Mandatario no insistirá en resolución para usar fuerza
Washington, 13 sep (EFE).- El
presidente de EE.UU, Barack Obama, no insistirá en una resolución de la ONU que
amenace con usar la fuerza para garantizar el control de las armas químicas en
Siria, dado que un documento así sería vetado con toda seguridad por Rusia,
señalaron hoy fuentes oficiales.
Obama se reserva la autoridad de
ordenar un ataque militar de forma unilateral en caso de que Siria no cumpla
con su compromiso de poner su arsenal químico bajo control internacional, pero
no buscará necesariamente el apoyo de la ONU para ese objetivo, indicaron hoy
altos funcionarios estadounidenses al diario The New York Times.
El mandatario es consciente de que
una resolución que incluya el uso de la fuerza no saldrá adelante en el Consejo
de Seguridad, donde Rusia tiene poder de veto, reconocieron las fuentes, que
pidieron el anonimato.
Obama renuncia así a la idea
propuesta esta semana por Francia de acordar una resolución en la ONU que
invoque el capítulo 7, una cláusula que permite a los miembros de las Naciones
Unidas recurrir a la fuerza militar para obligar a la aplicación de un acuerdo.
Según las fuentes, Estados Unidos
sigue persiguiendo una resolución en la ONU sobre Siria, pero buscará que ésta
se apoye en otras medidas, como sanciones u otras consecuencias, para asegurar
que el régimen de Bachar al Asad pone sus armas bajo control internacional,
como ha propuesto Rusia.
El secretario de Estado de EE.UU.,
John Kerry, y su homólogo ruso, Sergéi Lavrov, continuarán en las próximas
horas un proceso de negociación en Ginebra sobre cómo implementar la iniciativa
rusa de identificar, poner bajo control internacional y destruir el arsenal
químico de Siria.
Los funcionarios consultados por el
diario aseguraron que las conversaciones en Ginebra han sido lo suficientemente
serias como para convencerlos de que la propuesta rusa no se trata de una
táctica dilatoria, pero por ahora no están seguros de si podrán llegar a un
acuerdo para llevar a cabo la iniciativa.
Aunque ya no busca necesariamente el
respaldo de la ONU, Estados Unidos se niega a aceptar la demanda siria y rusa
de poner en suspenso su amenaza de un ataque militar, por considerar que es
precisamente eso lo que ha reabierto la puerta a una solución diplomática.
"Sólo después de la amenaza de
una acción militar directa de EE.UU., hemos llegado a un punto en el que
estamos teniendo conversaciones técnicas sustanciales en Ginebra" con
Rusia, dijo hoy la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Marie Harf, a
los periodistas.
Estados Unidos está, además, "convencido"
de que el informe de los inspectores de la ONU sobre el ataque del pasado 21 de
agosto, que desencadenó la amenaza militar de EE.UU. y el intento diplomático
de Rusia, confirmará que se usaron armas químicas.
"Estoy convencida de que el
informe de la ONU reafirmará lo que llevamos mucho tiempo diciendo, pese a que
no asigne la culpa a nadie: que el 21 de agosto se usaron armas químicas a gran
escala en Siria", señaló Harf.
La portavoz consideró además
insuficiente la solicitud efectuada el jueves por Siria de unirse a la
Convención Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas de la ONU.
"Esto no se trata de firmar un
trozo de papel, cuando han usado armas químicas de forma indiscriminada,
matando a más de 1.400 civiles inocentes. No es suficiente hacer declaraciones;
tenemos que ver que se toman acciones verificables", indicó.
CAMBIO DE ESTRATEGIA SOBRE SIRIA HA
DEBILITADO A OBAMA
Sobre el mismo tema, comentan los
expertos que el cambio de estrategia en Siria de EE.UU., que ha pasado de la
amenaza de un ataque militar inminente a dar tiempo a la diplomacia, ha
debilitado al presidente Barack Obama y, en paralelo, está dando fuerza a Rusia
y a países "hostiles" a Washington como Irán.
"Es un momento muy difícil para
Obama", quien está "atrapado" por una iniciativa diplomática, la
de intentar poner bajo control internacional el arsenal químico sirio, con
opciones muy limitadas de tener éxito, resumió hoy a Efe Steffen Schmidt,
profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Iowa.
Mientras, el papel que Rusia ha
jugado para lanzar esa iniciativa "ha fortalecido en gran medida la imagen"
de su presidente, Vladímir Putin, y la "credibilidad" de Moscú
"entre los muchos países a los que no les gusta Estados Unidos ni sus
políticas", agregó Schmidt.
A su juicio, el artículo publicado
por Putin en The New York Times, muy crítico con EE.UU. y que ha levantado
ampollas entre la clase política en Washington, "es un claro indicio de
que los rusos sienten que controlan la agenda y las negociaciones".
En el escenario actual Obama sale
"debilitado", con su credibilidad "profundamente dañada",
frente a una posición "fortalecida y consolidada" para países
"históricamente hostiles" hacia EE.UU. como Irán, opina David
Rothkopf en la revista Foreign Policy.
Y el presidente sirio, Bachar Al
Asad, "lejos de recibir un castigo de algún tipo" por el supuesto uso
de armas químicas, "pasa de monstruo a socio para la paz", en tanto
que Putin se apodera del escenario mundial "jugando a negociador",
abunda Charles Krauthammer en The Washington Post.
"En cierto modo Putin le ha
salvado el pellejo a Obama al plantear una posible solución diplomática",
argumentó a Efe Gordon Adams, experto en política exterior de la American
University.
La pregunta es por qué Obama ha
decidido dar una última oportunidad a la diplomacia apenas unos días después de
haber anunciado su intención de llevar a cabo una acción militar
"limitada" contra el régimen sirio.
"Porque él sabe que hay poco
apoyo en Estados Unidos, entre el público y en el Congreso, incluso para un
ataque militar limitado contra Siria e intuye que una acción así acarrea
también enormes incertidumbres", respondió a Efe Aaron D. Miller, del
centro de estudios Wilson Center.
No es que Obama sea reacio al uso de
la fuerza, pero "siempre ha tenido una tendencia a preferir confiar en
nuestras capacidades diplomáticas", apuntó, por su parte, Adams.
Con la mayoría del Congreso muy
reticente desde un principio a dar a Obama la autorización solicitada para usar
la fuerza, la Casa Blanca tampoco ha sabido ser convincente y tanto su defensa
de la necesidad de actuar en Siria como los detalles del posible ataque han
estado "llenos de contradicciones", según Rothkopf.
La "única cosa" que el
presidente dejó clara en su discurso a la nación del pasado martes, con el que
buscaba poner de su lado a los estadounidenses, fue "su propia indecisión"
respecto a qué hacer en Siria, enfatizó este experto.
Para Anthony Cordesman, del Centro de
Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS), el verdadero problema es que
tanto el Gobierno de Obama como el Congreso "han perdido de vista el
objetivo estratégico" de EE.UU. y "cualquier esfuerzo para poner fin
a la guerra civil siria ha sido prácticamente olvidado".
Las armas químicas "no son el
verdadero desafío humanitario" en Siria, de acuerdo con Cordesman, quien
cree que EE.UU. debe enfocarse "en ayudar a los rebeldes con el objetivo
específico de tratar de forzar una salida negociada al conflicto".
Esos rebeldes están empezando a
sentirse "abandonados" por EE.UU., según advirtió esta semana el
influyente senador republicano John McCain, quien ha viajado a Siria en varias
ocasiones para reunirse con ellos.
Dejar que la guerra civil continúe en
Siria "será mucho más que un desastre humanitario", puesto que la
"debilidad" e "inconsistencia" que está mostrando EE.UU. en
estos momentos socavarán su "capacidad para disuadir y limitar futuros
conflictos a nivel global", alertó Cordesman.

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