El asesinato de Raquel era una crónica anunciada.
Por Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo este.- Wilson Pimentel cegado por los celos espero en la esquina de la masonería esquina curazao tranquilamente a Raquel que estaba muy lejos que a pocos metros de su casa encontraría la muerte.
La intercepto y sin mediar palabras ni pensar que era la madre de tres de sus hijos tampoco tomo en cuenta ese hecho y los años que vivieron para hacerle los disparos que le llevaron la vida y que estremecieron la tranquilada del Ensanche Ozama.
Luego de varios minutos se escucharon otros disparos con mayor intensidad, ya que más tarde él matador en su casa de la calle activo 2030 se hiso un disparo muriendo también.
Pero de acuerdo a los vecinos esto era algo que se esperaba tarde o temprano porque Wilson amenaza constantemente con su pistola a Raquel, por lo ella le puso varias querellas en la policía y le confesó a una amiga que no volvía con él porque estaba segura que la mataría.
La pareja tenía un año separado pero Wilson siempre trato de que Raquel volviera con él con la finalidad de reconstruir el hogar deshecho por lo constantes celos y supuestos maltratos que recibía de Wilson.
Lo intento todo para lograr reconquistar la mujer y madre de sus hijos al punto de que le ofreció comprarle carro entre otras ofertas pero ella decidida a no volver por lo que siempre se negaba rotundamente.
La historia de peleas y reconciliaciones mantenía dentro de la familia una situación de mucha tensión por lo que ella era aconsejada por sus familiares sobre el peligro de la relación que muchos esperaban este final fatal.
Los vecinos no salían del asombro y relataban historias que era un secreto a voces de la difícil situación de maltrato y persecución a que Raquel era sometida por Wilson Pimentel, ya que él nunca se daba por vencido y siempre trataba de convencerla para que volviera.
A noche tanto en la casa de Wilson como en la de Raquel era llanto y un dolor compartido por vecinos y amigos de la pareja, los cuales se concentraron en ambas casas,
Mientras que en la casa de Wilson sus hijos se preguntaban ¡porque! ¡Porque! Mi papa hiso eso, solo encontrando consuelo en los hombros de los amigos y familiares que acudieron a la casa rápidamente al saber la noticias en medio de un gran llanto y dolor insoportable.
Las dos víctimas la señora Raquel Gil Núñez, de 40 años, y Eddy Wilson Pimentel Báez, de 51, quienes fallecieron en la clínica Altagracia, ubicada en la avenida Sabana Larga, del referido sector.
Wilson Pimentel Ortiz residía en la calle activo 2030 número 65 mientras que Raquel Gil Núñez en la masonería casa número 116, en el ensanche Ozama.
El informe policial explicó que las heridas que presenta la señora Gil Núñez se las ocasionó Pimentel Báez con una pistola Browning calibre 3.80 milímetros que portaba legalmente, quien luego se hizo un disparo a la cabeza con fines suicidas.
Al lugar donde cayó Raquel acudieron unidades de la Policía uniformadas y Forenses donde realizaron indagaciones y fueron encontrados once casquillos de pistola calibre 3.80 milímetros y un proyectil.
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