La debilidad de la
justicia y la Policía Nacional para mantener las calles libres de delincuentes
ha llevado a la población a tomar la justicia por sus propias manos.
Si la justicia y la Policía Nacional,
no hacen su trabajo, la población tendrá que seguir tomando la justicia por sus
propias manos, y las autoridades en vez de apresar delincuentes tendrán que
dedicarse a recoger cadáveres
Por Ricardo
Rojas Vicioso.
Este es el caso
sucedido en una comunidad de Santiago en Guaya canal, donde fueron muertos a tiros dos
delincuentes que momentos antes intentaron robarse unos motores.
Los delincuentes
fueron perseguido activa y eficientemente por moradores de esa comunidad, y le
dieron alcance, produciéndose un intercambio de disparo que tuvo como
consecuencia favorable la muerte de dos de los delincuentes y el apresamiento
con vida de uno de de ellos.
Uno de los
delincuentes que tuvo mejor suerte que la de sus compañeros de labor vivo dijo que salían frecuentemente a robar motores, al preguntarle
su edad dijo que tenía 18 años, y vivía en el sector del pastor en Santiago.
Ya la gente está
cansada, no sólo de los delincuentes, también
de la debilidad de la justicia que en los escasos caso que son apresados por la
Policía Nacional, los ponen en libertad de forma rápida, gracias al Código
Procesal Penal, y la debilidad y falta de carácter de muchos jueces.
La gente tampoco
cree en la policía ya que muchas veces estos delincuentes se combina o lo
sobornan, y también los deja en libertad muchas veces hasta les informan a los
delincuentes quienes se querella o lo acusan provocando también que estos tomen
represarías contra ciudadanos.
A pesar de los
bien intencionado del confirmado Jefe de la Policía Nacional, mayor general José
Armando Polanco Gómez, esta institución se encuentra permeada por la
delincuencia cuyos miembros se dejan tentar por el dinero fruto de las
actividades delincuencias de los antisociales.
La gente se
siente indefensa ya que mientras los delincuentes han tomado el país, las
acciones de la Policía Nacional, con sus precariedades económicas, y la falta
de recursos con los que cuenta los agentes son presa fácil de caer en las
tentaciones de sobornos de grupo o personas.
Esta situación va
de mal en peor al punto que ya hasta la misma embajada de los Estados Unidos a
alertado a sus ciudadanos sobre la ocurrencia frecuentes de atracos en el país y
especialmente en la Autopista las Américas cuando los viajeros deben
desplazarse al llegar o salir del país por el aeropuerto internacional Las Américas.
El país ha
sucumbido ante el avance abrumador de los grupos e individuos que han
convertido el delinquir en una forma de producción rentable.
Pero además la impunidad
que consigue en la justicia por sus crímenes también alienta a otros a entrar
al lucrativo trabajo de robar, tomando encuentra que siempre encontraran una
salida, siempre y cuando tengan dinero para repartir.
Las calles están
llenas de ladrones, atracadores y criminales identificadas por las personas, y con
su debida querella que la policía, los busca y dizque nunca lo encuentran.
Los criminales
inclusive se pasean como si no tuvieran nada pendiente, y le han perdido el
temor tanto a la justicia como a la mismo agente de la policías que en su mayoría están preparados para
recibir un soborno o extorsionar a los delincuentes para sacarle dinero a
cambio de no apresarlos y puedan enfrentar el castigo que se merecen.
Pero lo que es
peor si los apresan en el caso que sean policías de verdad que son los buenos,
la justicia es un edificio con muchas ventanas, donde se tiene el
convencimiento que los delincuentes se las ingenian junto a sus abogados para
salir por cualquier de ellas.
Mientras los
ciudadanos tienen que vivir el terror y la pesadilla de ser atracados en
cualquier esquina o barrio en los que se
han convertido las calles a nivel nacional, los delincuentes disfrutan de la
libertad de andar por donde ellos quieren sin el temor de que le pueda caer el
peso de la ley.
Todo esto tiene
a la población en un estado de inseguridad, y muchos han optado como yo en
estar en las calles el tiempo necesario, para evitar ser victima de un atraco o
ser asesinado para quitarle su propiedad.
Este problema está
cada día peor al punto que un joven de 17 años mató a un niño de solo 10 años
para quitarle un celular BlackBerry.
Pero en la
justicia estos caso ni los inmutan, los menores son uno de los principales
miembros de bandas y grupos que siembran en terror llegando al punto a matar
hasta por gusto, como el caso de una banda de menores que asesinaba taxistas y
ante los mismos jueces narraban como los ejecutaban.
Los menores
hasta les faltaban el respeto a los mismos jueces mostrando una actitud
totalmente delincuencial, que se aleja muchos de los que es un menor de edad.
Pero las
debilidades de nuestro sistema de justicia no se prepararon para este tipo de
problemas, ya que se adelantaron a copiar sistema de países modernos, donde
tampoco ha sido muy efectivo.
Ahora a los
ciudadanos estamos condenados a estar dentro de nuestros trabajos y casa
encerrados entre hierros como delincuentes únicos lugares seguros mientras los
delincuente se ha apoderados de las calles.
Y por tal razón seguirán
cayendo en los intento de atracos , robos o violaciones por una población empujada
a auto protegerse ya que la institución la Policía Nacional que tiene el
mandato Constitucional de brindarle la protección y la seguridad no solo de las
propiedades públicas y privadas sino que también de las personas, no funciona.
No importa que
el jefe este bien intencionado la estructura policial debe ser reestructurada y
trabajada para corregir los problemas que son muchos, y justificándolo no se va
a salvar una estructura carcomida por las polillas de la corrupción y la falta
de carácter pero sobre todo la actitud policial como una filosofía de vida que debería
ser sembrada en cada uno de los agente de la uniformada.
Si no se realiza
una depuración profunda dentro de la Policía Nacional, y también en la misma
justicia la delincuencia seguirá encontrando en cada una de estas quien le de
la mano, para apoyar su labor delincuencia en todo el país.
Si la justicia y
la policía no realizan su trabajo la población tendrá que seguir tomando la
justicia por sus propias manos, y las autoridades en vez de apresar
delincuentes tendrán que dedicarse a recoger cadáveres.
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