Por Ricardo Rojas Vicioso.
Santo Domingo R.D. Las altas incidencia de policías y militares ligados con actividades delincuenciales, es una de las mayores preocupaciones en la población y hasta en las mismas instancias militares.
A pesar de que se han tomado medidas con el apresamiento de una gran cantidad de alistados y oficiales, donde unos fueron dados de baja y otros encarcelados, la participación en actividades ilegales sigue siendo muy frecuente.
El secretario de las Fuerzas Armadas, Teniente General piloto Pedro Rafael Peña Antonio, desde su ascenso a esa importante posición, ha expresado que los militares que deshonre el uniforme serán sacados de las fuerzas armadas.
Igual posición externó el jefe de Estado Mayor de la FAD, mayor general piloto Carlos Rafael Altuna Tezanos, al llegar a esa importante jefatura anunció la creación de un departamento de asuntos internos, frente al cual designaría un oficial macana termino que expresa cuando un militar trabaja apegado estrictamente a los reglamentos y las líneas de los altos mandos.
Como podrán notar desde los mismo cuarteles y las altas instancias militares este problema mantiene el mismo nivel de preocupación que el de la población, en conversaciones con oficiales generales también me han manifestado su indignación cuando algún militar es acusado o descubierto en ese tipo de actividades que no solo deshonra a quien la realiza también salpica la institución a la que el individuo pertenece.
Pero la situación va más lejos y es el hecho de que muchos de estos militares, han sido reclutados o entrenados por verdaderos maestros de la delincuencia y se conocen todas las formas de cómo burlarse de la justicia y de la sociedad. Como hicieron unos alistados acusados de robarse unos fusile M-16 y luego venderlos a narcotraficantes en el Capotillo, consiguieron su libertad a pesar de la gravedad de los hechos, ya que estos son armas de guerra con un alto potencial de muerte.
El Código se ha convertido en el mejor amigo de los delincuentes, el cual conocen más que la biblia, creo que muchos duermen con el debajo de la almohada y le tendrán un altar; ya que gracias a sus desperfectos, y una mala aplicación intencionada, ellos consiguen obtener fácilmente su libertad y volver a sus negocios de robo, asesinatos, violaciones ayudados también por policías y fiscales corruptos.
Pero mientras eso pasa con exagerada frecuencia, las autoridades responsables se lanzan la pelota de la culpa, cuando se descubre que alguno de estos delincuentes atrapado en una de esas acciones graves, y que llega hasta los medios de comunicación, fue puesto en libertad, aunque tenga más crímenes y fichas que pelos en la cabeza.
Las respuestas que la población le ha dado a estas deficiencias judiciales, son los linchamientos única forma de ellos sentir que se hace justicia con esos malhechores que tiene a la población en un estado de desesperación.
Una de las más recientes acciones de ese tipo resultó durante un intento de atraco en san Cristóbal que aunque pudieron escapar uno fue detenido por una multitud, al cual le descargaron todo el peso del código procesal barrial, con una paliza y luego le rociaron gasolina y quemaron.
La población, realiza este tipo de acciones, porque tiene la percepción, que no existe, una verdadera justicia, sencillamente, la gente no cree en ni en fiscales, ni jueces, ni policías saben que de alguna forma siempre son puestos en libertad, de lo que también saben los militares delincuentes. Por eso a ninguno de ellos le resulta temerosa ni la justicia ni la policía, pero si la justicia barriales que es implacable e insobornable.
Por eso es que las fechorías han ido creciendo y con ellas se van integrando militares, policías y todo tipo de gente que quiere dinero rápido sin tener que trabajar mucho, son una serie de factores como los que le he explicado, esperemos que la justicia despierte y reconozca sus debilidades que tarde o temprano se revertirá también sobre ellos.
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