sábado, 24 de abril de 2010

Palabras Alusivas a la entrega del motovelero Black Jack por parte de la Marina de Guerra, este 24 de abril del 2010.


Vicealmirante Homero L. Lajara Solà jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra.

En el día de hoy, la Marina de Guerra se siente honrada de haber cumplido una misión encomendada por el Excelentísimo Señor Presidente Constitucional de la Republica Doctor LEONEL FERNÁNDEZ REYNA, Autoridad Suprema de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, de recuperar y reconstruir el motovelero Black Jack.

Tras los embates del ciclón George, en noviembre de 1998, el casco del Black Jack se hundió por el costado de estribor en la Bahía de Andrés Boca Chica, quedando como una víctima del olvido. Por cerca de 12 años permaneció allí en estado de abandono, al punto de haber sufrido daños que lo convirtieron prácticamente en ruinas, y sólo servía de hábitat de corales, ostras, ostiones, algas y otras especies marinas.

Hay que saludar el clamor e iniciativa de personas de diferentes sectores de la sociedad, incluyendo representantes de los medios de comunicación, de los familiares del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño y los miembros de la Fundación Caamaño, que solicitaron al señor Presidente, Doctor Leonel Fernández Reyna, que dispusiera su rescate para convertirlo en una pieza de museo.

Es por eso, que en el mes de julio del 2009, tras recibir las instrucciones directas de nuestra Autoridad Suprema, en nuestra condición de Jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, dispusimos el inicio de las labores de rescate, para salvar el casco de fibra de vidrio y la orza, que era lo que quedaba de ese velero que al llegar a nuestro país se llamaba Black Jack, y al ser incorporado a la Flota Naval de la Marina de Guerra, se llamó Nube del Mar.

La operación de salvamento y rescate fue exitosa, ya que en unos cuatro días el Contralmirante Luis Rafael Lee Ballester, Subjefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, y el Capitán de Navío Antonio Manuel Jiminiàn Objìo, entonces Jefe de la División de Operaciones Navales M-3, Marina de Guerra, coordinaron y supervisaron su sacada del agua por el Club Náutico de Santo Domingo, desde donde fue trasladado, vía terrestre, hasta los Astilleros Navales Dominicanos, dependencia de la Jefatura de Estado Mayor de la Marina de Guerra, donde fue sometido a un arduo trabajo de restauración que realizaron técnicos locales de la clase civil, junto a los de nuestra institución, que hicieron posible lograr la obra que les presentamos hoy al alto mando de la nación, aquí encabezado por el Exmo Sr. Vicepresidente Constitucional de la República, Dr. Rafael Alburquerque, y al pueblo dominicano en sentido general.

Su reconstrucción, es el resultado del esfuerzo y el trabajo de 31 personas, que durante un período de 9 meses, utilizando el plano original de este velero de la clase Comanche 42, así como el valioso testimonio narrado por muchos de los que lo navegaron, entre ellos el del señor Claudio Caamaño, hicieron posible este rescate histórico. Sin lugar a dudas, esto fue lo que les permitió reconstruir el interior de la nave y hacer que este imponente motovelero recuperara su apariencia original.

Ha sido una ardua jornada cosechar este fruto de insuperable valor histórico, ya que el velero, que según los testigos directos fue comprado por el coronel Caamaño en un puerto de Antigua por 22 mil 500 dólares, y que capitaneo gracias a los conocimientos de navegación y marinería que había adquirido mientras perteneció a nuestra institución. Estamos seguros que él nunca pensó que el Black Jack iba a sufrir tan duros golpes.

Este proyecto, ejecutado por la Marina de Guerra con mano de obra local, constituye una demostración más de nuestro desarrollo institucional; el mismo fue realizado a un costo de RD$ 1,479,912.05 pesos, aplicando nuestros lineamientos gerenciales de optimización de los recursos y uso transparente de los mismos.

Al acudir a esta ceremonia, podemos decir que somos testigos de un nuevo capítulo de la historia dominicana, pues aquí, hoy 24 de Abril, 45 años después de aquella histórica contienda, representantes de los tres poderes del Estado, las Fuerzas Armadas y el pueblo, unidos, reafirmamos nuestro compromiso con los mejores intereses de la nación.

Al cumplir esta histórica orden emanada de nuestra Autoridad Suprema, quien ha ordenado dos veces su reconstrucción, y a sabiendas de que esta embarcación ya no volverá al mar, estamos convencidos de que a partir de ahora solamente navegará por la mente de las presentes y futuras generaciones, pues el próximo miércoles 28 de Abril, lo llevaremos hasta el Museo del Hombre Dominicano, donde permanecerá de manera temporal hasta que sea colocado en su morada final, que será el recinto a ser construido para la Fundación Caamaño.

Finalmente, con este solemne acto de hoy, nos sentimos altamente complacidos de la unión existente entre las Fuerzas Armadas y todos los sectores del país, y les garantizamos que seguiremos navegando juntos, transitando el rumbo verdadero de paz y progreso, orientados siempre en el cumplimiento de la Constitución, y las leyes que norman nuestra democracia y convivencia pacífica.

Misión Cumplida ¡

Muchas Gracias.

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