El Leño Pinto Digital
CARPE DIEM — Reflexión para un tiempo acelerado
Por: Homero Luis Lajara Solá
En esta época tan compulsa, donde muchos viven como si la vida fuera interminable y la vanidad tuviera prórroga, Carpe Diem recupera su filo original. No es un llamado a la prisa ni a la frivolidad, sino una advertencia discreta de la antigüedad: aprovecha el día, porque no hay otro garantizado.
Hoy abundan quienes actúan como si fueran eternos, aferrados a posiciones, apariencias o pequeñas conquistas que desaparecerán sin dejar estela. Se comportan como si el tiempo fuera un recurso renovable, cuando en realidad es la única propiedad que jamás nos pertenece. Al final, nadie se lleva nada: ni títulos, ni privilegios, ni la ficción del poder. Solo queda lo que fuimos capaces de hacer con dignidad, con decencia y con la serenidad del que entiende que la existencia es breve.
Carpe Diem no invita a vivir de forma desenfrenada, sino consciente. Es honrar el día presente sin hipotecarlo a temores ni a ambiciones ajenas. Es actuar sin dobleces, preservar la coherencia cuando otros la negocian y recordar que la mejor herencia que uno deja no son bienes, sino una conducta que resista el juicio del tiempo.
En un mundo donde muchos creen que la eternidad es un derecho adquirido, Carpe Diem nos devuelve a la realidad esencial: lo único verdadero es lo que hacemos hoy, con lo que somos hoy, para bien de quienes vendrán mañana.


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