El Leño Pinto Digital
Cápsula naval
Por Homero Luis Lajara sola
Aprovecho esta fecha especial del “Día del Padre” para compartir lo que Richard Nixon, expresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, pensaba de su progenitor .
“Recuerdo a mi viejo. Creo que lo habrían llamado un hombrecito, un hombre común. Pero él no se consideraba así. ¿Saben qué era? Primero fue conductor de tranvía, luego fue agricultor, y después tuvo un rancho de limones. Les aseguro que era el rancho de limones más pobre de California. Lo vendió antes de que encontraran petróleo en él.
Y luego fue bodeguero.
Pero fue un gran hombre, porque hizo su trabajo, y cada trabajo cuenta, hasta la empuñadura, sin importar lo que pasará.”
En estas líneas, Nixon no describe a un héroe de guerra, ni a un millonario, ni a un estadista. Habla de su padre. Un hombre sencillo, que fue chofer , granjero, bodeguero, y cuya única herencia fue el ejemplo de la dignidad en el trabajo.
“Hasta la empuñadura” —up to the hilt— es una expresión de coraje silencioso. Significa hacer las cosas con todo, sin excusas ni reservas.
En la vida militar, como en la vida civil, esa es la verdadera estatura del deber: cumplirlo íntegro, aunque nadie aplauda, aunque no haya recompensa, aunque el suelo sea árido y las circunstancias sean adversas con mar de fondo.
Esta reflexión, más que sobre Nixon, es sobre todos esos hombres que construyen naciones desde el anonimato. Buenos padres, obreros, marinos, campesinos: los que no salen en los libros de historia, pero sin los cuales no habría historia.
En tiempos donde el brillo de los títulos parece pesar más que el carácter, conviene recordar que la verdadera grandeza no se mide en fama ni fortuna, sino en la lealtad a las tareas pequeñas y en el deber cumplido… hasta la empuñadura.
Feliz Día de los Padres, a los que han cumplido con su deber como tales!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario