El Leño Pinto Digital
El honor del marino no reside en ser visto, sino en ser fiel al timón de su conciencia. No necesita gratitud. Necesita integridad.
CÁPSULA NAVAL
Por Homero Luis Lajara sola
A bordo del deber, no se navega por aplausos ni recompensas. Se navega por principios.
Cuando un comandante actúa con rectitud, no debe fondear su nave esperando homenajes.
Basta con saber que ha trazado el rumbo correcto en su carta de navegación moral.
Marco Aurelio lo decía sin rodeos: si hiciste el bien, ¿esperas algo más? ¿Un faro de reconocimiento o el eco de una ovación?
No. El acto correcto se sostiene por sí mismo, como un buque firme en tormenta.
Y cuando veas un capitán mantenerse en ese rumbo, aun con la proa contra el viento huracanado , piensa: “ahí está un avezado marino en su mejor travesía”.
El honor del marino no reside en ser visto, sino en ser fiel al timón de su conciencia. No necesita gratitud. Necesita integridad.
Eso basta. Y eso es lo que diferencia a un verdadero hombre de mar de un comandante de buque errante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario