miércoles, 17 de abril de 2013

Los altibajos de los gastos militares

El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) ha publicado otro prontuario de los gastos militares mundiales, haciendo el resumen del 2012.

Globalmente, se han reducido un 0,5 % frente al 2012, pero en varios países y regiones siguen creciendo. Entre los líderes figura también Rusia, cuyos gastos en la Defensa en 2012 crecieron en más de 12 000 millones de dólares, o sea, casi 16 %.

Crisis y tranquilidad en Europa 
18 de los 31 países europeos que forman parte y/o son miembros de la OTAN, redujeron sus gastos militares en más del 10 %. Las causas de este fenómeno son diversas. Primero, la continua crisis; segundo, la falta duradera de una amenaza militar real. El colapso del Pacto de Varsovia, primero, y, luego, de la URSS hicieron que la amenaza de una gran guerra en Europa se viera relegada a un segundo plano. Esto provocó la reducción general de las Fuerzas Armadas (sobre todo, de las fuerzas terrestres), salvo algunas excepciones. Paralelamente, los ejércitos de los países europeos siguen incrementando sus potencialidades expedicionarias: buques de desembarco, fuerzas de aerotransportadas, aviación de transporte y otras herramientas de apoyo a las acciones a gran distancia del territorio nacional.
No se logra reducir los gastos en la adquisición del material bélico moderno. Cada nueva generación de armamento supone trabajos I+D siempre más costosos. De un lado, ello exige mayores gastos y de otro, obliga a limitar las compras de nuevos modelos. Fehaciente ejemplo de esta situación es el programa de compras de los cazas F-35. Son muy caros otros armamentos modernos, lo que obliga a muchos países a adquirir de mancomún algunos modelos. Por ejemplo, una “propiedad compartida” de la OTAN son tres aviones С-17 que integran Heavy Airlift Wing y cumplen misiones fundamentalmente en interés de los países de la Europa del este, demasiado pobres para mantener aparatos propios de este tipo. 
Asia: acondicionando el campo de batalla 
Durante el año transcurrido, los gastos militares en Asia subieron más del 3 %. Entre los líderes del crecimiento en este ámbito figuran China, Japón, India, Vietnam, Indonesia.
Los incesantes diferendos y controversias en esta zona del mundo, acompañados de un preocupante fomento de las FFAA de China, constituyen un perfecto estímulo para incrementar los gastos militares.
A diferencia de Europa, la economía de muchos países asiáticos continúa creciendo. Sin lugar a dudas, la tónica en este ámbito lo está marcando China cuyos gastos en 2012 crecieron 11 500 millones de dólares, o sea, un 7,5 %, acercándose a la suma de 160 000 millones de dólares (segundo puesto en el mundo, después de EEUU). China, seguida de India, invierten cuantiosos recursos en el rearme de la Fuerza Aérea y la Defensa Antiaérea, incrementan sus fuerzas navales. Ambos países incorporan portaaviones en la Marina, construyen y compran nuevos buques y submarinos. Los mayores países asiáticos mejoran asimismo su infraestructura, construyen nuevas instalaciones, centros de adiestramiento, dotándolos de modernos equipos.
Ello no obstante, la crisis económica hizo que los gastos militares de Asia se redujeran de un 7 % a un 3 %. Asia acapara la atención de muchos países. El crecimiento del poder militar chino y una fuente de inquietud en la persona de Corea del Norte no pueden dejar indiferente a Washington. Las mismas razones, más las potencialidades de EEUU y una postura poco clara de Japón obligan también a Rusia a prestar cada vez mayor atención a esta zona e incrementar allí su presencia militar. 
Rusia: el precio del rearme y nuevos retos 
Los gastos militares de Rusia vienen creciendo durante tres décadas consecutivas con un pequeño paréntesis en 2010, cuando el presupuesto militar sufrió una reducción.
Gastando hoy en la Defensa, según la paridad del poder adquisitivo, más de 90 000 millones de dólares (unos 90 000 millones de dólares, según el tipo de cambio), Rusia se sitúa en el tercer puesto, después de EEUU y China. Un aumento de casi 16 % constituye un récord para las grandes potencias. Pero sería injusto atribuir esto a una cierta “agresividad de Moscú”. El aumento de los gastos militares de Rusia es, en rigor, la recuperación de un nivel normal que debe tener una potencia tan grande. En varias áreas, Rusia se ve obligada a invertir grandes recursos en el rearme para compensar la catastróficamente escasa financiación de las FFAA en los años 90 y neutralizar sus consecuencias.

Y, por último, afronta toda una gama de diversas amenazas militares. Mientras la situación en Europa es hoy relativamente tranquila, lo mismo no puede decirse respecto Asia Central y el Lejano Oriente, sobre todo, en el segundo lustro de la década actual y en la próxima.
 Los rubros de los gastos son interminables: desde misiles intercontinentales hasta equipamiento para soldados. Tomando en consideración las características del programa nacional de fabricación de armamento y material, podemos pronosticar el sucesivo aumento de los gastos militares de Rusia. Hacia finales de la década actual, si no llegan a ocurrir fuertes conmociones económicas, los mismos bien podrían situarse en 90 000 millones de dólares anuales.
ach/kg
Fuente la voz de Rusia.

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