Vender tarjetas de celulares un trabajo digno.

Por Ricardo Rojas Vicioso

Santo Domingo R.D La comunicación se ha convertido en una de las principales necesidades de los seres humanos, ya no nos imaginamos nuestra vida sin un celular el cual aunque nos produce gastos y también nos lo economiza.

Por esta razón la venta de tarjetas para los celulares se ha convertido en una importante fuente de trabajo para muchos dominicanos.

Esa gente que está en semáforos o cualquier esquina importante nos evita, el viaje al colmado o tener que desmontarnos del vehículo para adquirir ese importante y necesario rectangulito.

Siempre que tengo tiempo antes de adquirir la tarjeta le dedico uno o dos minutos de conversación a estos dignos trabajadores.

Que tiene que desafiar diariamente el humo de los vehículos, el implacable sol tropical, la lluvia, en la espera que uno de nosotros le compremos esa tarjeta de comunicación.

De acuerdo a informaciones proporcionadas por los vendedores las ventas obscilan entre cinco a 12 mil pesos diarios, claro eso va a depender de cómo esté el día. Los días malos se venden cinco los bueno de diez en adelante.

Pero además de la ventaja de no tener que desmontarnos del vehículo, nos economizamos unos pesos ya que las venden más baratas que en los colmados los cuales nos aplican diez pesos a las tarjetas de cien ellos la venden a 110 pesos.

Los colmaderos siempre se están quejando y nos multan con esos diez adicional que a mi particularmente me duele pagárselo, y prefiero comprarla en las calles, me economizo los diez y también ayudo a esa gente que están cogiendo su pela agua, sol, humo y polvo en los semáforos.

Por esto y algo más apoyemos a los vendedores de tarjetas y así le damos vida a la gente que quiere trabajar nos evitamos que los colmaderos nos multen con los diez adicional e ilegal.

Pero antes de terminar está nota quiero saber por qué las autoridades permiten que esto y otros productos se vendan a sobre precio en perjuicio de los consumidores.

En la próxima entrega les hablaré de la estafa de los jugos de melocotón, no se lo pierdan