

Autor Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo R.D. Los ataques despiadados al jefe de la PN., ingeniero Rafael Guillermo Guzmán Fermín, por diferentes sectores podrían ser objeto de un pequeño análisis.
Primero debo decir que este ingeniero policía o policía ingeniero como más les guste, ha demostrado durante toda su trayectoria una extraordinaria capacidad en todas las funciones donde ha sido designado.
Por lo que su designación, no se habrá realizado en una tómbola, sino una acertada decisión del señor Presidente doctor Leonel Fernández Reyna, en reconocimiento de su extraordinaria capacidad e integridad.
En una ocasión lo visité en San Francisco de Macorís, donde cuando entré a su amplio despacho me asombré y admiré de la gran cantidad de diplomas y reconocimientos que rodeaban su escritorio en todas las paredes.
Un hombre que se ha fajado, trabajado y preparado para ser jefe de la Policía Nacional. Y un profesional orgullo de esta tierra de Duarte , Sánchez y Mella.
Su trabajo lo ha tenido que realizar aun con el referí, en contra el secretario de Interior y Policía, que durante más de cinco años se ha colocado por encima de los jefes opacándolo frente a sus hombre cuya actitud se traduce en una desmoralización del sentimiento policial y también en dejadez frente al combate del crimen.
A pesar de que Guzmán Fermín sabe mucho de procedimientos policiales y principalmente de trabajar con el crimen organizado y la delincuencial común, en todos los niveles, los derechos humanos y muchas instituciones buscando protagonismo, siempre le ha puesto los cables con un voltaje muy alto, cuando aprieta a la delincuencia, pero estos mismos sectores, cuando son ciudadanos honestos que son agraviados por los delincuentes, no dicen nada.
Cuando las cosas se les ponen como al jefe Guillermito Fermín hay una sensación en la población de que sus días están contando, porque regularmente en ese tipo de campañas, hay poderosos sectores presionando y trabajando desde dentro y fuera de la misma institución.
Fermín tiene que tener su brutus cerca de él por lo que debe cuidarse, pero sea lo que sea que pase este jefe se ha manejado siempre con una determinación de enfrentar el crimen sin importar las criticas, con gran valor y arrojo.
La capacidad de policías de la clase de Guzmán Fermín fortalecen la institución en momentos que tiene tantos caballos de Troya infiltrados, cuyo única motivación de ser policías es para beneficiase del uniforme y esperar su turno para hacerse rico.
Emito esta opinión de manera muy particular y objetiva, y debo señalar que nunca he recibido ningún beneficio de ninguna jefatura, ni la actual ni las que le han precedido a Guzmán Fermín, lo cual reto a cualquier que compruebe lo contrario.
Las acusaciones sobre su manejo frente al combate del crimen o cualquier exceso de sus hombre deben ser investigado, pero de manera objetiva, sin sañas, ni fanatismos.
La justicia dominicana o la internacional están en el deber de investigar cualquier denuncia, de cualquier ciudadano o institución, incluyendo del Jefe de la Policía Nacional o cualquier otro jefe.
Esperemos que todas estas denuncias, no solo pretendan la cabeza del jefe por celos profesionales o de sectores que no se haya beneficiados económicamente de esta gestión.
Todo esto debilita el combate de la delincuencia y no es coincidencia y muy sospechosos, en momentos que Guzmán Fermín junto con el mayor general Rolando Rosado Mato presidente de la DNCD le ha dado contundente golpe al narcotráfico, iniciándose con la incautación de 4.6 millones de dólares.
Creo que el jefe Rafael Guillermo Guzmán Fermín cayo en algún momento en un exceso de protagonismo o tal vez se emocionó en el manejo del caso de Eduardo Baldera en Nagua, pero esto no es razón suficiente para querer acabar con la exitosa carrera de un policía serio y sobre todo integro que enorgulleces la Policía Nacional y al país.
Finalmente les dejo está reflexión a la ciudadanía pensante que no se deja arrastrar por el sensacionalismo o el protagonismo, y menos a las manos tenebrosas que están detrás de la cabeza de jefe PN. Que tal parece su determinación para combatir el delito le está dañando el negocio o los batazos le están picando cerca.
Primero debo decir que este ingeniero policía o policía ingeniero como más les guste, ha demostrado durante toda su trayectoria una extraordinaria capacidad en todas las funciones donde ha sido designado.
Por lo que su designación, no se habrá realizado en una tómbola, sino una acertada decisión del señor Presidente doctor Leonel Fernández Reyna, en reconocimiento de su extraordinaria capacidad e integridad.
En una ocasión lo visité en San Francisco de Macorís, donde cuando entré a su amplio despacho me asombré y admiré de la gran cantidad de diplomas y reconocimientos que rodeaban su escritorio en todas las paredes.
Un hombre que se ha fajado, trabajado y preparado para ser jefe de la Policía Nacional. Y un profesional orgullo de esta tierra de Duarte , Sánchez y Mella.
Su trabajo lo ha tenido que realizar aun con el referí, en contra el secretario de Interior y Policía, que durante más de cinco años se ha colocado por encima de los jefes opacándolo frente a sus hombre cuya actitud se traduce en una desmoralización del sentimiento policial y también en dejadez frente al combate del crimen.
A pesar de que Guzmán Fermín sabe mucho de procedimientos policiales y principalmente de trabajar con el crimen organizado y la delincuencial común, en todos los niveles, los derechos humanos y muchas instituciones buscando protagonismo, siempre le ha puesto los cables con un voltaje muy alto, cuando aprieta a la delincuencia, pero estos mismos sectores, cuando son ciudadanos honestos que son agraviados por los delincuentes, no dicen nada.
Cuando las cosas se les ponen como al jefe Guillermito Fermín hay una sensación en la población de que sus días están contando, porque regularmente en ese tipo de campañas, hay poderosos sectores presionando y trabajando desde dentro y fuera de la misma institución.
Fermín tiene que tener su brutus cerca de él por lo que debe cuidarse, pero sea lo que sea que pase este jefe se ha manejado siempre con una determinación de enfrentar el crimen sin importar las criticas, con gran valor y arrojo.
La capacidad de policías de la clase de Guzmán Fermín fortalecen la institución en momentos que tiene tantos caballos de Troya infiltrados, cuyo única motivación de ser policías es para beneficiase del uniforme y esperar su turno para hacerse rico.
Emito esta opinión de manera muy particular y objetiva, y debo señalar que nunca he recibido ningún beneficio de ninguna jefatura, ni la actual ni las que le han precedido a Guzmán Fermín, lo cual reto a cualquier que compruebe lo contrario.
Las acusaciones sobre su manejo frente al combate del crimen o cualquier exceso de sus hombre deben ser investigado, pero de manera objetiva, sin sañas, ni fanatismos.
La justicia dominicana o la internacional están en el deber de investigar cualquier denuncia, de cualquier ciudadano o institución, incluyendo del Jefe de la Policía Nacional o cualquier otro jefe.
Esperemos que todas estas denuncias, no solo pretendan la cabeza del jefe por celos profesionales o de sectores que no se haya beneficiados económicamente de esta gestión.
Todo esto debilita el combate de la delincuencia y no es coincidencia y muy sospechosos, en momentos que Guzmán Fermín junto con el mayor general Rolando Rosado Mato presidente de la DNCD le ha dado contundente golpe al narcotráfico, iniciándose con la incautación de 4.6 millones de dólares.
Creo que el jefe Rafael Guillermo Guzmán Fermín cayo en algún momento en un exceso de protagonismo o tal vez se emocionó en el manejo del caso de Eduardo Baldera en Nagua, pero esto no es razón suficiente para querer acabar con la exitosa carrera de un policía serio y sobre todo integro que enorgulleces la Policía Nacional y al país.
Finalmente les dejo está reflexión a la ciudadanía pensante que no se deja arrastrar por el sensacionalismo o el protagonismo, y menos a las manos tenebrosas que están detrás de la cabeza de jefe PN. Que tal parece su determinación para combatir el delito le está dañando el negocio o los batazos le están picando cerca.
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