martes, 20 de enero de 2009

Las cofradías que ayudan al delito protegiendo criminales
















Las excelentes y las perversas Promociones militares y policiales.



Por Ricardo Rojas Vicioso.

La delincuencia criminal en la República Dominicana, ha alcanzados niveles inimaginables 20 años atrás.

Cuando tenía unos 20 años me pasaba hablando en la esquina de mi casa con un vecino que hoy vive en los Estados Unidos y tengo décadas que nos sé nada de él, bueno pero eso no es el caso.

Casi siempre mi amigo y yo nos quedábamos en la esquina analizábamos muchos temas de cosas que nos habían ocurrido en ese día y de la situación política entre otras cosas.

Nos daban las dos de la mañana en las calles, lo que ahora ni pensarlo, algunas patrullas cuando pasaban, por nuestra seguridad nos mandaban acostar esa era el único problema que teníamos.

Bueno por lo menos en el Ensanche Ozama, aquí la vida era tranquila a pesar de los acontecimientos que se estuviera viviendo en otros escenarios por los años de 1982.

Pero voy a entrar en materia y es el hecho de porque las cosas han ido empeorando, hay más delincuencia, por que se han multiplicado los delincuentes, están de todos lados y clases.

Lo más lamentable del caso es que los buenos que están para combatir los malos, sean ido debilitando porque de estos, se han pasado para el lado contrario el cual deberían de enfrentar.
Policías, Militares, abogados, políticos, y hasta empresarios se han ido pasando para el lado contrario atraídos por el poder que representa tener más dinero. El apetito de muchos no se ha podido saciar a pesar de que hoy tienes 100 veces más de lo que tenían antes.

Estas cofradías se han ido unificando y entrelazando en unos niveles que nuestra sociedad se le hace muy difícil entender, pero que representa un peligro de ingobernabilidad. Para que tengan una idea, los policías corruptos actúan como policías normales o buenos, lo cual pone en peligro no solo a los ciudadanos, sino a sus propios compañeros de armas.

Igual pasa con muchos militares perdón delincuentes enganchados, que se escudan como los anteriores en su uniforme y la honorabilidad, respeto y la gran influencia que da pertenecer a cualquiera de las instituciones castrenses.
Pero no quiero que vayan a pensar que todo están en eso, no todos son delincuentes existen promociones de oficiales, dignos, impolutos que enorgullecen su uniformes, con una hoja de servicios correcta que llena de satisfacción, a todos los dominicanos.

Sencillamente, algunos miembros de promociones se van desviando del camino correcto, inician un carrera tímida, al principio delincuencial , que en la medida que pasa el tiempo se va haciendo más abierta y obvia por el apoyo de otros sectores enquistados en el poder militar o gubernamental, especialmente compañeros de su promoción que lo defienden y protegen, a veces en recuerdo del tiempo compartido o por otros compromisos .

Aquí nace el grave problema de ajusticiar a los militares o policías que delinquen, siempre aparece un padrino, o compañero de promoción que habla por ellos, fortaleciendo la impunidad, y a la misma prevaricación.

Ningún otro miembro quiere a veces convertirse en el malo y tener toda una promoción de enemigos, ya que cuando se afecta con razón o sin ella a un compañero de una promoción militar o Policial, en la mayoría de los casos los demás se sienten aludidos y ofendidos.

Una vez me dijo un vicealmirante de mucho respeto y honorabilidad que en las Fuerzas Armadas había bandas, me quedé asombrado hasta que sucedió lo de Paya no caí en cuenta ¡Dios míos esto es increíble! Pero cierto.

Lo que digo tengo experiencia vivida en una gran cantidad de oficiales de las Fuerzas Armadas, y la Policía Nacional, apartados por haber sido encontrados en flagrantes actos de corrupción y cuando hemos investigados tenían años en esas y otras prácticas, hay otros con más suerte no han sido atrapados.

Para poner un caso algunos de los miembros de la M de G., ligado al caso Paya, luego de su apresamiento, oficiales consultados que lo conocían, admitieron que el comportamiento de estos militares no era correcto, “iban muy rápidos” eso en la jerga militar, define un militar cuando adquiere rango, costosos vehículos y dinero entre otras cosas muy rápido.

La delincuencia de ha ido incubando dentro de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, la Política , los sectores empresariales y gubernamentales, donde existe el poder y la necesidad urgente de dinero, para lograr un mayor posicionamiento y fortalecimiento en su beneficio pero en contra de la sociedad.

El grave peligro de los “Promo” como se identifican muchos miembros de una misma Promoción o compañeros de estudios militar o policía para que puedan entender, donde hay del Ejército Nacional, M de G, FAD y Policías, es el gran poder militar intrínseco que encierran cada uno de ellos algunos de los cuales o muchos a veces en posiciones importantes de poder, lo que dificulta su apresamiento, porque amedrenta a quienes intenta hacer justicia con algunos de sus compañero de estudios académicos involucrados en actos de corrupción.

Dejo esta ligera pero profunda reflexión para que sea tomada en cuenta por los individuos e instituciones responsables de combatir el crimen, y mañana no aleguen ignorancia, como forma de justificar la inacción en el deber de sacar y condenar a los elementos que infringe la ley irrespetando y burlándose, de la sociedad dominicana lo que fortalece el avance del crimen organizado y común en todas sus manifestaciones.

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