Internacional
Washington, 23 jul (EFE).- El
Gobierno estadounidense está avanzando en su objetivo de proporcionar armas a
la oposición siria, anunciado en junio, gracias a que el Congreso ha dado su
aprobación tras vencer las reservas iniciales al respecto.
Se espera que esa ayuda incluya
armamento pequeño, municiones y posiblemente también armas antitanque, pero el
portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, rehusó entrar hoy en detalles.
"No voy a catalogar o detallar
toda la ayuda que estamos ofreciendo a la oposición siria. Pero hemos estado
proporcionando asistencia a la oposición y al Consejo Militar sirio y lo vamos
a seguir haciendo", dijo Carney.
Al menos 93.000 personas han muerto
en Siria desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, según datos de
Naciones Unidas, aunque el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha elevado ya
la cifra a más de 100.000.
El presidente de EE.UU., Barack
Obama, "se ha comprometido a un aumento gradual de esa asistencia cuando
sea necesario por las circunstancias que encontremos y por la necesidad de
fortalecer y unir aún a más a la oposición", agregó.
Según Carney, el presidente Bachar al
Asad "nunca controlará Siria de nuevo" y la ayuda militar a los
rebeldes tiene como propósito "reforzar su cohesión" y "mejorar
sus circunstancias" para lidiar con el "asalto" que están
sufriendo por parte de las fuerzas del régimen.
La aprobación del Congreso, votada la
semana pasada en sesiones a puerta cerrada, significa que Obama ya puede
autorizar a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a activar el plan de ayuda
militar a los rebeldes, que estaba paralizado tras haber sido anunciado por la
Casa Blanca en junio.
Algunos legisladores, entre ellos el
senador y excandidato presidencial republicano John McCain, han criticado ese
plan porque lo consideran insuficiente y han pedido apoyo aéreo estadounidense
para los rebeldes.
Mientras, en una carta dirigida al
Senado y divulgada hoy, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin
Dempsey, sostuvo que una intervención militar de Estados Unidos en Siria
costaría unos 1.000 millones de dólares mensuales y pondría en riesgo otras
áreas de la seguridad nacional.
Dempsey analizó cinco opciones
diferentes para una intervención de EE.UU., desde la instrucción castrense a
los rebeldes al asesoramiento y ayuda, el recurso a ataques limitados, la
imposición de zonas de veda de vuelo, el establecimiento de zonas de separación
de bandos y el control de las armas químicas.
Todas estas opciones harían avanzar
el objetivo militar de "ayudar a la oposición poniendo más presión sobre
el régimen", escribió Dempsey en su carta.
"Pero eso no es suficiente para
simplemente alterar el balance de poder militar sin una consideración cuidadosa
de qué es necesario a fin de preservar un Estado que funcione", advirtió.
El senador McCain criticó la carta
del general al afirmar que la pregunta que hay que hacerse es si la situación
actual en Siria es "aceptable" y, a su juicio, "obviamente no lo
es".
Por su parte, el secretario de Estado
de EE.UU., John Kerry, se reunió hoy en Washington con líderes de las agencias
de la ONU y de otras organizaciones internacionales para abordar los esfuerzos
para tratar de "aliviar la crisis humanitaria" en Siria.
"Estamos pasando por un momento
muy difícil" para acceder y "proteger" a la población siria,
admitió Kerry.
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