Lo institucional versus lo mediático
HOMERO
LUIS LAJARA SOLÁ
“La verdad se corrompe tanto con la
mentira como con el silencio”.
-Marco Tulio Cicerón-
-Marco Tulio Cicerón-
Uno de los mayores desafíos enfrentados
por las fuerzas militares dominicanas del milenio, consiste en la elaboración
de una adecuada estrategia de comunicación. Es un imperativo de los tiempos que
vivimos y parte de las herramientas que un jefe o gerente debe tener en cuenta
y dominar para quedar bien con la poderosa opinión pública -dar la cara evita
distorsiones-, la cual se guía normalmente por los medios de comunicación
escritos, radiales, televisivos y tecnológicos en general.
Hoy, con la modalidad de mensajería
instantánea y redes sociales, como el BBmessenger, WhatsApp, Facebook y
Twitter, y las demás vías que ofrece la tecnología vía Internet, el mundo está
en comunicación en tiempo real. Por esa razón, para no confundir con falsas
percepciones que intranquilicen y afecten la imagen institucional, reviste gran
importancia la difusión exacta de las actividades de las instituciones
castrenses que inciden en la sociedad, excepto las que por su condición o
sensibilidad, pertenezcan al ámbito reservado de la confidencialidad militar.
Hablar de comunicación militar hoy en
día, es referirse tanto a la dirigida hacia dentro de la institución, como la
orientada al exterior, a través de los medios de comunicación. Ambas son
de vital importancia. La primera, porque es imprescindible que todo el personal
esté al tanto de lo que se está gestando y desarrollando en la rama a que
pertenece, mantenerlo el comando enterado, ya sea por vía de circulares,
órdenes generales, arengas verbales a la tropa en formación, etc. La segunda,
para mejor transparencia de las organizaciones del Estado. Resulta penoso que
aún existan actividades en las cuales sus integrantes se enteren de las
directrices y acciones a través de mecanismos no oficiales: la prensa o
por personas ajenas a la organización.
Cuando la comunicación militar interna
es efectiva, ésta opera de forma excelente, fortaleciendo el sentido de
pertenencia a la institución. El personal se siente valorado, tomado en cuenta
y, sobre todo, se minimiza el fomento de rumores y comentarios negativos, tan
comunes y nocivos para el clima institucional, cuando no existen canales de
comunicación apropiados dentro de una organización. Sin lugar a dudas, una
adecuada comunicación interna es un elemento imprescindible en los cuarteles,
para que al soldado, cuando le corresponda actuar, lo haga correctamente por el
sentido de disciplina, deber, lealtad y apego a los reglamentos, orientado por
sus superiores sobre el por qué de las cosas, las cuales deben ser
siempre legales, legítimas y realistas, enfocadas en la seguridad, defensa y desarrollo
nacional.
La comunicación militar externa -sin
contaminación de ninguna índole- reviste de la misma importancia, pues la
misma influye sobre la opinión pública, y ésta afecta a toda la sociedad,
incluyendo a los mismos integrantes de la institución, ya que las Fuerzas
Armadas salen de la sociedad, al modificarse ésta, los uniformados, que son su
reflejo, se transforman también. ¿Cómo difundir tanto lo positivo como lo
negativo, creando una opinión pública favorable en ambos casos? La comunicación
es una ciencia y un arte; ciencia en su conocimiento y arte en su aplicación,
por lo tanto, es necesario encontrar el equilibrio justo entre hablar en
demasía y callar en exceso. En todo momento, ante la intención de comunicar,
resulta necesario evaluar si la palabra o el silencio es lo más adecuado para
el momento.
Una presencia mediática excesiva por
parte del liderazgo militar, divulgando interioridades de cuarteles que en nada
tienen que ver con las relaciones cívico/militares, incluso antes de las mismas
conocerse en las estructuras militares, además de riesgosa, ocasionaría grietas
en el lacónico lenguaje militar, afectando la más de las veces la
credibilidad y popularidad del poder político. De manera que, tratándose
del estilo sencillo, respetuoso y en pro de la coexistencia pacífica de
nuestro Presidente actual, ocurriría entonces que la orquesta desafinaría por
los músicos no seguir la batuta del director.
Como reflexión final, saco a colación un
fragmento de la película “La Intérprete”, protagonizada por Nicole Kidman
y Sean Penn:
“El tiroteo a nuestro alrededor hace que
no podamos escuchar. Pero la voz humana es diferente de los otros sonidos.
Puede ser oída sobre los ruidos que sepultan todo lo demás. Incluso cuando no
es un grito. Incluso si es solo un murmullo. El más suave murmullo acalla un
ejército, cuando dice LA VERDAD”.
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