sábado, 23 de octubre de 2010

La baja percepción criminalidad del Fiscal DN y el Ministro de Interior y Policía, son un incentivo peligroso al auge delincuencial.



 Dan una señal de debilidad frente al combate del crimen en el país.

Por Ricardo Rojas Vicioso.                                             Artículo de opinión.
Santo Domingo R.D. Desde el año 2005 vengo observando un incremento relámpago de la criminalidad en el país. Por donde quiera, que uno pasa,  sólo se escucha en la población, los relatos de robos y la gran variedad de atracos y asesinatos en contra de una población que no tiene quien la defienda.
Pero lo que más me preocupa es que las autoridades que tiene en sus hombros la responsabilidad, el deber de luchar contra el crimen, y defender la población, no tiene bien claro el alcance de la misma.
Además cuando los acontecimientos delincuenciales  se hace más evidente, ocupando y  llenando las páginas de los medios de comunicaciones, esa mismas autoridades se dedican  a minimizarla, con la finalidad de que la población crea que se está logrando alguno tipo de avances en esta lucha.
Tal vez quieren ocultar a la gente para que no se entere del avance que está logrando el crimen, cuando lo que debería hacer es reforzar  las medidas y esas acciones  de las autoridades es utilizada por la delincuencia como sábana para arroparse y esconderse del peso de la ley y lograr impunidad.

La gente está muy clara de lo que pasa y por eso no creen,  que esto es sólo un asunto de percepción, como han dicho el Fiscal del Distrito Nacional, Moscoso Segarra, y el Ministro de Interior y Policia, Franklin Almedia Rancier, cuando la población están viviendo en carne propia las acciones y  golpes de los delincuentes que tiñen por las cuatro esquinas de sangre el país.

 Esto no es asunto de percepción es de realidad, no es tan fácil como eso; pero en este caso si fuera así, la percepción del aumento de la criminalidad de  la población estaría más cerca de la realidad.

Tampoco se puede inventar soluciones descabelladas, como la compra de alcoholímetros, Harley Davidson, y barrios inseguros, sacando policías de un lado y llevándolo a otros y después llevándoselo para otro lado. Mientras los delincuentes buscan aquellos lugares donde no hay presencia de autoridad el juego del gato y el ratón, pero en esta ocasión están ganando los ratones.
Lo que pasa es que los funcionario, no ven las cosas como son o si la ven es desde otra óptica muy diferente,  es difícil  que tengan un encuentro cercanos con este problema,  ya que tiene el privilegio que para donde quiera que se mueven cuentan con  una escolta muy bien armada, que los protegen en todo momento, mientras la ciudadanía está desarmada, desprotegida lo que le facilita ventajosamente el trabajo a los delincuentes.


Los funcionarios, sencillamente, no viven el día a día de la población que tiene que cuidarse de los atracadores motorizados, a pies, en vehículos incluyendo algunos de lujos y no sufren, ni tampoco saben lo que significa ese terrorismo delincuencial que atormenta  permanentemente los ciudadanos indefenso en cuyos sufrimiento lo único que escuchan de esas dignas autoridades, de todo lo que la ciudadania, padecen  es cuestión de “percepción” y números estadísticos que sólo ellos creen.

Si el Fiscal y el Jefe del Jefe de la Policía tiene una percepción baja del avance del crimen, que muchos ya lo están comparando con México y otros países donde quizás esos  mismos funcionarios  en su momento hacían los mismos que el Fiscal Moscoso Segarra y Almeida Rancier no le daban la importancia que necesitaba hasta que la delincuencia, comenzó a matar a Jefes de Policías, Fiscales, Alcaldes, diputados, senadores y artistas de fama en México.

Mientras la población recibía los más duros castigo de la delincuencia dejando las humildes familias el dolor de la sangre derramada por sus hijos, hermanos, padres o vecinos en sus calles  gente inocentes, niños jóvenes mujeres los funcionarios mexicanos como los nuestros, tenían sus cabezas metidas en un hoyo como el avestruz o  simplemente se hacían de la vista gorda porque las victimas, no eran familia de ellos.

Retomando  el plano local gracias a declaraciones como esas y complementada con la de los Jefes de Policías que han ido pasando por esa importante jefatura de que la delincuencia disminuye cada vez que ellos llegan, como si sólo se tratara de un cambio de hombre, son algunas de las razones por la cual, el crimen en nuestro país se ha convertido en una industria indetenible, que mueve millones con la complicidad de fiscales, abogados, policías y militares.

Para enfrentarla delincuencia se necesita que los policías sean policías actúen como policías, piensen como policías, y entiendan que los delincuentes son una amenaza para la sociedad y no un negocio de donde ellos puedan conseguir beneficios, que ese no es su función, por eso también se le debe pagar una salario acorde con la función, que desempeñan enfrentando el peligro en las calles cuando lo hagan verdaderamente por que mucho no lo hacen.

Pero además todo esto se maneja con gran hermetismo creyendo que la población no se dará cuenta.
En una ocasión cuando el ex general César Concepción Fernández dirigía la Inteligencia del Ejercito Nacional,(G-2) a donde con frecuencia yo iba a buscar informaciones de operaciones en la frontera y otros lugares del país, me enteré de un cabo que atracó un sargento de sus misma institución.

Cuando acudí a donde el general me dio unas notas insípidas de un contrabando de ajo que ellos detectaron, pero yo le dije que había una mejor se hizo como si no supiera, y yo le puntualicé recordándole sobre lo del cabo que atracó a un sargento y su sorpresa, no la disimuló ya que aparentemente, tenía el interés de que eso no se supiera, pero realmente la información la recibí de un militar que tuvo conocimiento y conocía los dos miembros involucrado en el atracó.

De ahí en adelante mis bonos no estuvieron muy buenos con esa jefatura, de el mayor general José Ricardo Estrella Fernández, ni con esa dirección de inteligencia de concepción Fernández,  pero son gajes del oficios del comunicador que tiene una misión ineludible de publicar la noticias, para que el ciudadano común, esté debidamente enterado y algunos guardias no le gusta eso pero haya ellos total luego que los ponen en retiro y quitan ese uniforme,  vuelven hacer civiles y ciudadanos comunes y corriente.

Quizás hoy desde su vida civil el ex general me estará dando la razón de ese incidente y comprenderá que todo se sabes y los periodistas tenemos muchas fuente dónde suplirnos de informaciones y ese es nuestro trabajo aunque muchos militares anti-periodistas no le guste o no entiendan.

Pero volviendo al tema las razones de los argumento de Moscoso Segarra son más que una demostración de lo vulnerable que está el estado dominicano, para enfrentar  esta industria criminal, ni los hombres, ni el sistema se encuentra en capacidad, porque los privilegios que tiene los delincuentes  les permiten llevar meses de ventaja delante a la justicia, que cuando esta viene ha despertar, ya el delincuente va muy lejos en un avión, un tren o un lancha rápida, como el caso de Sobeida que se les fue en las propias narices de las autoridades de la Fiscalía , la DNCD y la Policía Nacional.

La población que es más inteligente que los funcionarios y el sistema débil de injusticia, lo que está haciendo es que cuando atrapa un delincuente le aplica el Código Procesal Barrial (CPB) igual que en china, que aunque no ha sido promulgado en el país, funciona ya que donde le dan lo suyo a un delincuente, no se acerca más por este lugar, no vuelve ni cerca de ahí, si es que tiene la suerte de que lo dejen vivo por que tenemos la pena de muerte en este CPB.

Mientras los funcionarios judiciales copian código de países dónde tampoco han dado resultados, la población seguirá, tomando la justicia por sus propias manos y nuestros funcionarios, no  se dan cuenta que esto demuestra la falta de confianza que se le tiene a ellos y al sistema  de Justicia que pone a los delincuente en las calles, y de la Policía Nacional donde una parte combate el delito y la otra es parte de la delincuencia, hasta que son descubiertos.

Pero además Códigos infuncionales como el Procesal Penal y del Menor que le dan brecha por donde los delincuentes adultos y menores pueden salir impune de sus malas acciones, por lo que esa facilidad les permite mantenerse en el negocio que no sólo los beneficia a ellos, si no que otros sectores disfrutan indirecta y directamente del trabajo de los criminales.
Finalmente les dejo las declaraciones del Procurador Fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra para que ustedes saquen sus propias conclusiones.

El Fiscal  atribuyó a la percepción el aumento de la criminalidad y la delincuencia que se registra en el país. Moscoso Segarra dijo que es esa razón que entiende que debe convocarse el Consejo de Seguridad  ampliado para que desde allí se pueda mostrar la realidad de la criminalidad y de la violencia en la República Dominicana. Consideró, igualmente que existen muchas personas que no entienden que las estrategias que se articulan para dar repuestas a la criminalidad y la violencia no solo deben ser repuestas del Estado Dominicano y que esa política tiene como significado prevención en primer orden y represión en segundo, por lo que en consecuencia el combate a la criminalidad debe ser compromiso de todos.

Al ser cuestionado sobre los actos de corrupción que se denuncian frecuentemente en el país, reveló que ésta es difícil de enfrentar debido a la debilidad de los mecanismos de pruebas del Ministerio Público.

“En la corrupción la percepción también es mayor que la realidad. Uno de los tipos penales más difícil de probar es la corrupción, porque un funcionario corrupto muchas veces no le pide el cheque para el soborno, es difícil desde el punto de vista probatorio”, precisó.
A Dios que nos reparta suerte

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