

El ejecutivo que en vez de poner el orden ponía el desorden.
Autor Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo R.D. “Las Fuerzas Armadas son las bases del poder público y más en los pueblos incipientes donde no hay hábitos arraigados de obediencia a la ley.” esta frase fue pronunciada o escrita por el general de brigada del Perú, Urbina en 1884 y creo, que si la extrapolamos a nuestra época actual abarcaría perfectamente a las fuerzas militares de la R.D.
Pero a pesar de la gran importancia de los soldados para el mantenimiento de una serie de cosas, propias de la democracia, hay una gran cantidad de militares, que irrespetan, las Fuerzas Armadas, con el mal uso que le dan a sus posiciones y al uniforme, realizando comportamientos y actitudes incorrectas que no está acorde con los lineamientos, ni fundamentos militares.
Sencillamente, como dijo en una ocasión el vicealmirante Homero L. Lajara Solá, “el uniforme que deben usar para defender lo usan para ofender”, y con este comportamiento manchan el buen nombre de la institución a la que pertenecen, por desgracia del destino.
Para muchos de estos hombres, que no deben llamarse militares porque no reúnen los principios básicos, especialmente su vocación de servicio a la patria, su único fin es sacarle dinero a ese, uniforme cuando su deber es servirle a la patria con él, sin embargo lo utilizan para ellos servirse.
Lo triste, lamentable y vergonzoso son las cosas que estos personajes hace, que son increíbles, supe de un coronel que está activo, del Ejercito Nacional, que fungiendo como oficial ejecutivo, del Hospital Central de las Fuerzas Armadas, se dedicaba a seducir militares de la clase femenina, y utilizaba la misma oficina o reciento del oficial ejecutivo para pasarlas por las armas.
Quién debía imponer el orden imponían el desorden, saciando sus enfermas pasiones sexuales, aprovechando el poder y la autoridad que representa ser oficial ejecutivo.
A Quien se le deposita toda la autoridad, para que precisamente, vigile el comportamiento de los demás alistados, oficiales subalternos y superiores, el hombre que sanciona a quienes violentan los reglamentos militares ¿qué ironía de la vida?.
Pero lo bueno del caso es que aun con todo lo que hizo todavía, sigue en sus andadas, su modo operandi , es sacar el personal, masculino de su entorno, para quedarse siempre con el femenino que es más fácil de manejar y además de utilizar , en lo que se ha hecho un experto tirándose todas las que puede a lo calladito.
Siempre está presionando y dando órdenes con amenazas sembrando el terror, para de esta forma encubrir sus inconductas, ya que nadie se atrevería a denunciarlo, su gran influencia dentro de las fuerzas armadas, cuyos promociones tiene posiciones importantes de mando, lo hacen sentirse con la fortaleza de hacer todo lo que él quiera, abusando de la confianza que sus promociones le han dado.
De esta manera realiza toda clase de locuras, ya que es un enfermo sexual y mental como muchos que todavía hay dentro del aparato militar y que a pesar de que una gran cantidad de militares, lo saben nadie se atreve a tomar decisiones, porque entre bomberos, no se quieren pisar la manguera.
Mientras comportamientos como lo de este coronel, son los que desacreditan a las Fuerzas Armadas y la han llevado a que se le irrespete, ya con su mal ejemplo estos personajes, no solo le hacen daño a su propia carrera, si no que ensucian el uniforme de los demás militares y también la digna, honorable e importante carreta castrense.
Al parecer el uniforme les queda muy grande, por que escogieron la carrera equivocada o tal vez no reúnen los meritos para tenerlos puestos, tal parece que el efecto de honorabilidad, transformador digno que debe provocar, que caracteriza a los que tiene vocación militar, y los convierten en personas especiales, para la sociedad , en ellos no surte ningún resultado.
Suerte que no todo está perdido ya que durante mi trayectoria como reportero, me he relacionado con otra clase de militares honorables y con mentalidades muy brillantes, como mi amigo, el jefe de estado mayor de la FAD, mayor general, piloto Carlos Rafael Altunas Tezanos, el vicealmirante (r) Iván Peña Castillo, ex jefe de estado mayor de la M de G, el actual vicealmirante Homero Lajara Solá, el mismo secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general piloto Pedro Rafael Peña Antonio, y Ramón Ant. Aquino García, para citar algunos buenos ejemplos del perfil del militar correcto y que dignifican la carrera militar.
Estos hombres en los momentos actuales irradian, hacia los soldados una luz, que los orientan hasta el camino recto, correcto e idóneo, porque cuentan, con la carga de moralidad, respeto y su ejemplo es digno de ser imitado.
Tiene sobre sus hombros una gran responsabilidad, exceptuando, el vicealmirante (r) Iván A. Peña Castillo que ya no está dentro de las fuerzas armadas, pero el tiempo que estuvo, y especialmente como jefe de la M de G, mantuvo el orden, respeto y honorabilidad que esa institución se merecía.
Las Fuerzas Armada en estos momentos necesita de sus mejores hombres, cuando los principios, éticos, morales y del deber brillan por su ausencia, en alguno militares, como lo demuestra el comportamiento del coronel que les mencioné ejecutivo y los involucrados con lo de paya que no están todos los que son, ni son todos los que están.
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