El Leño Pinto Digital
CÁPSULA NAVAL
Por Homero L.Lajara Solá
En el arte del mando, ningún oficial puede soltar el timón de la historia ni apagar la lámpara de la doctrina.
Porque quien navega sin cartas ni principios, puede avanzar… pero jamás dejará rumbo.
Los verdaderos líderes militares saben que su servicio no termina en la marea del presente, sino que proyecta su estela hacia la eternidad institucional.
En cada decisión, en cada orden dada, en cada oficial formado, estamos escribiendo bitácoras que otros leerán.
Y esa lectura, algún día, la hará el juicio sereno de la historia, no los vítores pasajeros del momento.
Por eso, nunca debemos desconectarnos del pensamiento estratégico ni de la misión superior que nos fue confiada: crear y no destruir.
Aun cuando los vientos arrecien, y la tripulación dude del rumbo, el comandante debe mantenerse firme, con el catalejo de la sabiduría bien calibrado y la brújula de los principios apuntando siempre al norte doctrinal.
No naveguemos al influjo de asesores de bajamar, que viven del apego personal y el ansia de llegar a cualquier puerto, sin importar el derrotero ni los escollos que dejen atrás.
Porque la ambición sin ética es como barlovento sin control: arrastra, pero no conduce.
Recordemos que la estela que dejamos nunca puede borrarse. El hoy no es un ancla, es la quilla que labra el mar del porvenir.
Que nuestras acciones sean faro para las nuevas generaciones, no naufragio de ilusiones rotas.
A la mar, señores… con honor, visión y legado.
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