Por Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo R.D. La Marina de Guerra de la República Dominicana se ha convertido en una de las instituciones más capaces, funcionales y confiables, al punto que parece que funciona automáticamente.
Durante lo que lleva la actual gestión los logros alcanzados han traspaso las fronteras nacionales, llegando hasta muchos de los países de la región, donde los marino dominicanos han sido recibidos y tratados con la dignidad e importancia, o mejor dicho con la Honorabilidad que se merecen y exhibe la Marina de Guerra del Milenio.
Los cambios que se han evidenciados se puede medir en todos los niveles, y para un caso debo señalar las operaciones de la División de Inteligencia Naval, en el que el equipo dirigido por el capitán de navío Luis Manuel Feliz José siguiendo las directrices del Jefe de Estado Mayor, ha logrado disminuir considerablemente los viajes ilegales a la isla de Puerto Rico, un mal donde precisamente los miembros del M-2 eran los que siempre se mencionaban como los que cobraban para que las embarcaciones salieran.
Pero algo admirable es la lealtad, dignidad y seriedad que exhiben rechazando las tentaciones de dinero fruto de las operaciones ilegales que tampoco lo han amedrentando, desafiando el crimen en todas sus manifestaciones con valor y determinación, como probaron en la incautaciòn de 1.2 millones de dòlares.
La defensa y protección de las costas dominicanas por donde entran y salen personas y mercancías, tiene una gran importancia ya que en esos viajes ilegales se pueden filtrar muchas cosas incluyendo sustancias peligrosas, drogas, armas, y delincuentes para evadir el peso de la justicia dominicana, escapando a playas extranjeras.
Pero más que los operativos el comportamiento leal, probo y honorable de sus miembros constituye un ejemplo de que todos se han aclimatado y aprendido el librito de su jefe, quien es de donde emanan las directrices a seguir y se están ejecutando al pie de la letra.
También debo analizar este hecho donde ese comportamiento digno de los miembros de la Marina de Guerra se conjuga con su lema Marina de Guerra una profesión honorable, pero además de respectar a su institución muestran gran respeto por su Jefe de Estado Mayor vicealmirante Homero Luis Lajara Solà, quien ha demostrado un interés muy especial, marcado para que esa institución realice su labor de defender, proteger el territorio de la República Dominicana con la eficiencia y competencia debida.
Hoy en la Institución Naval se respira un ambiente de respeto y profesionalidad, en las que todos están comprometidos, y al parecer es en la actualidad una especie de filosofía de vida para todos y todas dentro y fuera de la Base Naval 27 de febrero, asiento de la Marina de Guerra.
En enero de este años después del fatídico día 12 cuando ocurrió el terremoto que asoló el vecino país de Haití, la Marina de Guerra fue la primera institución en llegar a la ciudad de Yacmel, para auxiliar a sus habitantes que se encontraban en una situación muy difícil, sin alimentos, agua y una cantidad de heridos.
Las embarcaciones de guerra de la institución se convirtieron en tiempo de paz para este lamentable acontecimiento en la plataforma de vida, llevando en sus cubiertas, grandes toneladas de alimentos, medicinas, agua, así como también médicos y rescatistas que al tocar el puerto de Yamel, los marinos con su uniformes blancos como Ángeles del cielos despertaron la esperanza y socorrieron rápidamente esta lastimada población.
Pero no solamente llevaron ayudas, si no que los miembros de la institución, pusieron en riesgo sus propias vidas al entrar en un área donde pudieron haber tenido contacto con algún agente infeccioso y contraer alguna enfermedad peligrosa, con las consecuencias que esto podría haberle traído para cumplir su misión humanitaria.
Este acontecimiento desarrollado por las Fuerzas Armadas dominicana, mereció reconocimiento de una parte importante de esa población, y también la opinión internacional, mejorando la imagen de la República Dominicana , en su labor de “Mano Amiga” pero creo que para el vicealmirante Homero L Lajara Sola y sus honorables hombres el cumplimiento del deber, con la efectividad y profesionalidad que se realizó es su mayor reconocimiento y satisfacción, ya que eleva, aun más la Marina de Guerra, y justifica su existencia.
Además de las labores desde el Centro de Operaciones Marítimas (COM) dirigidas directamente por el Estado Mayor naval, con la supervisión del vicealmirante Lajara Solà este se preocupó de que el pueblo dominicano tuviera las informaciones precisa, en cada momento, para lo cual la prensa dominicana fue convocada en todo instante, para darle las informaciones de las operaciones que desarrollaban las embarcaciones navales.
Finalmente debo reconocer y felicitar los miembros de la Marina de Guerra, especialmente al vicealmirante Homero L Lajara Solà, el contralmirante Luis Rafael Lee Ballester, subjefe , al inspector general contralmirante Ramón A. Betances Hernández, el capitán de navío, Luis Manuel Feliz José director de Inteligencia Naval (M-2), por su labor quienes con su trabajo, sacrificio y dedicación, se esfuerzan cada día , para hacer de esa institución un orgullo nacional, y de las primeras fuerzas para la protección, vigilancia del territorio, y las costas de la República Dominicana , una herramienta importante para enfrentar las amenazas que se ciernen sobre la sociedad dominicana.
Esta frase de Edmond Blerr las dejo para reflexión: “lo único que el mal necesita para triunfar es que los hombres buenos, no hagan nada.”
Los marinos buenos están haciendo su parte especialmente aquellos que se encuentran en las lejanas costas vigilando el territorio de las amenazas y la delincuencia, desafiando, los mosquitos, el sueño, la soledad de la noche y la nostalgia de no estar con la familia, hagamos nosotros cada quien, la nuestra para hacer de este país una nación más digna, segura y nos podamos insertar en los proceso de modernización y globalización positivos.
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