Foto Carlos Allegri. Rauter.
Por Ricardo Rojas Vicioso.
Durante los meses previos a la campaña electoral por la presidencia de los Estados Unidos, pudimos ser testigo de una serie de informaciones que precisamente fueron exteriorizados por los mismos actores del proceso.
Tanto Donald Trump como la Clinton se pasaron denunciando cosas entre ellos mismos, algunas verdades, otras medias verdades y también algunas que otras mentiras, tratando cada uno disminuir la posibilidad de llegar a la presidencia del otro.
Sin embargo, más que entrar en el fanatismo politiquero muy característico de un gran segmento de poblaciones del mundo, nos centramos analizar el comportamiento de los candidatos.
Hilary por su condición de mujer salió delante de trump ya que este candidato inició con unos argumentos y denuncias muy fuertes en contra de los inmigrantes en especial de los mexicanos.
Sin embargo ese valor y determinación de Trump poco a poco le fue dando un apoyo en un segmento de la población de votantes de los Estados Unidos, que fueron analizando su posición y sobre todo las denuncias que luego le cayeron a Clinton.
Clinton a pesar de que comenzó con muy buen pie, fueron precisamente su trayectoria obscura, y trabajos anteriores, correo que fueron delatados y dados a conocer, que le provocaron un rechazo en ciudadanos que al principio le apoyaban.
A pesar de su muy buena puntuación Hilary las informaciones que se conocieron de ella, creó la percepción de que era un demonio con faldas.
Un ser con una capacidad destructiva que con el apoyo de sectores y grupos muy perversos de los Estados Unidos, podría potencializar una gran catástrofe como presidente de una de las naciones más poderosa del mundo.
Desde el punto de vista real Donald Trump al principio se veía como un millonario arrogante, mejor dicho un multimillonario, y el tema con el que el inició sobre el control de la inmigración hacia los Estados Unidos le dio por parte de los inmigrantes especialmente los mexicanos ataques y rechazo.
Pero entre esos dos candidatos ambos con una taza de rechazo, cada uno por razones diferentes, pienso que el triunfo de Trump ha sido lo mejor para Estados Unidos, y para el mundo.
Detener una guerra absurda y un apoyo al Estado Islámico, y el dejar por parte de Estados Unidos de provocar golpes de Estados en otros países, fueron unas de las promesas, que hizo que Trump lograra el favor del voto de una población y ciudadanos hartos de que se esté botando dinero en el extranjero y sobre todo soldado jóvenes mueran sin que la población de los Estados Unidos entienda el por qué.
Nunca me gusto la candidata Clinton, ya que ha sido una mujer enemiga de la República Dominicana y desde su Fundación Clinton se han hechos muchas campañas en contra de los dominicanos, mentiras de maltratos y violaciones a los derechos humanos de los haitianos, que tiene como razón principal desacreditar al país, y obligarnos a que aceptemos una migración sin control, sin educación, y que ponen en peligro la seguridad nacional con la infiltración de delincuentes.
Pero además una invasión con una alta peligrosidad cargando enfermedades, que incuban en territorio dominicanos provocando la contaminación de poblaciones, y la muerte de muchos dominicanos.
Gracias a Dios la derrota de Hilary Clinton evitó como presidente una verdadera catástrofe aunque seguirá desde su fundación atacando territorio dominicano.
No nos queda más que felicitar a los votantes de los Estados Unidos que eligieron a Donald Trump, que pienso que podría hacer mejor gobierno concentrándose en levantar y fortalecer una economía en base a estrategias de negocios, y no fabricando guerra para vender armas, y ocupar territorios para apropiarse de sus recursos energéticos.
Estados Unidos es una nación que puede en base a su producción y en especial su tecnología y con una relación armoniosa con sus vecinos y hasta con los que no lo son aumentar su producción y generar recursos para que los estadounidenses, tengan una calidad de vida buena, sin tener que castigar y explotar otras naciones.
Esperemos que el éxito como empresario del nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, se pueda trasladar a la presidencia, y que eso se convierta en una gran bonanza para la región con el intercambio comercial justo con los países de la región y del mundo.
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