La semana pasada transcurrió bajo el signo del porvenir
futurista.
Para empezar, Nigel Ackland, dueño de la mano biónica más
perfecta del mundo, visitó Moscú. Él es capaz de amarrarse los cordones de los
zapatos, teclear, en resumen, de todo lo que puede hacer cualquier persona. La
mano artificial gira la muñeca, dobla cada dedo por separado y es capaz de
hacer lo que no puede una mano humana natural: girar la muñeca 180 grados, en
total 14 combinaciones, de las que ocho, como quien dice, están precargadas, y
las otras pueden ser descargadas en la mano a través del bluetooth.
En 2006 Nigel sufrió un accidente, como resultado su brazo
derecho prácticamente se desprendió y hubo que amputarlo. Hace aproximadamente
un año le llamaron de una empresa inglesa y le propusieron probar su última
invención: una prótesis biónica.
El revés de la prótesis se ajusta de forma especial al muñón. En
ambos lados: adentro y afuera, cuenta con electrodos. Todo lo que uno debe
hacer es imaginarse que está apretando una pelotita. De ese modo, la señal
llega al músculo que se contrae, y se transmite al motor. Para que la mano
funcione sin fallas durante todo el día, por la noche la pone a cargar con el
enchufe, como un teléfono común. Ahora Nigel ha vuelto a sentirse como un
hombre normal. Pero, desde el punto de vista técnico, es un cyborg principiante.
En el portal electrónico “Gazeta.ru” el psicofisiólogo Alexander
Kaplán dice que actualmente en los laboratorios de todo el mundo están
intentando conectar las extremidades directamente al cerebro. “Tarde o temprano
se descompone no sólo una mano, no sólo una rodilla o el fémur. Empiezan a
fallar los riñones, el hígado, etcétera. Regresamos a la idea de que el cerebro
muere simplemente porque fallan los órganos que le dan vida. Mientras que el
cerebro hubiera podido vivir por mucho tiempo. Y surge la sensación de que
creando un sistema de apoyo vital para el cerebro, éste vivirá tanto cuanto ese
sistema esté funcionando.”
El público en general se fijó en otro acontecimiento de la
semana: la presentación de la primera croqueta en probeta del mundo. Mark Post,
profesor de fisiología de la Universidad de Maastricht, quién trabajó en la
creación de la hamburguesa artificial, habla sobre la tecnología: los
científicos tomaron las células de una vaca común y crearon las condiciones
especiales en las que esas células se reproducían convirtiéndose en el tejido
muscular. De una célula resultan 40 mil millones, suficiente para una pequeña
hamburguesa.
Según algunas apreciaciones, en los próximos 40 años se
necesitará aumentar el volumen de producción de alimentos en el 70 %, ya que
para 2050 el número de personas en el planeta alcanzará 9 mil millones de
personas. Pareciera que la leche artificial puede resolver el problema. Sin
embargo, Frances Lappé, Joseph Collins y Peter Rosset subrayan en su libro
“Hambre en el Mundo: 12 mitos”, que el principal problema es la abundancia de
la comida, no su escasez. La raíz del mal consiste en el sistema de
distribución de los alimentos que se tienen y en el costo de los productos.
El académico Iosif Rógov considera que todo lo vivo puede ser
reproducido. “Llegara el tiempo cuando eso será absolutamente necesario. Porque
la población está creciendo más rápido de lo que crece la ganadería que en
algunos lugares ya ha llegado a su límite. Si usamos las nuevas tecnologías,
bajamos el gasto del agua en el 80%, de la energía eléctrica, en el 45%. Más o
menos se puede decir que podemos dar de comer a todo el mundo con una sola
célula. El tejido muscular madura alrededor de 20 días. ¡No son años, son días!
Hemos estudiado lo más importante: la seguridad de esa masa, su composición
química, de aminoácidos, de proteínas, sus relaciones, todo es igual, no hemos
captado la diferencia.”
Tanto los partidarios, como los enemigos de la nueva tecnología
coinciden en una cosa: hay un trecho enorme de la primera hamburguesa
artificial hasta su producción industrial. Y lo más importante es que en ese
camino hay que conducirse con mucho cuidado: hasta que estemos seguros de que
algún logro del progreso científico-técni co sirve para el bien de la gente, por
un sentido de auto conservación vale la pena considerarlo el mal.
vg/sk
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente
coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
Leer más: http://spanish.ruvr.ru/news/2013_08_12/Hasta-donde-ha-llegado-el-progreso-6441/
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Fuente la Voz de Rusia.
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