martes, 13 de noviembre de 2018

El secuestro de un cirujano dominicano por una horda de haitianos retrata inseguridad en la frontera







El Leño Pinto Digital RD





Por Ricardo Rojas Vicioso

República Dominicana. La sociedad dominicana esta semana ha quedado totalmente indignada, luego de que un prestigioso y filántropo médico cirujano,  Pedro Ureña, fue objeto de un secuestro junto a las siete personas que le acompañaban por más de cien nacionales haitianos el fin de semana.

El médico que disfrutaba de una excursión en motocicletas por el sur profundo en Restauración, cuando de repente se encontró por una de las situaciones más angustiosa de su vida, al ser rodeado por una multitud de haitianos, con machetes, hacha, y palos, de forma amenazante despojándolo de su motocicleta, y de sus pertenencias.

La situación de secuestro duro dos horas, y por la sugerencia de dominicanos que se encontraban en el lugar, le dijeron que no hablara, y que se hiciera pasar por norteamericano, por lo que los haitianos, al comunicarle que se trataba de extranjeros gringos,  no de dominicanos decidieron dejarlos en libertad, quizás para no tener problemas con la potencia de Estados Unidos

Pero con un rostro todavía de dolor y humillación, el doctor Ureña, confiesa que lo que más le dolió fue el hecho de tener que negar su nacionalidad y fingir ser norteamericano en su propio territorio, su país en medio del secuestro de extranjeros haitianos, para preservar su vida.

Pero las cosas no terminan hay, ya que en el lugar se encontraban unos militares del ejército de República Dominicana, a los cuales por estar armados con fusiles, le solicito que le ayudaran, y la  respuesta de los militares, fue que ellos no  podían intervenir, lo que le destrozó el alma.

El no poder contar con la ayuda de la única autoridad en el lugar, realmente coloca los dominicanos, en una situación de grave peligro, es inaceptable que ni en nuestro propio país, estemos seguros de las diabluras de los haitianos, que en su selva de país, hace y deshacen, pero se supone que dentro del territorio dominicano debe existir un respeto y un orden.

Sin embargo aun algo peor, que te roben, secuestren en presencia de las autoridades, y que estas se limiten solo a mirar como simples espectadores, y que más adelantes cuando se van y reportan los sucedido la respuesta que le dan es o pues lo dejaron libres, como si se tratara de algo común, y que las mismas autoridades tiene conocimiento y no hacen nada, es repugnante.

Sin embargo, quizás ese hechos sirva para que muchos dominicanos, y en especial nuestras autoridades despierten de la blandenguería con respeto a los extranjeros haitianos, que desde hace muchos años, han demostrado además del odio hacia los dominicanos, su ingratitud por más que les ayuden, y cargue el  país con más de dos millones, mal contados de ellos dentro de nuestro territorio dominicano, no agradecen nada.

Los haitianos utilizan nuestro territorio para alimentarse, trabajar, comer, defecar, fornicar, y reproducirse, usando, los médicos, hospitales y medicina, y sin embargo desde que se le presenta la primera oportunidad, la aprovechan para hacer daño, a los dominicanos o al país.

Ya es tiempo que las autoridades, de una vez se dé cuenta, que los haitianos no son nuestro vecinos, son nuestro potenciales enemigos, y lo que sucedió este fin de semana, no creo que alguien lo pueda poner en duda.

Ya esa noticia está en los medios de comunicación internacionales, donde se retrata la aptitud de los militares, que lo etiquetan como cobardes frente al extranjero haitiano, y la misma embajada de los Estados Unidos, ha prohibido el desplazamiento terrestre hacia el vecino país, de Haití, al poder papal a lo que se puede exponer sus ciudadanos o funcionarios, que podría correr la misma surte que el doctor Ureña, y sus compañeros, lo que podría explotar un incidente internacional.

A pesar de que el Ministro de Defensa teniente general Rubén D. Paulino Sem, ordenó investigar los militares que no actuaron, y el mismo Comandante del Ejercito de República Dominicana mayor general Estanislao Gonell Regalado se traslado al lugar para hacer las investigaciones, nada de eso devuelve la confianza para que otros dominicanos se aventuren más allá de las zonas segura de las periferia de la capital, y ni locos se adentrarán al sur profundo a Restauración donde ocurrió ese lamentable, bochornoso  hecho que puso en peligro esos profesionales dominicanos y buenas personas, que quedaron expuestos  de esa horda de salvajes haitianos

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