Bitácora de una Misión
Vicealmirante Homero L. Lajara Solà
Por Ricardo Rojas Vicioso.
Durante los dos años que dirigió la Jefatura de
Estado Mayor de la Marina de Guerra, el vicealmirante Homero. L Lajara Solà relevando en esa importante posición al
vicealmirantes (r) Julio Cesar Ventura
Bayonet en momento en que esa institución se le había salido de las manos,
tuve frente a mi todos los procesos antes y después por lo que muchas de las
cosas que están estampadas en este libro pude olerlas, verlas , escucharlas y
sentirlas.

La misión cuando Lajara llegó parecía imposible
de realizar en dos años, ya que estaba sumergía en una indisciplina, perdida
del prestigio en la población, el marino era visto con mucha desconfianza, ya
que se tenía la percepción de que muchos de ellos daban para cualquier cosa
partiendo del fenómeno ocurrido en Paya .
Lajara Solà tuvo que enfrentarse primero a esos
oficiales, y hacerle ver que la Marina de Guerra no era una parcela heredada o
apropiada por ellos, que es una institución de la República de hombres y
mujeres honorables que son la mayoría,
por lo que muchos de esos oficiales que no estaban de acuerdo que volviera el
orden, debieron como dicen los guardias buscársela y salirse de la Base Naval
27 de Febrero asiento del Estado Mayor antes que le pasaran el rolo.
Pero realmente una gran cantidad de oficiales
pensaban y actuaban en función de sus pensamientos, creían que ellos eran los dueños de la institución,
donde podría hacer lo que ellos quisieran, y de esos quedan muchos en la
actualidad.
Durante sus dos años de gestión Lajara Solà
perfiló una institución moderna, trabajó día y noche, para eso pero en dos años, no pudo concretizar
todo, recibirla, enderezarla, y modernizarla, pero a pesar de tiempo tan limitado
para el gran trabajo la dejó en condiciones admirables, al punto que desarrolló
importantes misiones. Rescates, ayuda Humanitarias en Haití luego del
terremoto, disminución en más de un 95 por ciento de los viajes ilegales a puerto Rico recibiendo reconocimiento de
las autoridades de esa vecina isla, le devolvió la honorabilidad, entre muchas
otras.
Por esta razón, muchos oficiales, y alistados
ante la inminente salida luego de dos años deseaba y soñaban, que lo dejaran un
año más, claro sabían que no podía estar vitalicio que realmente en el fondo es
lo que la gran mayoría quería, como
premio al trabajo tan profesional, patriótico que había realizado devolviendo
el orden, respeto, honorabilidad y brillo de la Marina de Guerra.
Dos años
es poco tiempo cuando el jefe es bueno y hace las cosas a favor de su
institución, pero cuando es malo, un año se convierte en una eternidad. Por tal
razón se debe mediar la gestión en función del desempeño y los resultados ya que como dijo José
Martí “el deber de un hombre está allí
donde es más útil”
Ahora le dejo esta entrega extraída del libro Armada del Milenio. Bitácora de una Misión.
Aquí el vicealmirante Lajara Solà ex
jefe de la Marina de Guerra puntualiza
temas como los desafíos y una armada multipropósito.
Los Desafíos
capitulo III pág. 259.
Armada del Milenio Bitácora de una Misión .Vicealmirante
Homero L Lajara Solà.
Antes la descripción realizada anteriormente
sobre el Proyecto Marina de Guerra del Milenio y los frutos cosechados gracias,
a sus implementación, podría tenerse una imagen imprecisa sobre la situación
real de la Armada al momento de que fuimos relevados de la Jefatura. La de una
institución sin problemas que la aquejasen, un buque navegando las aguas, con
un potente faro indicando el rumbo a seguir, por lo que la tripulación sólo
debía mantener el curso para llevarlo a puerto seguro. Lo cierto es que la
situación real dista bastante de esa idílica imagen.
Si bien es cierto que desde que asumimos el
mando de la institución enfrentarnos con ahínco y sin temor los problemas que
en ese momento la aquejaban, no es menos cierto que parte de ellos sólo fueron
mitigados, que otros apenas llegaron a ser tocados, y que nuevos surgieron. Nos
atrevemos a decir, que la Armada que dejamos, llenos de sano orgullo, estaba en
mejores condiciones que las existentes cuando nos fue entregado su mando.
Pero es necesario recalcar que, no todo quedó
resuelto, faltaron muchas singladuras por navegar hasta llevar la nave a puerto
seguro.
Es por ello que seríamos unos ilusos y pecaríamos
de inocentes, si creyésemos que ya el trabajo duro ha terminado. A la
institución le falta aún un largo camino por recorrer para alcanzar la
excelencia. Al paciente que encontramos en estado agónico, aunque ya está en
pie, le queda todavía pro delante un prolongado tratamiento antes de ser dado
de alta.
El propósito de este capítulo es , por tanto ,
indicar cuáles son , en nuestra humilde opinión y desde la experiencia
acumulada a bordo de nuestros barcos, en tierra y los cursos en el
exterior durante casi 32 años en la
Marina, dos de estos como jefe de Estado Mayor, exponer los principales
desafíos institucionales que enfrenta actualmente la Armada, y las vías a
través de las cuales entendemos, podría superarlos.
Al igual
que como señalamos al momento de
abordar el diagnostico, no pretendemos ser exhaustivos. Limitaremos el análisis
al abordaje de aquellos puntos que consideramos de capital importancia; los
grandes arrecifes en el camino, los vientos que realmente podrían desviar a la
institución del rumbo ya trazado: el de convertirla en una fuerza naval de
clase mundial.
3.1. Fuerza naval multipropósito.
Marina de Guerra, Armada Dominicana, Fuerza
Naval Dominicana. Al igual que los demás componentes marítimos de seguridad y defensa
del mundo, nuestra Armada fue concebida para la guerra. No es vano su
génesis se remonta a los primeros días
de las justa independentista, en la cual, como ya vimos, jugó un papel estelar
y decisivo en el campo de batalla. Cuando decimos guerra, no lo hacemos en
sentido figurado, sino literal. Nos referimos al conflicto bélico, al combate,
a la lucha armada entre dos o más naciones o bandos. De manera que
históricamente toda la estructura institucional ha respondido a esta
concepción.
Hoy día, para países pequeños y periféricos a
los Estados Unidos como el nuestro, esta concepción ha quedado desfasada, ha
sido desbordada por las transformaciones ocurridas en la geopolítica mundial,
por eso abogamos por el cambio de nombre de la Marina de Guerra por el de Armada Dominicana, y así está consignado
en el anteproyecto de la nueva Ley Orgánica
de las Fuerzas Armadas ( ya en el Congreso Nacional)-en el que tuvimos
el honor, como miembros del Estado Mayor General, de trabajar en su adecuación
al nuevo paradigma y retos emergentes. Nota-
Este nombre Armada Dominicana fue aprobada en primera y segunda lectura en la
primera semana del mes de agosto 2012.
Nuestros potentes enemigos dejaron de ser las naciones.
el narcotráfico, el crimen organizado, y hasta la furia de los elementos
naturales , son quienes actualmente juegan ese papel, sin olvidarnos de la
seguridad pública, que aunque compete a la Policía Nacional, debemos estar
preparados cada vez que el Poder Ejecutivos disponga darle apoyo. Esta
situación determina que se haga necesaria una profunda transformación
institucional que convierta a la Armada Dominicana en una fuerza naval multipropósito,
en una Marina para la paz y el desarrollo de una Estado progresista , sin descuidar,
repetimos, las misiones constitucionales de seguridad y defensa.
Entendemos que esta trasformación
institucional, operacional, logística, asi como la tecnológica que ya empezamos a impulsar en nuestro paso por la
jefatura de la Marina de Guerra, es el mayor desafío que enfrentamos en la
organización, reto para cuya superación resulta necesario realizar cambios en
cuatro diferentes vertientes: el personal, la flota, la infraestructura
operacional, logística, así como la tecnología de apoyo.
Sobre el
personal es mucho lo que hay que señalar a este respecto y al futuro de la M.
de G. Es este un factor que posee varias aristas, así que vamos a realizar el
intento de tratar por separado cada una
de ellas dentro del contexto adecuado. En el caso relacionado con su transformación
en una fuerza naval multipropósito, el elemento, o aspecto más importante
vinculado al personal, es el referido a mantener al mismo en constante
entrenamiento y capacitación.
En la sección referida al diagnóstico de la
institución se señalaron claramente las diferencias encontradas en la formación
de oficiales y alistados en materia naval. Además de llenar las algunas
existentes en el personal en cuanto a aspectos elementales, básicos e
imprescindibles que debe conocer todo miembro de una fuerza naval, resultará
necesario entrenar al personal, al menos una parte de èl , en el manejo de las
nuevas tecnologías que se tiene previsto adquirir y que ya fueron mencionadas
en anteriores párrafos.
De poco valdría contar con las unidades navales
adecuadas y las tecnológicas e infraestructuras más actualizada, si no se
dispone de un personal entrenado para su uso correcto.

En este país, el que dirige una institución
–sea civil o militar –debe ser un mago equilibrista en el manejo de los
intereses, intrigas y la madeja que gravita en la esfera de influencia de un Jefe,
sobre todo en el eficiente y responsable ejercicio del mando y sus dilemas.
En lo que concierne a los marino, deben ser
entes activos de un Estado progresista, sobre todo los de nuevo cuño, además,
estar sintonizados con las misiones
actuales; con el nuevo paradigma y las amenazas emergentes, como son el
narcotráfico, terrorismo, y el crimen organizado; siempre presto para actual en
misiones humanitarias y a enfrentar los desastres naturales. El marino multipropósito debe estar adoctrinado al servicio de la
seguridad y defensa nacional. Consciente de las ventajas de contar con unas
Fuerzas Armadas virtuosas, apolíticas, respetuosas del poder civil legalmente
constituido, gendarmes de la Constitución y las leyes.
El oficial naval del milenio, además de contar
con una formación humanista integral, debe conocer bien nuestra historia, la
vida de los padres de la Patria: Duarte , Sánchez , Mella, Luperon y otros
patriotas; asi como las batallas y acontecimientos navales de trascendencia y
los marinos destacados desde la independencia a la 4ta República; y lo que
aconteció después, incluso lo contemporáneo.
Además, estar familiarizado con Cambiaso,
Maggiolo, Acosta, Didiez burgos, de Windt Lavandier, Lajara Burgos, Monte
Arache, entre otros ilustres oficiales navales que jugaron papeles protagónicos
a lo largo de sus carreras, cuyos nombres no reposan solamente en una lápida
fría de un camposanto, por haber contribuido a levar el ancla del prestigio de
la Marina. Deben ser íconos de referencia para las presentes y futuras
generaciones.
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Los grandes prohombres de la historia deben ser
un manual de consulta. Nelson Mandela no fue un futbolista, como nos contestó
un oficial recién graduado. La batalla de Tortuguero y los referentes del arte de la guerra naval en
la historia universal, como la batalla de Trafalgar, con el almirante Nelson a
la cabeza, deben ser parte primordial de una agenda académica tegia naval del
almirante Temìstocles. También debe sumirse en las lecturas de biografías de
grandes como Aníbal, Alejandro Magno y Napoleón.
Estas obras deben haber sido analizadas y comentadas en las aulas de formación para
oficiales navales, entre otros textos de la literatura universal.
Antes era más difícil el acceso al
conocimiento, recuerdo que en los trabajos asignados en mi época escolar, tenía
que desplazarme a la Biblioteca Nacional a buscar informaciones en los libros. Recuerdo,
no hace tanto tiempo, el dolor de cabeza que constituía el trasladar cajas de
libros a la República Dominicana al finalizar mis cursos en los EE.UU; ya con
la invención primero del diskette y después del zip drive, cambiamos las cajas
por un simple disco duro; ahora un CD, DVD, o una memoria USB, almacena todo
tipo de información.
En la actualidad, existe un caudal de
conocimientos, vía virtual, que se conoce como Wikipedia, con más de 17 millones
de artículos en 278 idiomas y dialectos. Asimismo, podemos ver en Google
cualquier dato que nos interese. Por consiguiente, no existen motivos para que
el oficial naval no se capacite. Hoy en dìa tiene las herramientas a mano, sin
tener que desplazarse. Con una computadora, un celular o un ¡Pad, el acceso está
a mano y rápido .
El oficial del milenio , como conocedor de los estándares
internacionales, debe estar familiarizado con el Código internacional para la Protección
de Buques e Instalaciones Portuarias (PBIP) , la iniciativa sobre Contenedores
Seguros y demás normativas; la ley 426-07 que castiga el polizonajes en los
puertos dominicanos y demás normas de protección y seguridad portuaria afines; Código
Internacionales de Mercancías Peligrosas (IMDG); prevención en la contaminación
por hidrocarburos; el Código Procesal Penal y la relación armónica y
subordinada de las Autoridad Marítima hacia el Ministerio público.
El marino, como representante diplomático de su
nación, debe conocer el derecho internacional, etiqueta y protocolo, cultura y poesía
marinera. Debe tener una conexión espiritual con el mar, fundamento de su vocación.
Sobre la flota en la actualidad, aunque no hay
un consenso estricto acerca de la gama de embarcaciones que compone cada una,
se habla de tres tipos de marinas acorde con su capacidad de acción: de “aguas
azules”, de “aguas verdes”, y de “aguas claras”. Las marinas de aguas azules
constituyen la élite de las fuerzas navales y sólo un puñado de países en el
mundo las posee.
Su principal característica es que pueden
actuar de forma sostenida en cualquier parte del mundo, no importa qué tan
alejada se encuentren de sus bases. Esto implica que deben contar con un número
elevado de buques que sirvan de bases y trasporte, tanto a los marinos, como a
los vehículos para el combate aéreo (portaviones, porta –helicóptero).
Una “Marina de aguas verdes”, es aquella que
tiene la capacidad operativa para defender de manera adecuada la soberanía de sus
aguas territoriales (desde el litoral hasta doscientas millas náuticas). Esto no
significa que no tenga buques capaces de trasporta a ese límite y que incluso
pueda visitar otras naciones en misiones de buena voluntad y entrenamiento,
sino , que no tiene la capacidad para mantenerse en acción bélica de manera
sostenida, fuera de sus guas territoriales.
Con el nombre de “Marina de aguas claras” , se
designa a aquellas cuyo radio de acción de las embarcaciones que la forman se
ve restringido a la navegación fluvial y al litoral. Este tipo de Marina sólo
tiene sentido en aquellos países que cuentan con vías fluviales que se prestan para
la navegación, o las que como la nuestra tienen misiones principalmente de guardacostas.
Visto lo anterior, parece que la Marina que
necesitamos es un punto intermedio entre
la de aguas verdes y las de agua claras, con mayor inclinación sobre esta última.
En consonancia con lo planteado anteriormente,
el control de espacio marítimo debe ser entendido como la capacidad de entrar
en combate contra armadas de otras naciones. Ese control hace referencia ala posesión
de patrullaje marítimo en el Mar Territorial (12 mn), la Zona Contigua (24mn) y
la Zona Económica Exclusiva (ZEE)
(200mn), mitigación en caso de desastres naturales y trasporte de ayuda
humanitaria; seguridad marítima y control del trafico marítimo internacional; búsqueda
y rescate marítimo; conducción de operaciones marítimas específicas (conjuntas,
inter-agénciales y combinadas) combate al narcotráfico, al contrabando y a los
viajes ilegales; protección del medio ambiente y recursos marinos; combates a
la pesca ilegal. –sigue. En la segunda parte.
La Armada del Milenio. Bitácora de una Misión. Vicealmirante
Homero. Lajara Solà capitulo III pagina 259.
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