Foto de archivo en momentos en que recibia un reconocimiento en New York, por su trayectoria militar cuando dirigia el CESA.Por Ricardo Rojas Vicioso.
El Mayor General, Juan Bautista Rojas Tabar a pesar de que pasó por la jefatura de la Fuerza Aérea Dominicana, hace un promedio de 12 años , todavía en los pasillos militares siempre se comenta las cosas buenas que hacía por el bienestar de los soldados y sus familias.
Esta trayectoria lo ha convertido en una especie de leyenda viviente, admirado, querido por militares y civiles que no dejan de hablar y engrandecer el recuerdo de su paso por la Jefatura de la Fuerza Aérea Dominicana, la secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas y su última designación frente al Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA).
El que fuera jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana por cerca de seis años, donde se ganó el cariño y el respeto, no solo como jefe sino como una gran ser humano, en el sentido semántico de la palabra por su gran sensibilidad al dolor y los problemas de los demás.
Ayudar a las personas se convirtió para él en un deporte que lo practicaba todos los días, recibiendo gente de todos los extractos sociales civiles y militares, sin importar de qué institución fuera.
Un hombre a quien la gente cuando lo veía sentía la presencia de una ser especial, al cual se le manifestaba hasta los problemas más personales, porque en él se podía percibir la extraordinaria capacidad que tiene de escuchar a los demás y de aportar soluciones.
Mientras algunos van a las posiciones a enriquecerse, atropellar, y a quitarles a los demás lo que le corresponde Juan Bautista Rojas Tabar mejor daba y aportaba soluciones a los problemas de las personas bajo su mando.
Miles de Personas son beneficiadas con diferentes tipos de ayudas, que van desde la económica, medica, empleos, traslados entre otras.
Quienes como yo han tenido el privilegio de tratarlo y estar cerca han podido darse cuenta de que este militar dominicano y extraordinario ser humano tiene una gran energía positiva que su presencia nos llena de una satisfacción casi divina.
Es visto entre los sectores pobres especialmente los que viven en la periferia de la Base Aérea de San Isidro como un Ángel, por la gran preocupación que siempre demostró por el bienestar de ellos y de los mismos soldados bajo su mando a los cuales siempre les regalaba dinero, provisiones, ropas militares y operativos médico entre otras.
Pero además en este extraordinario ser humano, también se reflejaba el perfil del Militar Dominicano, Honesto, Disciplinado y Profesional, de los mejores pilotos, que han pasado por la Fuerzas Armadas en su historia.
Simplemente nació para ser militar, pero además Dios le dio virtudes muy especiales, como las antes mencionadas que los colocan en un lugar muy exclusivo, al cual le deseamos que le sigan llegando muchas Bendiciones del Todo Poderoso.
No podemos terminar esta nota sin antes expresarle nuestra admiración, respeto y cariño a ese magnífico ser humano, padre, militar y dominicano que enorgullece al País, a las Fuerzas Armadas y a todos los dominicanos.
