


Por Ricardo Rojas Vicioso.
“El uniforme que debieron usar para defender lo usan para ofender” con esta frase con una gran elocuencias , resumió, el vicealmirante Homero L. Lajara Solas, el comportamiento mejor dicho, el mal comportamiento de algunos militares, especialmente de la Marina de Guerra involucrados en supuestos actos con el narcotráfico.
Estos hechos golpearon duramente no solo a la sociedad dominicana, sino también a los mismos miembros nobles de la propia Marina de Guerra, porque esta institución naval ha sido desde sus inicios un ejemplo de honorabilidad, profesionalidad y respeto.
Por lo antes expuesto se deduce y tanto el pueblo como los altos mandos militares, esperan que un oficial de la Marina o de cualquier institución, tenga un comportamiento ejemplar porque precisamente, ha salido de una institución que lo forma como caballeros militares, porque es una profesión honorable.
Pero ¿cuáles han sido las razones? que motivaron a que estos hombres dejaran todos sus años de enseñanzas y capacitación para cambiar totalmente su vida y su vocación militar, deshonrar su uniforme y su institución, ¿qué fue lo que fallo? o está fallando.
El factor dinero, poder o falta de fe en la carrera militar. De todos modos estos hechos servirán para contestar más adelante, esas y otras preguntas, una vez se puedan entrelazar todos los cabos que están sueltos.
El uniforme en un militar representa una diferencia, que no debe ser solo en la ropa, sino que debe ir acompañada de un comportamiento también ético, moral e impoluto.
Lo bueno de todo esto, es los militares involucrados en la delincuencia, son una minoría, la gran mayoría de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, mantiene sus principios, vocación de servicio militar y todo aquello que representa el papel de un soldado.
¿Cómo yo traiciono o deshonro este uniforme y a mi institución que me ha dado tanto? Esta frase sale de un oficial ejemplar el capitán de navío Miguel Peña Acosta, quien ha realizado una gran cantidad de cursos en el exterior y desempeñado diferentes funciones dentro de la Marina de Guerra a la cual le debe respeto, lealtad y agradecimiento como debe ser.
Deben las Fuerzas Armadas en estos momentos realizar depuraciones profundas para establecer quienes están usando su uniforme dignamente, y quienes lo usan para ofender y enriquecerse, estos últimos no deben estar dentro de las instituciones, porque traen la desmoralización, deshonra y la vergüenza institucional.
Los que lo usan para conseguir dinero, y más poder constituyen un peligro no solo para la sociedad, sino también para el buen desenvolvimiento del aparato militar, que a pesar de todas las cosas, es la base de sustentación del orden y la gobernabilidad.
Estos individuos no merecen llamarse militares sino empleados asalariados de las Fuerzas Armadas, por que el concepto militar tiene un contenido más amplio e involucra sobre todo un desprendimiento de las ambiciones y un entrega total a su institución y a la defensa de los mejores intereses de la Nación antes que todo.
“Las Fuerzas Armadas son la base del poder público y más en los pueblos incipientes, donde no hay hábitos arraigos de obediencia a la Ley. El General Urbina del Perú en el 1884 escribió esta frase la cual he memorizado por la importancia que tuvo en su tiempo y aun mantiene en los actuales momentos.
El pueblo dominicano cree, confía y mantiene su Fé en los militares especialmente en aquellos honorables, con una gran vocación patriótica y militar para desempeñar los roles para los que fueron entrenados, para defender la Constitución, la patria y las leyes en todo momento. Y para terminar dejo está frase de Juan Pablo Duarte “Mientras no se castigue a los traidores como se merecen, los buenos dominicanos serán siempre victimas de sus maquinaciones”
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