El Instituto Internacional de Estudios para la
Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) ha publicado otro prontuario
de los gastos militares mundiales, haciendo el resumen del 2012.
Globalmente, se han reducido un 0,5 % frente al
2012, pero en varios países y regiones siguen creciendo. Entre los líderes
figura también Rusia, cuyos gastos en la Defensa en 2012 crecieron en más de 12
000 millones de dólares, o sea, casi 16 %.
Crisis y tranquilidad en Europa
18 de los 31 países europeos que forman parte y/o son
miembros de la OTAN, redujeron sus gastos militares en más del 10 %. Las causas
de este fenómeno son diversas. Primero, la continua crisis; segundo, la falta
duradera de una amenaza militar real. El colapso del Pacto de Varsovia,
primero, y, luego, de la URSS hicieron que la amenaza de una gran guerra en
Europa se viera relegada a un segundo plano. Esto provocó la reducción general
de las Fuerzas Armadas (sobre todo, de las fuerzas terrestres), salvo algunas
excepciones. Paralelamente, los ejércitos de los países europeos siguen
incrementando sus potencialidades expedicionarias: buques de desembarco,
fuerzas de aerotransportadas, aviación de transporte y otras herramientas de
apoyo a las acciones a gran distancia del territorio nacional.
No se logra reducir los gastos en la adquisición del material
bélico moderno. Cada nueva generación de armamento supone trabajos I+D siempre
más costosos. De un lado, ello exige mayores gastos y de otro, obliga a limitar
las compras de nuevos modelos. Fehaciente ejemplo de esta situación es el
programa de compras de los cazas F-35. Son muy caros otros armamentos modernos,
lo que obliga a muchos países a adquirir de mancomún algunos modelos. Por
ejemplo, una “propiedad compartida” de la OTAN son tres aviones С-17 que
integran Heavy Airlift Wing y cumplen misiones fundamentalmente en interés de
los países de la Europa del este, demasiado pobres para mantener aparatos
propios de este tipo.
Asia:
acondicionando el campo de batalla
Durante el año transcurrido, los gastos militares en Asia
subieron más del 3 %. Entre los líderes del crecimiento en este ámbito figuran
China, Japón, India, Vietnam, Indonesia.
Los incesantes diferendos y controversias en esta zona del
mundo, acompañados de un preocupante fomento de las FFAA de China, constituyen
un perfecto estímulo para incrementar los gastos militares.
A diferencia de Europa, la economía de muchos países asiáticos
continúa creciendo. Sin lugar a dudas, la tónica en este ámbito lo está
marcando China cuyos gastos en 2012 crecieron 11 500 millones de dólares, o
sea, un 7,5 %, acercándose a la suma de 160 000 millones de dólares (segundo
puesto en el mundo, después de EEUU). China, seguida de India, invierten
cuantiosos recursos en el rearme de la Fuerza Aérea y la Defensa Antiaérea,
incrementan sus fuerzas navales. Ambos países incorporan portaaviones en la
Marina, construyen y compran nuevos buques y submarinos. Los mayores países
asiáticos mejoran asimismo su infraestructura, construyen nuevas instalaciones,
centros de adiestramiento, dotándolos de modernos equipos.
Ello no obstante, la crisis económica hizo que los gastos
militares de Asia se redujeran de un 7 % a un 3 %. Asia acapara la atención de
muchos países. El crecimiento del poder militar chino y una fuente de inquietud
en la persona de Corea del Norte no pueden dejar indiferente a Washington. Las
mismas razones, más las potencialidades de EEUU y una postura poco clara de
Japón obligan también a Rusia a prestar cada vez mayor atención a esta zona e
incrementar allí su presencia militar.
Rusia: el
precio del rearme y nuevos retos
Los gastos militares de Rusia vienen creciendo durante tres
décadas consecutivas con un pequeño paréntesis en 2010, cuando el presupuesto
militar sufrió una reducción.
Gastando hoy en la Defensa, según la paridad del poder
adquisitivo, más de 90 000 millones de dólares (unos 90 000 millones de
dólares, según el tipo de cambio), Rusia se sitúa en el tercer puesto, después
de EEUU y China. Un aumento de casi 16 % constituye un récord para las grandes
potencias. Pero sería injusto atribuir esto a una cierta “agresividad de
Moscú”. El aumento de los gastos militares de Rusia es, en rigor, la
recuperación de un nivel normal que debe tener una potencia tan grande. En
varias áreas, Rusia se ve obligada a invertir grandes recursos en el rearme
para compensar la catastróficamente escasa financiación de las FFAA en los años
90 y neutralizar sus consecuencias.
Y, por último, afronta toda una gama de diversas amenazas
militares. Mientras la situación en Europa es hoy relativamente tranquila, lo
mismo no puede decirse respecto Asia Central y el Lejano Oriente, sobre todo,
en el segundo lustro de la década actual y en la próxima.
Los rubros de los gastos son
interminables: desde misiles intercontinentales hasta equipamiento para
soldados. Tomando en consideración las características del programa nacional de
fabricación de armamento y material, podemos pronosticar el sucesivo aumento de
los gastos militares de Rusia. Hacia finales de la década actual, si no llegan
a ocurrir fuertes conmociones económicas, los mismos bien podrían situarse en
90 000 millones de dólares anuales.
ach/kg
Fuente la voz de Rusia.

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