Señora
Kamla Persad-Bissessar
Primera Ministra de la República de Trinidad y Tobago
Anfitriona de la Trigésimo Cuarta Reunión de Jefes de
Estado y de Gobierno de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y Presidente de
CARICOM
Señores Jefes de Estado y de Gobierno de CARICOM
Señor Secretario General de CARICOM y CARIFORO Irwin La
Rocque
Señores Invitados Especiales
Señoras y Señores
Es un gran honor para mi acompañarlos en esta Trigésimo
Cuarta Reunión de Jefes de Estado y Gobierno de CARICOM que hoy se celebra en
Trinidad y Tobago. Agradezco profundamente la invitación de la Primera Ministra
Persad-Bissessar, y la acostumbrada hospitalidad con la que su pueblo nos
recibe.
Mi participación en este encuentro se produce en un
momento muy especial para nuestro país en el ámbito internacional. Desde
nuestra llegada al gobierno, decidimos darle un impulso sin precedentes a la
integración regional de nuestro país y en los últimos días hemos vivido
notables avances en ese camino.
Hace apenas una semana, el pasado 27 de junio, hicimos
oficial nuestra incorporación plena al Sistema de Integración Centroamericano.
Dos días más tarde nos sumamos con entusiasmo, al igual que gran parte de los
países aquí presentes, a la nueva Zona Económica de Petrocaribe, que sin
duda contribuirá a dinamizar nuestros intercambios y mecanismos de
colaboración.
Hoy, nuestros esfuerzos por estrechar los lazos
regionales encuentran una nueva y trascendente oportunidad, en este encuentro
con nuestros hermanos del Caribe.
A decir verdad, Caricom es, y debe ser cada vez más,
nuestros espacio natural de intercambio, de cooperación y de integración. Es
nuestro entorno inmediato y, como tal, vamos a priorizarlo. No solo por nuestra
cercanía geográfica, sino también por los vínculos de nuestra historia y
nuestros pueblos.
Por eso, como Presidente de la República Dominicana, quiero
hacerles llegar un mensaje de apertura y compromiso hacia la cooperación mutua,
basada en la complementariedad de nuestros países, en la solidaridad y en el
desarrollo sostenible.
Estamos decididos a impulsar todos los mecanismos de
integración con los países hermanos del Caribe, tanto en el ámbito político
como en el económico y social, poniendo siempre en primer lugar el bienestar de
nuestros pueblos.
Señoras y señores,
Quiero ser enfático en esto. La República Dominicana
viene ante ustedes con los brazos abiertos con voluntad de trabajo y con
humildad. Nuestro gobierno cree firmemente en una integración basada en el
entendimiento, en el consenso y en la ayuda mutua. Hablamos de vecinos ayudando
a vecinos, no de imponer los intereses de unos sobre otros.
El principio rector de nuestro gobierno es poner siempre
a las personas, a todas las personas, en el centro de las políticas. Y nuestras
relaciones exteriores no son la excepción.
Entendemos que el futuro de nuestro país y de nuestros
países hermanos pasa, necesariamente, por un renacer conjunto de la región
caribeña y por un fortalecimiento decidido de nuestros mecanismos de
coordinación.
Amigos y amigas,
Hace justamente 40 años, en la región de Chaguaramas a
pocos kilómetros de este lugar, cuatro países independientes decidieron
suscribir un Tratado que alumbraría uno de los más sólidos bloques de
integración en nuestra región.
Al estampar sus firmas en este histórico acuerdo, los
representantes de Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago sentaron las
bases de una comunidad que hoy agrupa 15 Estados Miembros y 5 Asociados. Una
unión cimentada en principios sólidos, orientados a la creación de condiciones
que permitan el desarrollo de sus ciudadanos. Una comunidad que enfrenta las
dificultades propias del convulso escenario internacional, pero que ha sabido
irse consolidando en el tiempo.
Debo reconocer la evolución natural de procesos
iniciados con la colaboración estrecha de dos orgullosos trinitarios: Edwin
Carrington, quien como Secretario General ACP jugó un rol clave en nuestro
ingreso al Grupo ACP conjuntamente con Haití; y Henry Gill, Director Senior y
luego Director General de la Maquinaria Regional de Negociaciones del Caribe,
ido a destiempo hace apenas unos meses, después de trabajar arduamente en
formular y defender nuestros intereses en las negociaciones del Acuerdo de
Asociación Económica (EPA) con la
Unión Europea.
Son efectivamente muchos los vínculos históricos que
unen al CARICOM y a la República Dominicana.
Desde 1989 de manera conjunta conformamos el CARIFORO,
dentro del Foro de África, Caribe y Pacífico. Mediante este espacio de
coordinación regional mantenemos un dialogo político fluido, propiciamos relaciones
comerciales productivas, y nos beneficiamos de la cooperación por vía de los
Fondos Europeos de Desarrollo.
En 1998 suscribimos nuestra Tratado de Libre Comercio
CARICOM-RD. Desde su entrada en vigor en diciembre del año 2001, el comercio en
nuestra región se profundiza con libre acceso en los países más desarrollados
de CARICOM. Asimismo, acordamos un programa de reducción sobre la tasa
arancelaria de Nación Más Favorecida (NMF), para acceso a los países menos
desarrollados de CARICOM o que hayan sido producidos en Zonas Francas.
Es verdad que la implementación de este Acuerdo no ha
sido sencilla y sus avances no han seguido el ritmo que desearíamos. Sin
embargo, quiero aprovechar este encuentro para reafirmar nuestra voluntad
política de impulsar los trabajos que lleven a su implementación definitiva.
Estamos decididos a establecer un diálogo abierto y franco que nos permita
superar los obstáculos y profundizar este proceso.
El referente más reciente en el marco de nuestras
relaciones lo constituye el Acuerdo de Asociación Económica (EPA) suscrito
entre el CARIFORO y la Unión Europea. Un Acuerdo que reconoce las asimetrías
con nuestros socios del viejo continente, pero sobre todo establece las
condiciones para el fortalecimiento de la integración regional.
Como región debemos ser proactivos. En varias ocasiones
hemos solicitado ser miembros de CARICOM, y continuamos en la mejor disposición
de continuar este diálogo, en el entendido de que nuestra incorporación
contribuirá al fortalecimiento de nuestra relación. Por tanto, acogemos
con beneplácito las expresiones vertidas en la Reunión de Ministros de
Relaciones Exteriores de CARICOM el pasado mes de mayo, que al unísono
ponderaban positivamente la inclusión de República Dominicana a este
bloque.
Como todos sabemos, diversos mecanismos nos unen. Pero
ha llegado el momento de que logremos una convergencia positiva de todas las
iniciativas de integración en las que participamos.
Amigos y amigas,
Este es un gran momento para reflexionar sobre el presente
y el futuro de nuestra integración. Pero sobre todo, para decidir también, de
manera conjunta, que acciones podemos iniciar ya para sacarle un mayor provecho
a nuestra relación.
Debemos ser audaces y creativos en la búsqueda de nichos
de oportunidad y en la superación conjunta de retos comunes.
Este es el momento de que miremos nuevas fronteras en la
convergencia caribeña, como ha propuesto el Ministro de Relaciones Exteriores
de Trinidad y Tobago Winston Dookeran.
Un paso fundamental en este sentido es la ampliación del
número de países miembros de CARICOM incorporando de manera formal a nuevos
socios.
Solo así lograremos crear una nueva frontera para la
convergencia caribeña, que promueva la producción y la competitividad en un
mercado de 40 millones de personas, sostenida en la participación y cooperación
entre sus miembros.
Por otra parte, buscar ejes de acción concretos en los
que nuestras naciones puedan cooperar.
Iniciativas que favorezcan los movimientos de personas,
mercancías, capital e ideas entre nuestros territorios, al tiempo que den
respuesta a necesidades concretas de nuestros pueblos.
Una necesidad concreta que tienen nuestras gentes, por
ejemplo, es la de contar con medios de respuesta efectivos ante posibles
desastres naturales. Por ello continuaremos respaldando iniciativas como el
proyecto HOPEFOR, que tiene como objetivo mejorar la eficacia y la coordinación
de los mecanismos de emergencia regionales ante desastres naturales.
En nuestra opinión, no solo los objetivos de este
programa son algo que podría servir de inspiración a los esfuerzos integradores
del Caricom. Sino que sus principios de operación, regidos por la
imparcialidad, la neutralidad, la independencia y la asistencia basada en el
concepto de “vecinos ayudando a vecinos”, conforman las líneas generales de
cualquier proyecto común que en el futuro emprenderán las naciones del
Caribe.
El centro de excelencia en respuesta a emergencias, que
comienza su andadura en Santo Domingo, servirá para reforzar los vínculos entre
nuestras instituciones, tanto civiles como militares, encargadas del socorro a
nuestras poblaciones. Entendemos que esta iniciativa complementa a otras
estrategias en marcha que se están desarrollando en el Caribe y también en el
seno del SICA.
En este sentido, tengo el placer de invitar a los
representantes de los países aquí presentes a la conferencia internacional
sobre la iniciativa HOPEFOR, que en noviembre tendrá lugar en nuestra capital.
Esperamos que este encuentro nos ayude a profundizar la cooperación ante los
desafíos naturales que nuestra geografía común nos plantea.
Señoras y señores
Consideramos también que el turismo, elemento clave de
nuestras economías, debe ser igualmente un eje de integración entre nuestras
naciones.
En la última cumbre de Petrocaribe, en la que dicho
organismo dio un paso adelante para convertirse en una zona de intercambio
económico, la República Dominicana pasó a presidir la comisión de turismo de la
misma.
De la misma forma, ofrecemos a este espacio de
cooperación nuestra experiencia en este ámbito, y nos ponemos a su servicio
para contribuir al desarrollo del sector y al intercambio de conocimientos con
nuestros vecinos.
De igual forma, hay un tercer aspecto fundamental para
el desarrollo sostenible de la región y para la creación de empleos que
deseamos impulsar. Me refiero a las comunicaciones e infraestructuras
regionales.
En este sentido, hace algunas semanas logramos coordinar
una reunión con importantes actores públicos y privados del transporte aéreo en
el Caribe. Recibimos a los Cancilleres de Colombia y de Trinidad y Tobago, en
compañía de los Presidentes de AVIANCA y de Caribbean Airlines, con quienes
conversamos de las oportunidades para lograr una mejor interconectividad a lo
interno de nuestra región y con el resto del mundo. Esperamos continuar este
diálogo con otros interesados, y que el mismo se traduzca en acciones concretas
que en el corto plazo nos permitan alcanzar nuestro objetivo.
Es de nuestro máximo interés que éstas y otras iniciativas
encaminadas a mejorar las capacidades de intercambio en la región se
desarrollen con éxito y pondremos todo nuestro esfuerzo para que así sea.
Amigos y amigas
En esta nueva etapa de renacimiento del Caribe, todos
estamos en disposición de salir ganando. Aprovechando la complementariedad de
nuestras economías y las posibilidades de encadenamiento productivo.
Recientemente hemos visto un mayor flujo de capital
privado dominicano en diversos países del CARICOM. Casos puntuales de inversión
se concretizan en la industria de los fertilizantes en Jamaica, en la industria
azucarera en Belice, en la industria del acero en Trinidad y Tobago, y en la de
cerveza en Saint Vincent. Debemos continuar impulsando más inversión, que
generen más fuentes de trabajo y más prosperidad para nuestra gente.
Estamos llamados a crear un espacio económico abierto y
solidario, como vía de dinamización del movimiento de integración del Caribe,
que permita que su principal instrumento, el CARICOM, se transforme en una
entidad flexible que pueda dar respuesta tanto a las oportunidades económicas,
como a los riesgos de nuestro clima y a las necesidades de una mayor
integración política.
Este es el escenario idóneo para el relanzamiento de
nuestra relación. Tomando las necesidades y demandas de nuestros pueblos como
el punto de partida de nuestras políticas, encontraremos el camino para superar
viejos recelos y comprobar cuánto más fuertes son los lazos que nos unen en un
destino común.
Nuestra región tiene un enorme potencial para el
crecimiento, para el desarrollo y para llevar felicidad y progreso a los
millones de hombres y mujeres que comparten este hermoso mar Caribe.
Cada paso que damos por la unión de nuestra región, cada
nuevo esfuerzo integrador, nos acerca un poco más al sueño de nuestros
próceres, al sueño de la Patria Grande Latinoamericana.
La República Dominicana cree y trabaja por ese sueño.
Aspiramos a ser parte de un continente de paz y justicia, capaz de crecer en
igualdad y solidaridad.
Cuenten con nosotros para avanzar en ese camino. Cuenten
con una República Dominicana comprometida, abierta y con la firme decisión de
hacer lo que nunca se ha hecho.
Muchas gracias.
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