mejores condiciones laborales, etc).
La nueva
Policía Nacional, debe subrayar su carácter subordinado a lo civil, rompiendo
con su práctica militar, represiva, autoritaria. Redefiniendo su estructura
jerárquica, saneando sus altos mandos, los cuales no responden a una visión
apegada a los principios democráticos, sino a estructuras históricas del
trujillismo-balaguerismo.
Para
nosotros, el elemento de la formación de los miembros policiales deben
estar enfocado en la dimensión de los valores humanos, éticos y
moral, como base para su metodología hacia su misión con el ciudadano.
Debemos
precisar para que, podamos concretizar y garantizar un modelo
policial con
esta visión antes mencionada, se hace necesario poder combatir las
condiciones de exclusión social que generan pobreza, desigualdad, y discriminación en
nuestro país.
Estas
condiciones socio-económicas originan los procesos de comportamientos, de
cambios de valores y de conflictos sociales, que se traducen en conductas
delictivas, a las cuales los policías no están excluidos
de tales males sociales.
Esta
situación se ve reflejada en los resultados alcanzados por
la Procuraduría y seguridad ciudadana: Barrio Seguro.
Según datos suministrados por el Informe del Poder Ejecutivo
de Seguridad Ciudadana en la “Segunda Encuesta del Gobierno de la Seguridad.
Distrito Nacional”, “la percepción de eficiencia del Plan de Seguridad
Democrática y de Barrios Seguros, a un año y medio de haber empezado el plan en
algunos barrios de la ciudad, es de 61.9%, contra el 22.8% que dice sentirse
igualmente inseguro, y el 6.9% que se siente más inseguro. Sin embargo, el
69.3% de la población dijo sentirse muy insegura en el carnaval, el 55% en el Transporte
Público, el 32.1% en el Mirador Sur, el 49.5% en el Distrito Nacional y el
40.4% en los centros de diversión. Por otra parte, en esta encuesta el problema
de la delincuencia ocupa el tercer lugar entre las prioridades a resolver, con
un porcentaje de 58.5, sólo superado por el desempleo (76.6%) y el alto costo
de la vida (75.7%).
Es muy
interesante para analizar por parte de psicólogos y sociólogos que las
políticas de Estado y control, solo crean una sensación falsa de seguridad
cuando los individuos están atomizados, alienados e impotentes o en sus casas y
no en comunidad, estamos creando una cárcel social a macro escala. Estamos
creando una sociedad-prisión donde la única seguridad perceptible se aprecia en
la soledad e insolación, ya no estamos atados por la solidaridad sino por el
miedo. Lo que nos lleva pensar que se copia el experimento de la prisión de
Stanford (1971), con el fin de hacer de las poblaciones carcelarias otra
mercancía más.
No es posible
tener una policía acorde con el Estado Social y Democrático de
Derecho, si no existe respeto a la dignidad humana, si no se respeta el
ordenamiento jurídico, si no existe una verdadera independencia de los poderes
del Estado, si no se logra eliminar la exclusión social, y por último, si no cambian
o se castigan sustancialmente, a aquellos funcionarios corruptos, en
quienes descansa “la
reforma policial”, ¿Cómo esperar algo diferente en beneficio de todos en cuantos a nuestra
seguridad ciudadana?
Coordinación
Nacional
Pertenezco a esta red juvenil hace mucho tiempo cuando Morillo fría coordinaba no se que a pasado no se de esta organización Gilbert feliz de este lado den me una noticia de este movimiento juvenil
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