jueves, 30 de agosto de 2012

Dos delincuentes son perseguidos y ejecutados a tiros por una furiosa turba.

La debilidad de la justicia y la Policía Nacional para mantener las calles libres de delincuentes ha llevado a la población a tomar la justicia por sus propias manos.
Si la justicia y la Policía Nacional, no hacen su trabajo, la población tendrá que seguir tomando la justicia por sus propias manos, y las autoridades en vez de apresar delincuentes tendrán que dedicarse a recoger cadáveres
Por Ricardo Rojas Vicioso.
Este es el caso sucedido en una comunidad de Santiago en  Guaya canal, donde fueron muertos a tiros dos delincuentes que momentos antes intentaron robarse unos motores.
Los delincuentes fueron perseguido activa y eficientemente por moradores de esa comunidad, y le dieron alcance, produciéndose un intercambio de disparo que tuvo como consecuencia favorable la muerte de dos de los delincuentes y el apresamiento con vida de uno de de ellos.
Uno de los delincuentes que tuvo mejor suerte que la de sus compañeros de labor  vivo dijo que salían  frecuentemente a robar motores, al preguntarle su edad dijo que tenía 18 años, y vivía en el sector del pastor en Santiago.
Ya la gente está cansada, no sólo de los delincuentes,  también de la debilidad de la justicia que en los escasos caso que son apresados por la Policía Nacional, los ponen en libertad de forma rápida, gracias al Código Procesal Penal, y la debilidad y falta de carácter de muchos jueces.
La gente tampoco cree en la policía ya que muchas veces estos delincuentes se combina o lo sobornan, y también los deja en libertad  muchas veces hasta les informan a los delincuentes quienes se querella o lo acusan provocando también que estos tomen represarías contra ciudadanos.
A pesar de los bien intencionado del confirmado Jefe de la Policía Nacional, mayor general José Armando Polanco Gómez, esta institución se encuentra permeada por la delincuencia cuyos miembros se dejan tentar por el dinero fruto de las actividades delincuencias de los antisociales.
La gente se siente indefensa ya que mientras los delincuentes han tomado el país, las acciones de la Policía Nacional, con sus precariedades económicas, y la falta de recursos con los que cuenta los agentes son presa fácil de caer en las tentaciones de sobornos de grupo o personas.
Esta situación va de mal en peor al punto que ya hasta la misma embajada de los Estados Unidos a alertado a sus ciudadanos sobre la ocurrencia frecuentes de atracos en el país y especialmente en la Autopista las Américas cuando los viajeros deben desplazarse al llegar o salir del país por el aeropuerto internacional Las Américas.
El país ha sucumbido ante el avance abrumador de los grupos e individuos que han convertido el delinquir en una forma de producción rentable.
Pero además la impunidad que consigue en la justicia por sus crímenes también alienta a otros a entrar al lucrativo trabajo de robar, tomando encuentra que siempre encontraran una salida, siempre y cuando tengan dinero para repartir.
Las calles están llenas de ladrones, atracadores y criminales identificadas por las personas, y con su debida querella que la policía, los busca y dizque nunca lo encuentran.
Los criminales inclusive se pasean como si no tuvieran nada pendiente, y le han perdido el temor tanto a la justicia como a la mismo agente de la policías  que en su mayoría están preparados para recibir un soborno o extorsionar a los delincuentes para sacarle dinero a cambio de no apresarlos y puedan enfrentar el castigo que se merecen.
Pero lo que es peor si los apresan en el caso que sean policías de verdad que son los buenos, la justicia es un edificio con muchas ventanas, donde se tiene el convencimiento que los delincuentes se las ingenian junto a sus abogados para salir por cualquier de ellas.
Mientras los ciudadanos tienen que vivir el terror y la pesadilla de ser atracados en cualquier esquina o barrio  en los que se han convertido las calles a nivel nacional, los delincuentes disfrutan de la libertad de andar por donde ellos quieren sin el temor de que le pueda caer el peso de la ley.
Todo esto tiene a la población en un estado de inseguridad, y muchos han optado como yo en estar en las calles el tiempo necesario, para evitar ser victima de un atraco o ser asesinado para quitarle su propiedad.
Este problema está cada día peor al punto que un joven de 17 años mató a un niño de solo 10 años para quitarle un celular BlackBerry.
Pero en la justicia estos caso ni los inmutan, los menores son uno de los principales miembros de bandas y grupos que siembran en terror llegando al punto a matar hasta por gusto, como el caso de una banda de menores que asesinaba taxistas y ante los mismos jueces narraban como los ejecutaban.
Los menores hasta les faltaban el respeto a los mismos jueces mostrando una actitud totalmente delincuencial, que se aleja muchos de los que es un menor de edad.
Pero las debilidades de nuestro sistema de justicia no se prepararon para este tipo de problemas, ya que se adelantaron a copiar sistema de países modernos, donde tampoco ha sido muy efectivo.
Ahora a los ciudadanos estamos condenados a estar dentro de nuestros trabajos y casa encerrados entre hierros como delincuentes únicos lugares seguros mientras los delincuente se ha apoderados de las calles.
Y por tal razón seguirán cayendo en los intento de atracos , robos o violaciones por una población empujada a auto protegerse ya que la institución la Policía Nacional que tiene el mandato Constitucional de brindarle la protección y la seguridad no solo de las propiedades públicas y privadas sino que también de las personas, no funciona.
No importa que el jefe este bien intencionado la estructura policial debe ser reestructurada y trabajada para corregir los problemas que son muchos, y justificándolo no se va a salvar una estructura carcomida por las polillas de la corrupción y la falta de carácter pero sobre todo la actitud policial como una filosofía de vida que debería ser sembrada en cada uno de los agente de la uniformada.
Si no se realiza una depuración profunda dentro de la Policía Nacional, y también en la misma justicia la delincuencia seguirá encontrando en cada una de estas quien le de la mano, para apoyar su labor delincuencia en todo el país.
Si la justicia y la policía no realizan su trabajo la población tendrá que seguir tomando la justicia por sus propias manos, y las autoridades en vez de apresar delincuentes tendrán que dedicarse a recoger cadáveres.

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