Ser pobre o empobrecido es muchísimo más que percibir un salario
miserable, estar desempleado, carecer de seguro médico o tener poca formación.
Es, además, la falta de un entorno digno donde vivir.
Son muchas las familias que, en campos y ciudades, no tienen una
vivienda, ni un entorno digno. El déficit habitacional ronda el millón de
viviendas, dicen los expertos que leen estadísticas.
Y están las cañadas. Vías de circulación de toda clase de
desechos. De toda clase, insistimos.
Cuando están secas, agreden con el mal olor, las moscas y
ratones; provocan enfermedad. Cuando llueve, entonces es lodo, inundación,
enfermedad y muerte.
Una de esas cañadas, mortífera, es la de Bonavides en nuestra
capital. Separa Los Guandules de La Ciénaga.
El presidente Danilo Medina estuvo allí el lunes 7 de octubre en
la tarde. Hace 15 días. Lo que vio, indescriptible. Recibió explicaciones
de Omar Nivar Casilla, coordinador de la Red de Jóvenes de Los Guandules y de
Jesucita Casilla Sánchez, presidenta de la Unión de Vecinos.
Ordenó a la CAASD (Corporación de Acueducto y Alcantarillado de
Santo Do
Esta intervención, que por su magnitud sólo era posible por
parte del gobierno, ha permitido que algunos jóvenes consigan emplearse y que
los negocitos se reencuentren con el dinero vendiendo comida, agua y refrescos
a los operarios de los equipos, sus ayudantes y trabajadores.
La obra estará lista, terminada, el 15 de diciembre. Sin falta.
Con razón Jesucita Sánchez se adelanta al anunciar que
"estas Navidades van a ser buenísimas".
En Bonavides estuvimos. En Los Guandules. Hablamos con sus
vecinos. Recogimos su entusiasmo. Fuimos testigos del fantástico trabajo que se
está haciendo. Aquí lo ofrecemos en este video de 2 minutos y 44 segundos.

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