El militar retirado es el espejo del futuro del activo, y lo que se diga de él, refleja la cultura de disciplina que heredarán los más jóvenes

El Leño Pinto Digital

Cápsula Naval

Por : Homero Luis Lajara Solá

La disciplina es la columna vertebral de todas las Fuerzas Armadas del mundo. 

En la República Dominicana, el artículo 159 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas No. 139-13, del 13 de septiembre de 2013, lo precisa con claridad en el trato a los retirados.

“Los militares retirados gozarán de los mismos privilegios y prerrogativas establecidos en los reglamentos para los activos, excepto lo relativo al mando, uso de uniforme, insignias y honores militares, quedando exceptuados de estos privilegios y prerrogativas los separados con derecho a pensión.”

Este mandato no admite interpretación ligera: los militares retirados— independientemente de la opinión que se tenga de cada uno de ellos —deben ser tratados con el mismo respeto que se le debe a los activos. 

Por eso resulta inaceptable que subalternos critiquen públicamente a pasados Comandantes Generales, ya sea que acaben de entregar el mando o que lleven décadas fuera del servicio.

El militar retirado es  el espejo del futuro del activo y lo que se diga de él refleja la cultura de disciplina que heredarán los más jóvenes.

Cumplir este artículo no es formalismo legal: es sostener la quilla que mantiene a flote la nave de la Armada, una profesión honorable.