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jueves, 17 de octubre de 2013

LA COMUNICACIÓN MILITAR

Lo institucional versus lo mediático
HOMERO LUIS LAJARA SOLÁ
“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.
-Marco Tulio Cicerón-
Uno de los mayores desafíos enfrentados por las fuerzas militares dominicanas del milenio, consiste en la elaboración de una adecuada estrategia de comunicación. Es un imperativo de los tiempos que vivimos y parte de las herramientas que un jefe o gerente debe tener en cuenta y dominar para quedar bien con la poderosa opinión pública -dar la cara evita distorsiones-, la cual se guía normalmente por los medios de comunicación escritos, radiales, televisivos y tecnológicos en general.
Hoy, con la modalidad de mensajería instantánea y redes sociales, como el BBmessenger, WhatsApp, Facebook y Twitter, y las demás vías que ofrece la tecnología vía Internet, el mundo está en comunicación en tiempo real. Por esa razón, para no confundir con falsas percepciones que intranquilicen y afecten la imagen institucional, reviste gran importancia la difusión exacta de las actividades de las instituciones castrenses que inciden en la sociedad, excepto las que por su condición o sensibilidad, pertenezcan al ámbito reservado de la confidencialidad militar.
Hablar de comunicación militar hoy en día, es referirse tanto a la dirigida hacia dentro de la institución, como la orientada al exterior, a través de  los medios de comunicación. Ambas son de vital importancia. La primera, porque es imprescindible que todo el personal esté al tanto de lo que se está gestando y desarrollando en la rama a que pertenece, mantenerlo el comando enterado, ya sea por vía de circulares, órdenes generales, arengas verbales a la tropa en formación, etc. La segunda, para mejor transparencia de las organizaciones del Estado. Resulta penoso que aún existan actividades en las cuales sus integrantes se enteren de las directrices y acciones  a través de mecanismos no oficiales: la prensa o por personas ajenas a la organización.
Cuando la comunicación militar interna es efectiva, ésta opera de forma excelente, fortaleciendo el sentido de pertenencia a la institución. El personal se siente valorado, tomado en cuenta y, sobre todo, se minimiza el fomento de rumores y comentarios negativos, tan comunes y nocivos para el clima institucional, cuando no existen canales de comunicación apropiados dentro de una organización. Sin lugar a dudas, una adecuada comunicación interna es un elemento imprescindible en los cuarteles, para que al soldado, cuando le corresponda actuar, lo haga correctamente por el sentido de disciplina, deber, lealtad y apego a los reglamentos, orientado por sus superiores  sobre el por qué de las cosas, las cuales deben ser siempre legales, legítimas y realistas, enfocadas en la seguridad, defensa y desarrollo nacional.
La comunicación militar externa -sin contaminación de ninguna índole-  reviste de la misma importancia, pues la misma influye sobre la opinión pública, y ésta afecta a toda la sociedad, incluyendo a los mismos integrantes de la institución, ya que las Fuerzas Armadas salen de la sociedad, al modificarse ésta, los uniformados, que son su reflejo, se transforman también. ¿Cómo difundir tanto lo positivo como lo negativo, creando una opinión pública favorable en ambos casos? La comunicación es una ciencia y un arte; ciencia en su conocimiento y arte en su aplicación, por lo tanto, es necesario encontrar el equilibrio justo entre hablar en demasía y callar en exceso. En todo momento, ante la intención de comunicar, resulta necesario evaluar si la palabra o el silencio es lo más adecuado para el momento.
Una presencia mediática excesiva por parte del liderazgo militar, divulgando interioridades de cuarteles que en nada tienen que ver con las relaciones cívico/militares, incluso antes de las mismas conocerse en las estructuras militares, además de riesgosa, ocasionaría grietas en el lacónico lenguaje militar,  afectando la más de las veces la credibilidad y popularidad del poder político. De manera que, tratándose del  estilo sencillo, respetuoso y en pro de la coexistencia pacífica de nuestro Presidente actual, ocurriría entonces que la orquesta desafinaría por los músicos no seguir la batuta del director.
Como reflexión final, saco a colación un fragmento  de la película “La Intérprete”, protagonizada por Nicole Kidman y Sean Penn:
“El tiroteo a nuestro alrededor hace que no podamos escuchar. Pero la voz humana es diferente de los otros sonidos. Puede ser oída sobre los ruidos que sepultan todo lo demás. Incluso cuando no es un grito. Incluso si es solo un murmullo. El más suave murmullo acalla un ejército, cuando dice LA VERDAD”.

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