Autor Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo este. A quien pueda interesarle las calles de Santo Domingo Este, son un solo hoyo, y principalmente en el ensanche Ozama, los que ustedes ven ahora, están en la calle masonería entre la curazao y la José Cabrera justo detrás de la avenida Venezuela
Si lo cuentan hay nueve, pero son más y esta es la situación de todas las calles, paralelas a las principales avenidas, de la provincia, y lo penosos del caso es que a ninguna autoridad, le preocupa, a pesar de que el sindico Juancito de los Santos, se ha hecho un experto en parques, y hacer jardineras, el arreglo de las calles parece que no da beneficios.
Los hoyos provocan daños al sistema de suspensión de los vehículos, principalmente, los amortiguadores, cuya vida útil, se reduce con la cantidad de golpes que reciben, al caer el vehículos, en las deterioraras calles, además de las gomas y todo el tren delantero.
Y además para los conductores que son votos, estos son problemas que le generan miles de pesos al mes, en reparaciones y compra de los repuestos por los daños que sufren los vehículos cuando pasan por uno de los cientos de miles de hoyo.
Con lo difícil que está el dinero y sumados a los problemas que tenemos cuando caemos en uno de esos hoyos, las maldiciones van precisamente a esas autoridades que no hacen nada para el arreglo de las calles, que con el tiempo se ha ido hoyando, perdón quise decir agravando.
Aunque los funcionarios, entre los que se encuentran el sindico y el gobernador de la provincia, tiene sus jeepetas, que no le molesta los hoyos, ya que tiene costosos sistemas de suspensión, y ellos todo el dinero del mundo para arreglarlas, para el ciudadano común esto significa un gran problema , cuando tiene que gastar miles de pesos en reparaciones.
Esos chelitos le sirven para los gastos de la casa o medicinas, y recuerden que las elecciones están al doblar de la esquina, si quieren seguir subido en el palos pónganse las pilas, atentamente uno que tuvo que gastar cinco mil pesos en su carro por los malditos hoyos.
Debo reiterarles que aunque quizás, este comentario, no le importe o pongan en duda su veracidad, den un paseíto, por la provincia y especialmente por el ensanche Ozama que da pena y se convencerán.
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