Ese timón es nuestra voluntad; esa bitácora, los valores que nos enseñaron desde el primer saludo marcial.
El Leño Pinto Digital
Cápsula naval
Por Homero Luis Lajara Solá
En la vasta carta náutica de los mitos, no sólo Ulises surcó los mares con destino incierto.
Jasón, a bordo del Argos, reunió a los más valientes navegantes —los argonautas— y se lanzó en busca del vellocino de oro, no por riqueza, sino por justicia y honor.
Su viaje fue una escuela de liderazgo, astucia y resistencia.
Como Jasón, los hombres y mujeres de mar estamos llamados a zarpar cuando otros dudan y a embarcarnos cuando otros calculan riesgos desde la orilla.
Pero ningún navío, por imponente que sea, avanza sin un timón firme ni una bitácora clara.
Ese timón es nuestra voluntad; esa bitácora, los valores que nos enseñaron desde el primer saludo marcial.
Cicerón decía que “navegar es necesario, vivir no lo es”, recordando que la travesía exige decisión más que comodidad.
En los temporales de la vida —las pérdidas, las injusticias, los silencios duros— no es la fuerza del viento, sino la estructura interna del casco lo que determina si se hunde el barco o llega a puerto.
Y es que no hay gloria sin oleaje.
El mar no forja cobardes.
Cada amanecer en cubierta es una oportunidad para demostrar que fuimos hechos no para fondear en puertos seguros, sino para conquistar horizontes con coraje, sin perder el respeto por la tormenta ni por el propio reflejo en el espejo de la mar.
El que ha conocido la disciplina del remo y la soledad del vigía sabe que la mayor victoria no está en la aclamación, sino en mantener el curso cuando se apaga el fanal de la aprobación ajena.
Así como los argonautas no regresaron siendo los mismos, todo marino que ha enfrentado su travesía con honor y dignidad lleva en su alma cicatrices convertidas en brújulas.
Hoy, más que nunca, necesitamos oficiales y tripulantes que no teman perder el favor del viento si con ello salvan la dignidad del navío.
Porque no se trata de llegar rápido… se trata de llegar con el pabellón intacto.
Bravo Zulu a los que aún navegan con propósito.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario