El Leño Pinto Digital RD
Por Ricardo Rojas Vicioso
República Dominicana. La sociedad
dominicana esta semana ha quedado totalmente indignada, luego de que un
prestigioso y filántropo médico cirujano, Pedro Ureña, fue objeto de un secuestro junto
a las siete personas que le acompañaban por más de cien nacionales haitianos el
fin de semana.

La situación de secuestro duro
dos horas, y por la sugerencia de dominicanos que se encontraban en el lugar,
le dijeron que no hablara, y que se hiciera pasar por norteamericano, por lo
que los haitianos, al comunicarle que se trataba de extranjeros gringos, no de dominicanos decidieron dejarlos en
libertad, quizás para no tener problemas con la potencia de Estados Unidos
Pero con un rostro todavía de
dolor y humillación, el doctor Ureña, confiesa que lo que más le dolió fue el
hecho de tener que negar su nacionalidad y fingir ser norteamericano en su
propio territorio, su país en medio del secuestro de extranjeros haitianos,
para preservar su vida.
Pero las cosas no terminan hay,
ya que en el lugar se encontraban unos militares del ejército de República
Dominicana, a los cuales por estar armados con fusiles, le solicito que le
ayudaran, y la respuesta de los
militares, fue que ellos no podían intervenir,
lo que le destrozó el alma.

Sin embargo aun algo peor, que te
roben, secuestren en presencia de las autoridades, y que estas se limiten solo
a mirar como simples espectadores, y que más adelantes cuando se van y reportan
los sucedido la respuesta que le dan es o pues lo dejaron libres, como si se
tratara de algo común, y que las mismas autoridades tiene conocimiento y no
hacen nada, es repugnante.
Sin embargo, quizás ese hechos
sirva para que muchos dominicanos, y en especial nuestras autoridades
despierten de la blandenguería con respeto a los extranjeros haitianos, que
desde hace muchos años, han demostrado además del odio hacia los dominicanos,
su ingratitud por más que les ayuden, y cargue el país con más de dos millones, mal contados de
ellos dentro de nuestro territorio dominicano, no agradecen nada.
Los haitianos utilizan nuestro
territorio para alimentarse, trabajar, comer, defecar, fornicar, y
reproducirse, usando, los médicos, hospitales y medicina, y sin embargo desde
que se le presenta la primera oportunidad, la aprovechan para hacer daño, a los
dominicanos o al país.

Ya esa noticia está en los medios
de comunicación internacionales, donde se retrata la aptitud de los militares,
que lo etiquetan como cobardes frente al extranjero haitiano, y la misma
embajada de los Estados Unidos, ha prohibido el desplazamiento terrestre hacia
el vecino país, de Haití, al poder papal a lo que se puede exponer sus
ciudadanos o funcionarios, que podría correr la misma surte que el doctor
Ureña, y sus compañeros, lo que podría explotar un incidente internacional.
A pesar de que el Ministro de
Defensa teniente general Rubén D. Paulino Sem, ordenó investigar los militares
que no actuaron, y el mismo Comandante del Ejercito de República Dominicana mayor
general Estanislao Gonell Regalado se traslado al lugar para hacer las investigaciones,
nada de eso devuelve la confianza para que otros dominicanos se aventuren más
allá de las zonas segura de las periferia de la capital, y ni locos se
adentrarán al sur profundo a Restauración donde ocurrió ese lamentable,
bochornoso hecho que puso en peligro
esos profesionales dominicanos y buenas personas, que quedaron expuestos de esa horda de salvajes haitianos
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