Las organizaciones internacionales y
potencias mundiales temen enfrentar la
verdadera problemática que sufre Haití.
“mientras más hacemos por muchas personas, menos
hacen ellas por ellas mismas” JFK
Por Ricardo Rojas Vicioso.
Mientras en Haití el gobierno del
presidente Martelly se enfrenta a protestas, precisamente por la situación tan
calamitosa y de corrupción en que viven, sobre la República Dominicana se
desata una campaña feroz, con el fin de ocultar la situación real por la que
viven los nacionales en Haití.

Campañas mediáticas muy bien
orquestadas, donde muchos papagayos nacionales e internacionales le hace el
jugo sin darse cuenta de que el problema no está en una decisión, sino en
resolver de una vez y por toda las condiciones en que se desenvuelve el pueblo
haitiano que es un vergüenza ante el mundo.
La realidad es que a pesar de que
todo esto está muy claro, durante años, se ha estado jugando a desviar la atención
en los verdaderos problemas de Haití, y en su lugar importantizar y sobre
dimensionar cualquier cosas que pase en la República Dominicana, para que de
esta forma esto se convierta en un tema y ocupe toda la atención mundial.
Gobierno tras gobierno sobre Haití, han
pasado sin lograr ningún avance significativo en el pueblo haitiano, su pobreza
y atraso siguen como siempre y los organismos internacionales no tocan este tema,
a menos que se haga alguna denuncia en República Dominicana que involucre algún
nacional haitiano, entonces inmediatamente se dan por enterado, no así, con la
gran cantidad de problemas a la que se tiene que enfrentar de carencias
diariamente el pueblo haitiano.
Pero lo más vergonzoso de este caso
no es la campaña mediática inmoral y la doble moral que se puede palpar oler y
casi saborear, sino que muchas personas toman los temas haitianos en República Dominicana,
como una manera de obtener notoriedad en los medios de comunicación, y también
hacerse los graciosos como defensores de los pobres haitianos, con las
potencias mundiales precisamente responsables de sumir esa nación en el abismo
en que se encuentra.
Nadie quiere enfrentar la problemática
haitiana con responsabilidad, y una prueba de esto lo viví en carne propia
cuando el terremoto que afectó este país. Durante más de 30 días que estuve en Jimanì,
trabajando traté de conseguir informaciones sobre los proceso de reconstrucción
que implementaría en Haití, las Naciones Unidas, y todavía lo estoy esperando.
Pero además una gran parte de los países que ofrecieron su ayuda, todavía
la están esperando los haitianos, muchos de los cuales todavía se encuentran en
condiciones infrahumanas viviendo en carpas, y sin alimento, agua ni dinero.
El tema haitiano, siempre y cuando
se produzca en la República Dominicana, es saboreado y cacareado a nivel
mundial, por naciones que no aportan solución al problema, solo criticar a la nación
que más ha ayudado, y la que dijo presente inmediatamente ocurrió el terremoto.
Nadie habla de cargar una parte de
esa inmigración haitiana ilegal a sus fronteras, sino que los dominicanos, no
repatriemos a los que de manera ilegal cruzan, y ahora hasta quiere que le
demos la nacionalidad, y que le pasemos por encima a nuestras propias leyes y Constitución, base
fundamental del ordenamiento político y territorial nacional.
Las propuestas de organizaciones
como Amnistía Internacional, el presidente de la Cámara de Diputados de Haití,
algunos juristas, y gente tratando de
que la decisión sea echada para atrás, son una muestra de los desenfocados,
poco profesional y turbados que están mucha gente y se creen, que todo el
tiempo República Dominicana debe cargar sola con esa enorme presión migratoria
irregular e ilegal pero también muy abusiva.
La economía dominicana, como país tercermundista
está muy precaria, al punto que no podemos solucionar nuestro propios
problemas, y los de nuestros pobres, y asumir
o pretender como quieren organismos internacionales que azumemos un
compromiso de más de dos millones de nacionales indocumentados es sencillamente
una muestra de la poca capacidad , carácter y pensamiento justo sobre República
Dominicana.
Esos países, y miembros de
organizaciones internacionales, no abren sus fronteras para que entren los haitianos,
y cuando estos lo intenta les aplican sus propias leyes migratorias, mientras
critican cuando las autoridades dominicanas, hace los mismo en su territorio
entre los que están Estados Unidos, Francia, Canadá y Brasil.
Una vez le dije a un comunicador que
trataba el problema pero enfocado en la óptica humanitaria, defendiendo la inmigración
haitiana lo siguiente: la República Dominicana es una embarcación que está
socorriendo unos náufragos de otra embarcación que representa Haití, y si la embarcación dominicana
sobre pasa la capacidad de carga, ¿qué pasará?... sencillamente se hundirá con
todos los náufragos, pero sobre todo ya no tendrá la capacidad de socorrer más náufragos.
Me gustaría que eso se le entre en la cabeza a mucha gente.
Pues a estos es que nos quieren
llevar hundirán, las dos naciones tratando de hipócritamente salvar una, sin
saber que Haití, necesita la República Dominicana para subsistir, y la situación
dominicana económica colapsa, también eso repercutirá en Haití.
Creo que las Naciones Unidas, Amnistía
Internacional, y todas aquellas instituciones, y organizaciones deben pensar
mejor antes de tomar alguna decisión, u opinión al respeto. Las opiniones no
siempre deben tomarla favoreciendo los haitianos, aunque sabemos que necesitan más
que nosotros, pero favoreciéndolos a ellos perjudican a nuestros pobres
dominicanos.
Los pobres dominicanos, son tan
importantes como los pobres haitianos, y ellos no tiene la culpa de que las políticas
en Haití, hayan, fracasado, al igual que sus respectivos gobierno, ni los
pobres ni la República Dominicana debe ser culpada, ya que no ha impuesto ningún
presidente, ni ha apoyado ningún dictador de los que se han enriquecido con el
pueblo haitiano, por lo que esta nación mantiene los índices más alarmantes de
pobreza y atraso social.
Pienso que la decisión del Tribunal
Constitucional debe marcar las pauta , para que todos los que se han pasado
años, defendiendo los haitianos desde medios de comunicación, y frescas
oficinas, recibiendo apoyos internacionales, dejen ya de acabar con los
dominicanos, y tomen el toro por los cuernos y saquen Haití, de su letargo .
Sencillamente los que quieren
defender a Haití, lo tiene durmiendo el sueño eterno, sin que nadie aporte
medidas, puntuales que permitan que se integre al conjunto de naciones que
aspiran a logra un progreso, y con esto bajar los niveles de miseria, por lo
que se conoce esta nación.
La inversión económica, en educación,
y oportunidades complementada con una campaña de liderazgo, son algunas de las medidas
que se deben implementar en ese país, que tanto lo necesita.
La mediocre estrategia de culpar a
la República Dominicana, y permanentemente llevarla a la Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos, con el único fin de intentar doblegar
su posición de frenar y regular la inmigración haitiana, a la cual tiene
derecho como nación soberana debe cesar.
Además esa necedad, no le ha dado ningún
resultado al pueblo haitiano para mejora su situación, por el contrario el
estar victimizando esa nación la ha llevado a sentarse a que se le resuelva sus
problemas, al punto que ni las mismas autoridades Haitianas, hacen nada,
siempre esperando que sean otros que les resuelvan los problemas a sus
nacionales.
Eso me hace recordar una frase del
asesinado presidente JFK :” mientras mas hacemos por algunas personas, menos
hacen ellas por ellas mismas” y eso es lo que ha estado pasando en Haití.
Creo que el mundo debe ir en rescate
de esa nación, y salvarla de sus malos gobernantes, y de potencia y naciones
desenfocadas que no han tenido la capacidad de sacarla de esa miseria.
Pienso que es importante buscar otras
organizaciones y naciones que no sean las tradicionales que en vez de ser un
trabajo equilibrado se han convertido en pro haitiano y contra dominicanos si
lograr ningún éxito en Haití.
Pero además sacarle de la cabeza las
ideas locas, descabelladas y necias de una fusión entre dos pueblos con características,
costumbres y culturas totalmente diferentes
A La República Dominicana deben
respetarle sus leyes, Soberanía, y Constitución, con la que ha estado saliendo
adelante como ejemplo ante el mundo, ha enfrentado naciones invasoras que han
tenido que saborear el polvo de la
derrota y la humillación, y es por eso que tanto la odian, por generaciones.
Finalmente las Naciones Unidas, OEA,
Amnistía Internacional, y todas aquellas organizaciones que han vendido ante el
mundo una intención de ayudar a Haití, que lo hagan sin tener que desacreditar
a la República Dominicana, y sencillamente inteligentemente, con valor, determinación
enfrentar los verdaderos problemas que tiene estacado al pueblo haitiano, que
todos conocen, así como sus culpables, y no es la República Dominicana.
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