El Leño Pinto Digital
Cápsula naval
Por Homero L. Lajara Solá
El marino auténtico, aquel que zarpó en su singladura institucional por vocación y compromiso, debe concebir su carrera como un derrotero de vida, un sacerdocio donde el honor y la dignidad son el timón y la rosa náutica que guían su travesía. Su conducta, tanto en servicio activo como en honroso retiro, debe ser el faro que ilumine a las nuevas generaciones, pues con sus acciones deja un estela que inspira o decepciona.
A la oficialidad le corresponde escrutar con atención las cartas de navegación trazadas por quienes ocuparon el puente de mando antes que ellos, no solo como referencia histórica, sino como un espejo donde puedan evaluar su propio rumbo. Llenar apropiadamente esa bitácora implica una gran responsabilidad: mantener en alto el pabellón de los valores institucionales y ser dignos guardianes de la tradición naval.
Es desalentador avistar a algunos que, tras alcanzar la cúspide de sus carreras, quedan a la deriva, mendigando fondeos pasajeros, olvidando que el verdadero liderazgo y el éxito se miden por el legado que dejan en su estela, no por los grados ni los puestos que ocuparon.
Resulta lamentable encontrar a quienes zarparon con resentimientos ocultos o una brújula moral extraviada, disimulando su verdadero ser hasta que llegan a puerto con el casco maltratado, revelando su maniobra errática.
Que el curso a seguir sea siempre el de la integridad, la ética y el compromiso con la institución y la sociedad. Que quienes vienen tras nosotros superen nuestra estela, pero siempre navegando sobre el sólido casco del honor y la vocación de servicio.
Excelente artículo. Se refleja en el los valores q adornan a muchos de nuestros hombres y mujeres quienes le sirven a la Nación desde nuestras FFAA sin importar desafíos y sacrificios. Aquellos pocos que no siguen estos valores no cuentan ni estarán en la bitácora de la historia ni en el recuerdo de sus conciudadanos.
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