
“La perpetuidad no puede ser ni por hombres, ni por naciones, porque solo Dios es eterno.” Gral. Omar Torrijos. De Panamá
A los jefes lean esto que les conviene.
Autor Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo R.D Mi ejercicio periodístico y de reportero, me obliga a visitar instituciones, por lo que regularmente debo tratar siempre con encargados, o ayudantes de los Directores, de instituciones o dependencias militares, unos son facilitadores otros, sencillamente mediocres.
Pero hablaré primero de los buenos ayudantes, una especie de héroes anónimo humildes , como diríamos detrás de las cámaras, o de los jefes de las Instituciones, Direcciones o Dependencias, de las Fuerzas Armadas.
Que a pesar de que tiene, la gran responsabilidad de llevar todos los asuntos y políticas de las mismas, regularmente están en bajo perfil o ignorados.
Fieles a sus jefes, son las personas de mayor confianza en donde ellos depositan grandes responsabilidades, por lo que invariablemente su compromiso primario, es lograr la mejor proyección de sus superiores, sobre estos, es que finalmente termina, cayendo el éxito o fracaso.
Pero hay datos importantes de los ayudantes, detrás de las posiciones de mandos, su importante trabajo y sobre todo su ejemplar comportamiento representa el 50 por ciento del éxito de cada una de las gestiones, en las instituciones, dependencia o cuerpo especializado.
En la medida que su trabajo se apega al éxito y sobre todo en beneficio de la Institución, las mismas experimentan, crecimientos y una proyección positiva, con lo cual, además beneficia a quienes las dirigen, por lo que es significativo tener presente, que los hombres pasarán y otros lo relevarán pero las instituciones siempre quedan.
La trascendental posición de ayudante, constituye un espacio, donde los militares tienen la histórica oportunidad de poner a prueba, su capacidad y preparación de que están hechos y todo lo que su institución, le ha enseñado.
Junto a sus jefes participar, en las transformaciones, cambios y mejoría que ellos entienden que servirán, para el bienestar de las condiciones de las mismas y de los hombres y las mujeres que las integran.
Los ayudantes son hombre que deben estar dotados de dotes especiales, no todo el mundo puede realizar esta función, con éxito, si no cuenta con herramientas importantes, sobre todo humildad, honestidad y capacidad,
Sobre ellos reposa mucho poder, por eso la humildad, despachan documentos importantes, involucrando dinero, con los cuales se pueden contaminar, por eso la honestidad, debe enfrentarse con situaciones de mucha presión física y mentales, largas jornadas de trabajo y complicaciones que se deben resolver, ahí es donde entran los buenos ayudantes, caracterizándose, regularmente, por llevar las soluciones, y no los problemas a sus jefes.
Los militares con estas funciones, es importante, que tengan muy en cuenta para el éxito de sus jefes, su ejemplar comportamiento, cortesía, vocación de servicio y una excelentes relaciones humanas.
Ellos representan, a sus directores y también a las instituciones, debiendo evitar que esas cosas, provoque, que se le suba, el poder a la cabeza, ni tampoco a sus jefes con orientaciones y sugerencias apropiadas.
Algo muy importante que deben recordar, que las instituciones, dependencia, no son patrimonios, ni de sus jefes, ni de ellos, son funciones que llegan y pasan. El general Omar Torrijos dijo “que la perpetuidad, no puede ser, ni por hombres ni por naciones porque solo Dios es eterno”
Los malos ayudantes, han llevado al descredito a muchos jefes, adueñándose de las jefaturas, dependencia o Direccion y poniéndolos como simples figuras, apartándolo de la realidad, y lo mas delicado indisponiéndolos con otros, militares, civiles y todo aquel que ellos entienda que no les beneficia.
Otros acomplejados y mediocres utilizan esas posiciones como sables y escudos para atacar y abusar del poder que proporciona, el hecho de ser ayudante de un jefe, cometiendo todo tipos de maldades, que al pasar el tiempo terminan, con su gestión, sin que este, ni siquiera se dé cuenta de lo que pasa en sus propias narices. Ya que el mal siempre regresa al lugar de origen.
Por lo antes expuesto desde hoy y en los adelante, los jefes que quiera triunfar, llevarse el éxito en su gestión, y su designación, no se convierta en un error y quedar mal con la confianza depositadas por su Comandante en Jefe el excelentísimo señor Presidente, doctor Leonel Fernández Reyna. Poner mucha atención a quien tiene de ayudantes.
Evitar, el descredito por culpa de un ayudante malo, Pero a los buenos, valorar, reconocer y premiar por su fidelidad, comportamiento y honestidad, son el 50 % de su triunfo.
Aprovecho este artículo para felicitar a los profesionales, ayudantes del Jefe de Estado Mayor de la FAD, La M de G, inteligencia Naval (M-2),y del Ejercito (G-2), del secretario de las Fuerzas Armadas, subsecretarios de Estado de las FFAA., de la FAD, EN y M de G, y algunos dignos hombres, cuyo comportamiento ponen, muy en alto la profesionalidad y el talento como militares de las Fuerzas Armadas dominicanas y llevarán el éxito en sus respectivas, áreas de responsabilidad los más importantes a sus jefes.
En la próxima hablaremos de los ayudantes mediocres, los cuales con su torpe e incapaz ejercicio, ponen en peligro, el éxito de las instituciones y con ellas también las que las dirigen, sus jefes.
Sobre todo para que los jefes recapaciten a tiempo antes de que, los ayudantes los arrastren, a la experiencia de la vergüenza y sucumban, al fracaso de su gestión, perjudicando grandemente a las Fuerzas Armadas y al País como le paso al Jefe de Estado Mayor de la ……………………………………………………..piiiiiiiiiiiiiiiiii.
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