Por el periodista Salvador Holguín
Hilando Fino
Para los años ochenta y noventa Horacio Vásquez Lajara dirigió el país
en varias ocasiones, fue presidente interino en 1899 el cual tenía bajo su
responsabilidad organizar y celebrar las elecciones de ese año, luego
presidente de la República Dominicana en dos periodos 1902-1903, con la
realización de elecciones y el beneplácito de las tropas de ocupación
norteamericanas de 1916 que abandonaron el país en 1924. Fue elegido nueva vez
para el período 1924-1928, la prórroga de su mandato en 1927 y su eventual
reelección originaron una revuelta de la Guardia Nacional encabezada por Rafael
L. Trujillo.
Horacio Vásquez se interesó por mantenerse en el poder, aparece en el
escenario político la figura de Apolinar Henríquez quien logró que el Congreso
Nacional aprobara una ley para provecho personal la que permitió al presidente
Vásquez continuar hasta 1930, alegando que podía seguir con la modificación
constitucional porque la del 24 quedaba abolida y se le aplicaba la nueva,
provocando con esto el surgimiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina
conocido también como "El Jefe" o "El Benefactor de la
Patria", por lo que trabajó para otro, el tirano gobernó la República
Dominicana del 1930 al 1961, hasta que un grupo de ciudadanos decidieron
asesinarlo y sacarlo del poder por las ambiciones desmedidas que este tenía.
El presidente Hipólito Mejía Domínguez hizo lo mismo en el 2002 aunque
con estilos diferentes, es elegido con la Constitución del 1994 que impedía la
reelección, un logro de su líder el Doctor José Francisco Peña Gómez quien
enarbolaba junto a los perredeístas esa gran conquista, la cual presentaban
como su bandera de triunfo ya que la misma le había impedido llegar al poder
por las ambiciones continuistas del presidente Balaguer, Hipólito con su
arbitraria imposición reeleccionista divide el Partido Revolucionario
Dominicano (PRD), para las elecciones del 2004 eso provoca que el presidente
del partido Hatuey De Camps y otros altos dirigentes abandonaran la
organización y formen el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD). Esta
situación acabó disminuyendo considerablemente al PRD y las pretensiones de
Hipólito Mejía de seguir con la “ñoña puesta”, a pesar de contar con una Junta
Electoral integrada en su mayoría por hombres vinculados a su proyecto,
concluyó en un fracaso total, siendo derrotado por el PLD y quien cobró fue el
doctor Leonel Fernández.
La modificación constitucional mas reciente para fines reeleccionistas
la acaba de hacer el actual presidente de la República, Danilo Medina, en su
artículo 124 el cual le impedía presentarse como candidato presidencial, fue
elegido con ese impedimento en la Carta Magna porque el presidente de su
partido, el PLD, Leonel Fernández, en su afán de volver al poder y
rehabilitarse políticamente pactó en el 2010 con el presidente del PRD, Miguel
Vargas Maldonado, la modificación del artículo 49 que rezaba de la manera
siguiente, cito: “El Poder Ejecutivo se ejerce por el presidente de la
República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo. El presidente
de la República podrá optar por un segundo y único período constitucional
consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo ni a la
vicepresidencia de la República”.
Que el presidente Danilo Medina Sánchez no corra con la misma suerte de
los demás mandatarios Horacio Vásquez Lajara, Rafael Leónidas Trujillo Molina e
Hipólito Mejía Domínguez, va a depender de varios factores en esta coyuntura
histórica que vive la nación.
Primero, que no presente problema de salud como le pasó a Horacio
Vásquez, aprovechando el General Trujillo su estado de enfermedad y lo derrocó,
siendo este proceso nefasto y muy doloroso para todos los dominicanos, lo que
vivió este país fue tan desesperante que para terminar con esta situación
tuvieron que empoderarse Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la
Maza, Amado García Guerrero, Manuel Tunti Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz,
Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño
y Huáscar Tejeda matando al sátrapa para terminar con esa pesadilla.
Segundo, que gane las elecciones y se convierta en el Trujillo dictador
del siglo 21 como vaticinó el expresidente Leonel Fernández en su discurso al
país, cuando se sublevó a las pretensiones del danilismo de modificar la
Constitución en su artículo 124 solo para poder presentar la reelección
presidencial de Danilo.
Y finalmente, que le pase como al presidente Hipólito Mejía que impuso
una reelección a trocha y mocha dividiendo el partido y perdiendo las
elecciones, también que el presidente del PLD Leonel Fernández se cruce de
brazos y que no haga nada para que Danilo gane, cargando con el santo y la
limosna el candidato de la oposición, Luis Abinader, quien saldría premiado con
la presidencia de la República, provocando con esto la salida de la oligarquía
peledeísta que se ha enquistado en el poder.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario