La Casa Blanca se plantea sancionar al batallón Netzah Yehuda, de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), por cometer violaciones de derechos humanos en la Cisjordania ocupada antes del ataque de Hamás del 7 de octubre.
Washington estaría obligada a, por lo menos, dejar de enviar equipo militar a Tel Aviv según la ley Leahy, de 1997, la cual prohíbe que el armamento estadounidense se use para cometer crímenes de guerra, algo sobradamente probado y una de las muchas razones por las que Israel está siendo juzgada por genocidio por la Corte Internacional de Justicia.
El primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant se negaron a condenar a su Ejército por los crímenes cometidos y exigieron a su contraparte estadounidense que se retractara. Dijeron estar "sorprendidos", a pesar de que fueron advertidos en reiteradas ocasiones de que esto terminaría pasando si ellos mismos no hacían rendir cuentas a las FD
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