Por Ricardo Rojas Vicioso.
Hace unos días leí, que la Suprema Corte de Justicia había ratificado el impedimento de permitir la pena de muerte en este país y me dio mucha pena.
La pena que siento es que gracias a que no se puedan matar criminales, violadores y todo clase de lacras que tienen ha esta población dominicana en un estado de zozobra de terrorismo, seguirán haciendo lo único que ellos sabes hacer, daño.
Y tal parece que esa decisión de la SCJ recibió una forma de contestar con el triple crimen ejecutado por el confeso asesino Juan Manuel Torres.
El móvil del crimen fue una deuda de RD$ 5 mil pesos que tenía el homicida Torres, y pensó solicitarle a la pareja que se los prestaran, pero no llegó a decirle nada, simplemente tomó un cuchillo y fríamente degolló a la pareja y a un nieto de ocho años para quedarse con su dinero.
Pero lo más terrible de este caso es que se trata de una personas de la confianza de las victimas, lo que deja claro que no se puede creer en estos demonios porque los que realizan esta clase de crímenes no pueden ser seres humanos.
La debilidad que exhibe la justicia con tantas garantías, para los criminales es el principal estímulo para que esta delincuencia siga su desarrollo, sin que nada ni, nadie pueda con ella.
Los delincuentes en su accionar no lo detienen, ni los barrotes de las Cárceles de dónde ellos están más de su cuenta que en las mismas calles, con la complicidad o debilidad de sus custodios y que ha convertido en oficinas y centros de operaciones.
Las cárceles están floja de autoridad por lo no que pasan 30 días sin que no se escape un preso perdón, que no se le puede llamar así, no me vaya a demandar un interno.-
El director de Prisiones mayor genera (r) Pérez Sánchez un excelente profesional, con una capacidad que no admite discusión, debe hacer algo ya que el sistema se ve muy flojo y tal parece que los que mandan en las cárceles son los reos o internos.
Lo cierto del caso es que aunque soy una personas que cree en Dios la delincuencia y sus acciones como su nueva modalidad el sicariato, me han convencido que en vez de mantener su prohibición se debería contemplar ponerla en ejecución, para que los criminales que asesinan a las personas para quitarle sus propiedades y luego gastarla en droga, hace millonaria a mucha gente.
Mientras no se saquen de circulación esos demonios la población dominicana seguirá recibiendo más robos, crímenes, violaciones y asesinatos como el más reciente de una mujer militar que gracias a Dios su asesino ya no estará en las calles.
La justicia no va a resolver nada con la criminalidad, ni tan poco la policía, ya que mucho malos agentes tiene como sus principales aliados económicos los delincuentes, especialmente lo que tiene mucho dinero como los narcotraficantes y atracadores y eso lo sabe todo el mundo pero nadie hace nada.
La industria criminal se abastece con el trabajo de los hombres y mujeres serias y laboriosas de este país, pero a nadie le importa porque el dolor ajeno no le duele a nadie.
La pena de muerte aunque suene cruel, es el único freno para muchos delincuentes, que no le temen a nadie, ni a la justicia, ni a la policía que desafían alegremente.
La guerra ha sido declarada a la población, por los delincuentes y la Justicia, Policía junto a las Instituciones del Estado Dominicano creadas para combatir el crimen, deben emplearse para esto y no es ignorando sus acciones o minimizándola con numeritos que nadie cree, es con realidades y actuaciones ejemplarizadoras y contundentes.
A las autoridades competentes que miren hacia México como ha sido arropada y prácticamente tomada por la delincuencia, fruto de que al igual que aquí, perdieron tiempo en enfrentarla y evitar su fortalecimiento, ahora deben enfrentarla con fuerza. Que no nos pase lo de México por estar de flojos para no vernos en ese mismo espejo.
La Pena de Muerte debe ser una opción, aunque a muchos no les guste la idea, algo hay que hacer o los delincuentes nos ganarán la guerra ya que han ganado muchas batallas.
Rafael Pérez, Ruddy Encarnación, Pedro Polanco y Ramón Mateo campeones netos
Tercero se ubicaron en las divisiones A y B, Pastor Ortiz – Miguel Ángel Rosario, 63 golpes y Pedro Santos – Cary Chow, 63 golpes.
