Internacional
El Cairo, 6 jul (EFE).- La calma volvió hoy a El Cairo tras los
disturbios que la víspera causaron al menos 17 muertos, en medio de nuevos
llamamientos para manifestarse por parte de los Hermanos Musulmanes y los
opositores al depuesto presidente Mohamed Mursi.
La situación es de tranquilidad en los alrededores de la plaza
Tahrir, donde ayer se enfrentaron partidarios y detractores del islamista, lo
que llevó a las Fuerzas Armadas a desplegar los tanques.
Al menos 17 personas murieron ayer en los disturbios en todo el
país, entre las que figuran cuatro que perdieron la vida frente a la sede de la
Guardia Republicana, donde los islamistas creen que está retenido Mursi.
En un comunicado difundido en las últimas horas, los Hermanos
Musulmanes llamaron a seguir protestando en Egipto para reclamar la restitución
de Mursi.
La cofradía reivindicó la vuelta al orden constitucional y la
cancelación de todas las decisiones tomadas tras el golpe de Estado perpetrado
el miércoles pasado por el Ejército.
Asimismo, exigió la restauración de la Constitución, suspendida
temporalmente por las
Fuerzas Armadas, y el inicio de un diálogo para
reformarla por consenso.
El nuevo presidente interino de Egipto, Adli Mansur, juró el
jueves pasado su cargo y ayer emitió su primera declaración constitucional para
disolver la Cámara alta del Parlamento, dominada por los islamistas, de acuerdo
al poder que se le ha otorgado.
Los Hermanos Musulmanes también pidieron que se castigue a los
efectivos de las fuerzas del orden responsables del "asesinato de
manifestantes, el arresto de líderes políticos y el cierre de canales de
televisión por satélite".
Entre los últimos dirigentes de los Hermanos Musulmanes
arrestados en los últimos días, destaca su "número dos", Jairat al
Shater, que ayer fue detenido por supuestamente haber incitado al asesinato de
manifestantes.
Por su parte, el Frente del 30 de Junio, que agrupa a los grupos
opositores a Mursi que instigaron las protestas en su contra hace una semana,
insistió en la necesidad de seguir defendiendo en las calles hasta el próximo
domingo la "independencia nacional".
De esa forma, quiere "proteger los logros de la revolución
de cualquier intento de perjudicarla desde dentro o fuera" del país, en
alusión a la reacción de los Hermanos y parte de la comunidad internacional que
ha condenado el golpe de Estado.
El Ejército depuso el miércoles pasado a Mursi con el respaldo
de líderes religiosos y políticos, y arropado en las calles por los
manifestantes que de forma masiva reclamaron la salida del poder de Mursi,
elegido democráticamente en junio de 2012.
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