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jueves, 3 de julio de 2025

El baile que no estaba en los reglamentos




El Leño Pinto Digital

Porque la dignidad de un marino no se subasta en ninguna tarima. Se honra desde la primera orden que decide acatar y la primera que decide no ejecutar, cuando su conciencia y el reglamento así lo dictan.


Cápsula Naval



Por Homero Luis Lajara Solá 

De mi bitácora personal (1985)

Recuerdo cuando siendo segundo comandante del guardacostas Bellatrix GC-106, surto en el muelle de la Base Naval de Las Calderas, hubo una actividad en el Club para Oficiales. En esos tiempos, Vickiana, artista muy famosa, animaba la noche. El Oficial Ejecutivo comenzó a llamar oficiales para subir a la tarima y bailar con la cantante. Al llegar donde mí, me ordenó:
—Alférez, suba a bailar con Vickiana.

Lo miré con respeto y respondí:
—Señor, eso no está en los reglamentos. Ordéneme salir a patrullar en mi barco o cumplir un servicio militar, y lo hago de inmediato, pero eso no está estipulado.

Volvió a insistir, elevando su tono:
—Mire, alférez, le estoy dando una orden.

Con serenidad repetí:
—Con todo respeto, señor, ese tipo de orden no está contemplada en los reglamentos ni en las leyes.

Obviamente, no me paré a bailar. Al día siguiente, me mandó a buscar a su oficina. Me preguntó:
—¿Usted es un Trujillo?

Respondí:
—No, señor. Soy un oficial de la Marina de Guerra que desde sus inicios piensa preservar su dignidad ante todo.

Me miró fijamente y dijo:
—Ah… pero usted es un león.

Permanecí en posición de atención, sin emitir palabra. Después de un silencio, reaccionó:
—Retírese, león.

Desde el principio preferí salir con honor que vivir mi carrera naval con vergüenza. Tuve un gran maestro: mi padre. 

Esta reflexión que  no se confunda con insubordinación ni indisciplina. El apego a las leyes y reglamentos, y la capacidad de orientar con respeto a un superior, son la mejor muestra de actitud militar que puede dar un oficial.

Porque la dignidad de un marino no se subasta en ninguna tarima. Se honra desde la primera orden que decide acatar y la primera que decide no ejecutar, cuando su conciencia y el reglamento así lo dictan.

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