domingo, 11 de abril de 2010

Demolición de la Academia Naval se llevará cientos de años de historia y gloria.







Debemos evitar que este "Santuario Naval nacional" sea transformado en escombros.

Autor Ricardo Rojas Vicioso
Santo Domingo R.D.
a pesar de que no tengo el honor de pertenecer a la Marina de Guerra, ni nadie de mi familia, debo confesar que desde que me enteré de los proyectos de trasladarla de donde está me embargó y nació un sentimiento de tristeza, preocupación y desasosiego.


Llevo casi cinco décadas viviendo en Santo Domingo este y desde niño, he tenido que pasar por Sans Souci y los terrenos que ocupan la Base Naval y la Academia Naval cientos o quizás miles de veces y sin importar, cuantas veces lo haya hecho, siempre que uno pase tiene que observar y sentir la majestuosidad, orden y belleza de esas instalaciones, donde se forjan los caballeros oficiales navales como una especie de “santuario Naval”.

Realmente siento al igual que muchas personas, una gran pena, de solo pensar que cualquier día de estos pasaré por allí y me encontraré con un montón de escombros y equipos pesados demoliendo junto a palas mecánicas y camiones, sin que estas personas tengan conciencia de que estarán haciendo polvo, cientos de años de historia, una parte de nuestra identidad nacional y destruyendo por donde tantos dignos oficiales se prepararon, estos es realmente una pesadilla.

Y es que para las personas que vivimos en esta parte de la capital, tenemos la percepción, convencimiento y sentimiento que La Base Naval 27 de febrero asiento principal de la Marina de Guerra y especialmente su Academia Naval contigua, son un patrimonio de todos los dominicanos, pero algo muy importante, también, un símbolo que representa el futuro de los jóvenes que algún día aspiran a ingresar como aspirante a guardiamarina.

Pero sobre todo estas instalaciones navales dominicanas, son motivo de admiración de manera especial para las personas, que vivimos y crecimos en su cercanía, en Santo Domingo este, aunque muchos nunca hayan pisado sus instalaciones.

Por la aulas de estas casa de estudio militar, han pasado muchas generaciones de caballeros navales , que encontraron en la profesión marina, su presente y futuro luego de formarse, sacrificando cientos de horas de estudios, duras jornadas de ejercicios, llevando sus cuerpos a pruebas, físicas y mentales que quizás muchos de nosotros nunca hubiésemos podido lograr.

Todo ese esfuerzo y sacrificio para tener el privilegio de llevar el uniforme de la Marina de Guerra y posteriormente poner todos sus conocimientos al servicio de la defensa y protección de la patria; como el caso del valiente comandante Monte Arache que enfrentó con honor y valentìa las tropas de ocupación en 1965 y que lamentablemente, nos dejo a principio de este año 2010.

Y que decir de la leyenda el vicealmirante De Windt Lavandier en honor a quien se bautizó la Academia Naval, un oficial veterano de la segunda guerra mundial, quien sus últimos años los dedicó a la enseñanza en estas aulas por donde muchos oficiales tuvieron el privilegio y la honra de ser sus alumnos.

De Windt Lavandier no solo fue un correcto oficial marino, que siempre amó y defendió su institución, sino que también una persona que enseñó con su ejemplo los más altos valores de Honor, respeto y lealtad, que dicho sea de paso, nos llena a todos los dominicanos de orgullo la estirpe de hombre como este que además hace honor a su institución cuyo lema dice “Marina de Guerra una profesión honorable”.

Cesar De Windt Lavandier un lobo marino como le tipificaban algunos a quien tuve el privilegio de conocer y ver personalmente, en una ocasiòn, escuche sus palabras y sus ojos de donde por màs de una vez vi como salían lagrimas en vida cuando hablaba emocionado, delante del monumento de los marinos caídos, en cada una de las celebraciones donde participó conmovido por el valor de sus compañeros que no tuvieron la suerte de sobrevivir como él a la muerte.

La República Dominicana tiene 44 mil kilómetros cuadrados de territorio, sin embargo esta Academia Naval, apenas ocupa una porción insignificante de terreno, lo que si tiene y es de una importancia estratégica, en términos de posición militar, moral e histórica, por lo que su traslado indefectiblemente sumergirá a la familia naval, a los que de una forma u otra nos sentimos identificados con esa Academia de Honor y con la Marina de Guerra en una angustia eterna, como un castigo o maldición inmerecida

La Academia Naval tiene, no solamente una importancia en términos académicos, sino moral, y sentimental, cuyo traslado generará una pérdida irreparable e irrecuperable, que no se recobrará aunque luego la instalen en la Torre Atiermar , en Punta Cana o en el planeta Saturno, ya el terrible daño estará hecho.

Este 15 de abril la Marina de Guerra iniciará su semana aniversaria y que bueno luego de los grandes esfuerzo que la actual jefatura que encabeza el vicealmirante Homero L Lajara Sola junto a un equipo de honorables y profesionales caballeros navales quienes están dedicados a tiempo completo al fortalecimiento y crecimiento institucional, donde se están inaugurando nuevas instalaciones, destacamentos y remozando otras que elevan grandemente la moral y eficiencia operativa de los miembros de la institución.

Pero además la población se siente muy bien ya que todos estos recursos, son puestos al servicio de la ciudadanía, por lo que entiendo yo que seria muy apropiado retomar este asunto, que preocupa a muchos aunque no hablen.

La Academia Naval debe permanecer donde está y esto debe ser revisado y sopesado por las autoridades de Sans Souci Port, y el Estado dominicano en la persona del excelentísimo señor Presidente doctor Leonel Fernández Reyna jefe supremo de las Fuerzas Armadas, quien debe tocar el corazón de los empresarios, y desde su alta posición motivar el que se revise este traslado innecesario que provocará una gran desmoralización de la Marina de Guerra.

Esto representa un duro golpe a cada una de las personas que de una manera o de otra se sienten identificados con esta profesión honorable que les incitara un gran desconsuelo
.

Posiciòn del Contralmirante Ramòn Monte Arache, sobre el traslado de la academia Naval, antes de su sentido fallecimiento a principios de este año 2010.

Explica el comandante Ramòn Monte Arache “Como egresados que fuimos de la Tercera Promoción 1946-1948 y de la Octava 1954-1956 de dicha Academia Naval, el capitán de corbeta (r), Salvador E. Castro Calcagno y quien suscribe, expondremos algunas ideas al respecto.


Esta Academia Naval de Sans Souci debe preservarse en el mismo edificio y en el mismo lugar donde se encuentra por las razones patrióticas que expondremos a continuación:


La institución tiene la categoría de Universidad que lleva con justicia el nombre del Almirante César De Windt Lavandier quien fuera uno de los jefes de Estado Mayor de la Marina de Guerra más profesional, prestigioso y respetado, además de un pionero en la modernización de la Marina de Guerra y la Academia Naval.


Fue un Héroe Naval participante con los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, dándoles servicios como oficial en el buque mercante “San Rafael”, transportando mercancías a los Estados Unidos, como el azúcar crudo para la fabricación de pólvora, para las armas que combatieron y vencieron a las potencias del Eje, Berlín, Roma y Tokio.


El San Rafael fue hundido por un submarino alemán, nueve tripulantes permanecieron en una frágil balsa durante una semana en alta mar y el oficial De Windt fue uno de los sobrevivientes.


En todos los países de Occidente que tienen conciencia de los supremos aportes que hicieron hombres como estos a la libertad de la humanidad, como Inglaterra, Francia, Estados Unidos, esos héroes son respetados y venerados por los pueblos agradecidos los han colocado en la Cima de las Glorias Humanas, los aman por ser héroes del mundo y forjadores de la libertad.


El Almirante De Windt Lavandier y sus ocho compañeros sobrevivientes y los mártires de aquella tragedia, son de esos símbolos de valor y de entrega que quedan en el mundo de hoy. Este hombre incansable, de estirpe guerrera, enseñó en su amada Academia Naval hasta el último día de su fructífera vida de más de noventa años.


¡Que privilegio tuvieron sus estudiantes! Pues en el mundo quedaban muy pocos instructores navales, tal vez ninguno, con el historial, la experiencia y la sabiduría de un hombre consagrado al servicio de la patria como el Almirante De Windt.


En esa Academia se graduaron de oficiales, héroes como el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, el vicealmirante Manuel Ramón Montes Arache, el capitán de navío Augusto Bienvenido Lara Matos y un gran número de oficiales de diferentes promociones que nos cabe la gloria de haber defendido la patria en los momentos aciagos que vivió nuestra nación intervenida y haber ayudado a forjar la actual democracia mediatizada de hoy, que no es por la que muchos de ellos ofrendaron sus preciosas vidas, porque lucharon y murieron por una democracia plural, participativa y con justicia social.


En sus aulas se formaron destacados oficiales almirantes, oficiales superiores y subalternos que le prestaron y siguen prestándoles valiosos servicios a la Nación durante más de 50 años con profesionalidad y entrega.


Es impensable que los Estados Unidos negocie el recinto de la Academia Naval de Annapolis, España el de la Academia Naval de Marín o Argentina su Academia Naval, porque los países que respetan sus héroes, sus monumentos y su historia, no los negocian, ni los abandonan, ni los descuidan, pues sería como negociar parte del alma nacional.


Lo que debe hacerse con nuestra Academia Naval es sacar su recinto y anexidades de cualquier contrato que realice el Estado Dominicano y preservarla, lo que no afectaría en nada a los contratistas, sino por el contrario, se remodelarían sus edificaciones actuales, se dotaría de todos los avances tecnológicos modernos para la educación y de este modo será un monumento histórico que engrandecerá todo el entorno turístico que le rodeará en el futuro.


Desde la caída del gobierno de Trujillo, la Marina de Guerra había cumplido y debe seguir cumpliendo con su honorable trabajo de defensa de la patria; para certificar lo aquí afirmado, valoremos los siguientes aportes patrióticos de la institución al proceso democrático de la Nación: El mismo día 24 de abril del 1965, se lanzaron a la lucha por la constitucionalidad, la independencia y la soberanía de la patria, 25 oficiales, 350 clases y alistados y el glorioso cuerpo de Hombres Rana, determinantes para sostener la resistencia victoriosa frente a dos poderosos ejércitos, el nacional y el extranjero. (…)
La frase
. fuente periodico hoy.


La Academia tiene categoría de Universidad y lleva con justicia el nombre del Almirante César De Windt Lavandier, prestigioso y respetado hombre de mar.”

Reseña histórica y turbulencia que ha arrastrado esta academia desde sus inicios


La Academia Naval de La República Dominicana, fue fundada por el Presidente de La República, Don Ignacio María González, el 28 de Mayo de 1875, mediante el Decreto No. 1410, para dar entrenamiento práctico de tres años, a jóvenes dominicanos con vocación marinera; incluyendo en su programa de estudios, manejo de Armas y Artillería Naval. Al finalizar dicho programa, se investía a los egresados con el título de Segundo Piloto. Fue denominada Academia de Náutica y funcionaba en Santo Domingo con capacidad para Veinte (20) alumnos mayores de quince (15) años. Por la inestabilidad política de la época, esta escuela no llegó a tener egresados.


El 29 de Junio de 1883, el Presidente, Ulises Heureaux, promulgó la Ley 2141, rehabilitando La Academia, luego de un tiempo eclipsada; con el nombre de Academia de Náutica Dominicana.


El Presidente Heureaux firma el 18 de Abril de 1894, la resolución No. 3393, aumentando el período de estudios a cuatro años, divididos en dos secciones de dos años cada una: la primera para Estudios Náuticos y la segunda para Artillería Naval, invistiendo los alumnos de la primera sección como Alféreces y de la segunda como Tenientes de Marina. La capacidad física de La Academia continuaba para 20 estudiantes.


El 6 de junio de 1913 fue iniciado un proyecto tendiente a la unificación de La Academia de Náutica con el Ejército, mediante un plan conjunto denominándose entonces Escuela Militar y Naval, la cual desapareció en 1916, tras la ocupación americana de ese año. Por considerar que un Estado Isleño, como nuestro país, no podría sobrevivir sin marina y en (1934), resurgen cursos preparatorios de náutica abordo de un buque de transporte Dominicano.


En el año de (1946), se reestructura el sistema de enseñanza de navegación y marinería, lo que estuvo a cargo de técnicos italianos contratados bajo la dirección del Capitán de Fragata Giuseppe Lauricella, graduándose para finales de (1948), catorce (14) Guardiamarinas. Para esa misma fecha, el Cuerpo de Guardiamarinas fue trasladado a las edificaciones del apostadero del rompeolas de Santo Domingo, denominándose a partir de entonces Academia Naval de Sans Souci, siendo dirigida en esta ocasión, por el Capitán Ingles John Agnew.


En octubre del año (1953), La Academia Naval, fue trasladada a un edificio construido especialmente en Punta torrecilla en donde prosiguieron los cursos, adicionándose los estudios de máquinas navales, hasta el año (1955) en que fue prácticamente disuelta enviándose los Guardiamarinas a La Academia Militar de las Fuerzas Armadas “Batalla de las Carreras”, en San Isidro.


A finales del año (1962), se acondiciona como buque escuela la corbeta “Colón” C-101, M. de G., y a mediados del año (1963), los Guardiamarinas son trasladados a La Base Naval de Las Calderas, con plan de estudios de tres (3) años, el cual es iniciado con cincuenta (50) Guardiamarinas. El veinte (20) de Diciembre del año (1963) mediante Orden General No. 112 del Jefe de Estado Mayor de La Marina de Guerra, La Academia fue rebautizada con el nombre de Escuela Naval.


El 17 de enero de (1964), vuelve La Escuela Naval a las edificaciones del Apostadero Naval de Sans Souci. En ese mismo año, el Poder Ejecutivo mediante el Decreto No. 538 de fecha 19 de Febrero, dispone que el día 28 de Mayo de cada año sea celebrado oficialmente el día de La Escuela Naval y el 10 de septiembre La Escuela retorna a Punta Torrecilla, en donde se encuentra actualmente ubicada.


A mediados del año (2000), las autoridades de entonces someten al Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), un proyecto para elevar la categoría de dicha Academia a Universidad Academia Naval de Estudios Superiores.


En fecha 4 de Julio del dos mil (2000), el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), conoce el informe técnico y emite la resolución CONES-090/2000, recomendando al Poder Ejecutivo la aprobación de La Academia Naval de Estudios Superiores, con categoría de Universidad.


El Poder Ejecutivo emite el Decreto No. 368-2000, reconociendo a La Escuela Naval de La Marina de Guerra como Academia Naval de Estudios Superiores (ANES), con categoría de Universidad, facultándola para expedir títulos académicos con el mismo alcance, fuerza y validez que los expedidos por las instituciones académicas oficiales o autónomas de igual categoría del país.


Como podrán observar esta Academia Naval ha tenido que superar momentos muy difíciles en el pasado y que ahora en el presente la siguen atormentando y persiguiendo en esta ocasión, como una maldición, ahora no se trata de problemas de inestabilidad políticos, sino de la construcción de un Complejo Turístico que amenaza de nuevo su estabilidad y existencia.

En los actuales momento debemos concienciarnos, todos los dominicanos, civiles , militares y extranjeros quienes nos identificamos con la trayectoria y la importancia militar, naval e histórica de este complejo de estudios navales para buscar una salida y salvar estos terrenos y estructuras que más que el valor monetario que le podría interesar a la compañía Sans Souci Port, en sus cimientos, bases, existe, hay una valor incalculable histórico, heroico y sentimental ya que forma parte de nuestra identidad nacional.

Salvemos la Academia Naval y lo que ella representa para los jóvenes dominicanos que se han preparado y se prepararan en ella donde está y donde debe quedarse para el futuro de la Marina de Guerra y de la patria.

El Leño Pinto Digital advierte o mejor dicho deja esta reflexión que Hay solo una Academia Naval, con su historia , sus años y símbolo que para muchos es una especie de "Santuario Naval" y si la destruimos también acabáremos, con todo lo que ella representa, para las Fuerzas Armadas, la Marina de Guerra y el país aun estamos a tiempo.

Fuentes, periódico Hoy, datos históricos pagina de la Academia Naval

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