

Por David Paredes
La historia nos ha enseñado que las grandes conquistas de los pueblos, comienzan con pequeños y aislados actos de insurrección que poco a poco, como una bola de nieve, van tomando fuerza hasta que son capaces de derrocar reinos, principados y potestades.
La sociedad moderna ha parido un nuevo modelo de insurrecciones contra los abusos, injusticias y desatinos de la indolente plutocracia: la opinión pública.
Recientemente vimos en los titulares de los periódicos, los planes para erigir un suntuoso proyecto hotelero y de condominios en los alrededores del Estadio Quisqueya, ubicado en el Ensanche La Fe de esta ciudad Capital, el cual se haría a imagen y semejanza del Jacob Field de la ciudad de Ohio en Estados Unidos y que llevaría el nombre de Centro Deportivo y Cultural Juan Marichal.
En aquel entonces, quien suscribe, utilizó este especio que generosamente nos concede el Leño Pinto Digital para alzar nuestra voz de protesta en contra de ese incalificable yerro que considerábamos “una soberbia locura”, por las implicaciones negativas que acarrearía a un país como el nuestro, cuya economía atraviesa momentos de estrechez; además por considerar que era un proyecto insustentable mercadológicamente y por entender que era un señuelo utilizado por un grupo de inescrupulosos hombres de negocios, para dejar enganchado al Estado dominicano en una dantesca escaramuza que les acarrearía beneficios particulares.
Hoy 15 de marzo del 2010, apenas 4 meses después, celebramos con júbilo la acertada decisión del excelentísimo señor presidente constitucional de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, de dejar sin efecto la construcción de ese improcedente proyecto; el cual si bien es cierto sonaba atractivo, no es menos cierto que era insostenible, extemporáneo y peligroso. Don Juan Marichal tiene meritos suficientes para ser figura de agasajo perpetuo en nuestra nación, no nos oponemos a ello, pero si a que se quiera utilizar su nombre como cebo de carnada para llevar a cabo este fantasioso e inconcebible proyecto.
El mayor logro y conquista que ostentamos, radica en el hecho de que nuestro pregón, modesto y bienintencionado, fue una de las chispas que motorizó esa insurrección en contra de las malsanas intenciones de esos oscuros intereses que se movían alrededor del Proyecto Deportivo Juan Marichal. Fue el Leño Pinto Digital uno de los primeros en poner a rodar esa bola de nieve que, poco a poco, fue cobrando fuerzas hasta poner fin a la siniestra ambición de un clan que se aprestaban a utilizar dicho proyecto para drenar los bolsillos del Estado (nuestro dinero), para su usufructo personal.
La publicación del pasado 15 de noviembre del 2009 http://ellenopintodigital.blogspot.com/2009/11/el-proyecto-estadio-juan-marichal.html en este ya célebre blog de informaciones diversas, es una muestra de que la opinión pública bien intencionada y sin tendencia de ningún tipo, es aún una reserva de esperanza moral en nuestras degradadas sociedades. El aciago plan finalmente no se les dio. En hora buena a los que nos opusimos a dicho proyecto!
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